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El Valle de los Caídos no volverá a celebrar los funerales de Franco

El Plural, 14/09/2009 | 15 septiembre 2009

El Congreso acordó no subvencionar a las instituciones que hagan apología del franquismoN.T.

No hay nostalgia del franquismo que valga frente a una amenaza económica sustancial. En esta clave puede interpretarse el anuncio del abad del Valle del Caído, Anselmo Álvarez, de no volver a celebrar las multitudinarias misas del 20-N en honor a Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera. Y es que, aunque el abad ha presentado su decisión de sustituirlas por exequias en recuerdo de todos los caídos cada 3 de noviembre como un elemento más de “reconciliación”, el trasfondo de la cuestión tiene cariz político y signos de euro: hace cinco meses, el Congreso acordó retirar las subvenciones a instituciones o entidades privadas, incluida la Iglesia, que no retiren toda su simbología franquista. El plazo para que esta amenaza se haga efectiva vence en octubre.

Con un poco de suerte, el próximo 20 de noviembre el Valle de los Caídos revisará a la baja el número de fascistas que acude a la abadía para rememorar a Franco. El polémico padre Anselmo acaba de anunciar que sustituirá la misa del 20-N por “un acto de exclusivo sentido religioso” en honor a los caídos de ambos bandos que se realizará el 3 de noviembre a las once de la mañana.

“Exclusivo sentido religoso”

“Cada año los monjes celebran un funeral por todos los caídos (…). Es un acto de exclusivo sentido religioso y abierto a todos. Nos proponemos que así siga siendo, aunque con alguna variación de fechas, que contribuya a preservar esa significación. Ya a partir de este año la fecha de dicho funeral se traslada (del 20-N) al 3 de noviembre, a las 11 horas. La memoria litúrgica correspondiente a los aniversarios de Francisco Franco y de José Antonio tendrá lugar durante la Misa conventual del día 20, a igual hora” explica el abad en el diario ABC.

Todo por las subvenciones

¿Cómo ha cambiado tanto de idea un hombre que hasta marzo pasado daba “fe de que la exaltación de Franco en la Basílica no ha tenido lugar ¡jamás!”?  Muy sencillo: el padre Anselmo tiene que parar el reloj antes de octubre, cuando expira el plazo para retirar toda la simbología franquista del recinto si es que no quiere perder las subvenciones. Es el requisito que el Congreso de los Diputados, con los votos en contra del PP, prescribió para otorgar fondos a cualquier institución privada, incluida la Iglesia, hace cinco meses. El caso del Valle es peculiar pues al ser Patrimonio Nacional tiene garantizada su pervivencia (la Ley de Memoria Histórica deja indemnes este tipo de construcciones) pero no su supervivencia. Por eso, tanto el abad como la Fundación Francisco Franco, han forzado las marchas para desconvocar los funerales el 20-N.

Otro toque del Congreso

El monumento también tiene que parar otro cronómetro. En octubre expira el plazo para modificar los estatutos de la Fundación Gestora del Valle de los Caídos según se aprobó en la Cámara Baja. En palabras del portavoz de IU, Gaspar Llamazares, la nueva normativa deberá especificar “su finalidad de honrar y rehabilitar la memoria de todas las víctimas”.

Monumento «noble»

El padre Anselmo, por su parte, sigue reivindicando la nobleza del monumento erigido hace cincuenta años. “Se ha preguntado qué es lo que está en la génesis del Valle. Sin duda, algo más noble que cuanto se ha afirmado tantas veces. El Valle no es el monumento a una victoria, aunque esté en su origen, sino la memoria de la convulsión sufrida en la convivencia nacional. Es el memorial a las víctimas que, hermanos de patria y estirpe, debían reposar bajo las mismas bóvedas y recibir los mismos sufragios. (…) Todos los documentos fundamentales del Valle reiteran un propósito que estuvo ‘guiado por el más elevado sentido de unidad y hermandad entre los españoles, sobre cuyo sacrificio triunfen los brazos pacificadores de la cruz’ (Decreto-Ley, 23 de agosto de 1957)”, asegura.

No es obra de Franco

El abad también intenta desmarcar la obra de Franco, quien ordenó su construcción por decreto el 4 de abril de 1940. “La pacificación a la que el Valle convoca no es tanto la de un general victorioso, como la que señala en la Cruz el lugar donde se rubricó la armonía de los hombres con Dios y entre sí”, remarca. “Este lugar no parece pensado para apologías ni nostalgias: todas sus piedras hablan únicamente de la Cruz redentora y de Dios, Juez de vivos y muertos”, insiste.

El aporte de Rouco

Cabe mencionar que estos epígrafes hacen parte del argumentario habitual del padre Anselmo pero los derroteros previsiblemente han sido marcados por el mismo presidente de la Conferencia Episcopal y cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, quien hace exactamente un año, el 14 de septiembre de 2008, definió la obra como un “símbolo de reconciliación” y achacó la Guerra Civil a que el hombre “había pecado mucho, sobre todo contra Dios”.

Méritos propios

Pero al padre Anselmo no le hace falta un apuntador: brilla con luz propia. Para comprobarlo basta con verle en un documental de la televisión sueca negando las evidencias de que en el Valle se exalta a Franco. El abad tampoco duda en asistir a coloquios de organizaciones como la fundación General Yagüe, cuyo nombre es autoexplicativo. Ese diario tuvo oportunidad de hablar con él en persona y de escuchar de su boca que “la Abadía del Valle de los Caídos es un monasterio igual que otros de los muchos que existen en España. Nosotros nos dedicamos únicamente a orar” . Más conciso se mostró con El Mundo: “Franco unió los símbolos de lo fundamental de España: cruz, templo y basílica” aseguró al medio este “español de espíritu”.

 http://www.elplural.com/macrovida/detail.php?id=38001