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Defensa borra del Alcázar de Toledo las huellas del asedio republicano

La Razón, 01-10-2009 | 5 octubre 2009

Aún está por decidir el  destino del despacho del general Moscardó y las criptas de los muertos durante el asedio1 Octubre 09 – Madrid – Diego Mazón

La colección que recordaba la batalla de la Guerra Civil recibía diez veces más visitas que el Museo del Ejército.  La nueva exposición abrirá sus puertas a final de año

El Museo del Ejército abrirá sus puertas previsiblemente antes de final de año en el Alcázar de Toledo. Con su inauguración se cerrará por fin un largo recorrido que ha acumulado un año y medio de retraso y que pretende exponer con criterio una colección extensísima que hasta ahora se encontraba en Madrid. Pero, al mismo tiempo, el traslado de la colección de la capital hasta la ciudad castellano-manchega ocupará gran parte del espacio del inmueble y borrará del emblemático edificio la colección que hasta ahora albergaba: la de la batalla del Alcázar.

La exposición contenía multitud de elementos que recordaban la resistencia de las tropas y los civiles que bajo mando del general Moscardó aguantaron las acometidas de las milicias republicanas desde el 21 de julio de 1936 hasta el 27 de septiembre de ese mismo año. Una motocicleta con la que los asediados (800 hombres de la Guardia Civil, ocho cadetes de la Academia de Infantería, uno de la de Artillería y unos 670 civiles) fabricaban el pan, armas, granadas manufacturadas, y una buena cantidad de elementos que rememoraban la lucha de los hombres de Moscardó contra los 8.000 milicianos que trataban de conquistar el histórico edificio, una de las batallas más significativas de la Guerra Civil y más estudiadas en ejércitos extranjeros.

Además, dentro del Alcázar se mostraba el despacho del general franquista, donde se podía escuchar y leer la conversación que Moscardó mantuvo con su hijo antes de que fusilaran a éste, a quien los republicanos habían capturado para forzar el fin de la resistencia de los encerrados. Aunque aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre el mismo, fuentes militares señalan que con total seguridad se clausurará y se vetarán las visitas del público. El caso de este despacho es distinto de la colección, ya que la habitación forma parte del edificio y no se puede eliminar.

Otro de los elementos llamativos son las criptas donde se encuentran los restos de quienes perdieron la vida durante la batalla. Forman parte del edificio y son las tumbas a las que se acercan los familiares de los hombres de Moscardó. Casi con total seguridad, señalan esas fuentes, esos elementos no se tocarán, aunque otra cosa puede ser lo que ocurra con lemas como: «Los que mueren como han muerto quienes yacen en este panteón suben al cielo y pasan a la historia» o «Corona de la vida es morir por la patria pero esa corona brilla más si la acompaña el heroísmo», que aparecen en la parte superior de las criptas.

Más visitantes

El Alcázar, que acabó siendo parcialmente destruido en los últimos compases del asedio por la artillería republicana, es el lugar más visitado de la capital castellano-manchega tras la catedral. La historia del Alcázar, más allá de ser uno de los hechos más significativos y elogiados militarmente de la Guerra Civil, es uno de los atractivos principales de la ciudad. Y dentro del mismo, el propio museo del asedio era uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad. Tanto es así que, comparándolo con el Museo del Ejército, que hasta ahora se ubicaba en las proximidades de la pinacoteca del Prado en Madrid, recibía en torno a diez veces más visitantes anuales que la exposición militar madrileña, que recibe ccerca de un millón de personas al año.

De esa misma estadística, y de la privilegiada situación del edificio en una de las ciudades más visitadas de España, se ha valido también el Ministerio de Defensa para relanzar el interés por una colección, la del Museo del Ejército, que alberga infinidad de piezas de alto interés histórico y que necesitaba un impulso como el que se prevé que tendrá en su nueva ubicación. Según informaba Servimedia, la colección contará con 34.000 piezas, distribuidas en ocho salas basadas en cinco «rutas temáticas»: España y su Ejército, Organización Militar, Medios Materiales, Arte de la Guerra, Ejército y Sociedad.

Mientras, las piezas de la colección que recordaba el asedio republicano serán custodiadas, no destruidas, aunque aún está por determinar su ubicación final.

Los primeros pasos para el traslado del Museo del Ejército se dieron durante el Gobierno de Aznar, y los sucesivos ministros de Defensa han ido dando pasos hasta que por fin se vislumbra la luz al final del túnel.

http://www.larazon.es/noticia/defensa-borra-del-alcazar-de-toledo-las-huellas-del-asedio-republicano