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El diario La Verdad de Murcia calla, pero el grito de los fusilados no

Floren Dimas | 8 noviembre 2009

Este artículo fue enviado al diario la Verdad de MurciaEste artículo fue enviado al diario la Verdad de Murcia (Vocento, ABC, etc.), previa consulta telefónica con la secretaria del jefe de redacción de opinión de dicho diario. Finalmente no ha sido publicado, aunque sí lo han sido reportajes sobre temas tan importantes como el negocio de las placas fotovoltaicas o las visitas a salas medievales de no se qué castillo. Todo sensibilidad democrática en el boletín oficial de la Iglesia Murciana, como vemos.

Lo que no va a impedir LA VERDAD DE MURCIA ni el muro de hormigón silencioso que la caverna murciana (izquierda «oficial» incluída) es que a través de la red y con tu colaboración al recibir esto, si quieres, pueda difundirse y llegfar a donde no llega la prensa mercenaria murciana.

Muchas gracias por tu atención

Lorca, 8 de noviembre de 2009

Floren Dimas

 

70 Aniversario FERNANDO PIÑUELA ROMERO

Alcalde de Murcia

Fusilado el 7 de noviembre de 1939

 

Si te dijera, amor mío,

que temo a la madrugada,

no sé qué estrellas son éstas

que hieren como amenazas

ni sé qué sangra la luna

al filo de su guadaña

 

(Luís Eduardo Aute)

 

Al alba del siete de noviembre de 1939, un pelotón de la IV División de Navarra fusilaba a quince representantes de la sociedad republicana murciana; entre los abatidos por las balas se encontraban: el gobernador civil, jueces y magistrados, sindicalistas, un médico, un militar, un maestro y un profesor de historia, Fernando Piñuela Romero, alcalde de Murcia. Su delito, según dictaron aquellos militares rebeldes a la bandera que había prometido servir, fue el de “adhesión a la rebelión”. Hoy hace setenta años.

Tengo ante mí una carta de fecha 10 de mayo de 1939 en la que José María García, guardador de la patrona de Sucina, la Virgen del Rosario, agradece al alcalde la salvación de la imagen de la acción de los incontrolados al comienzo de la guerrea civil. Hay muchas cartas, declaraciones y avales de reconocidos personajes derechistas, que reconocen su decidida intervención para proteger su seguridad y para preservar de los desalmados el rico patrimonio artístico y religioso de Murcia, al constituir la Junta de Protección del Patrimonio Artístico de la ciudad, con sede en la Catedral, salvando así los Salzillos maravillosos que hoy podemos admirar en iglesias y museos.

El 1 de julio de 1939 un consejo de guerra lo condenó a la pena de muerte. De nada sirvió el reconocimiento de su labor liderando un gigantesco movimiento de solidaridad popular, para acoger en una ciudad depauperada por las necesidades de la guerra, a miles de refugiados y huérfanos huyendo de la devastación bélica; de nada valió que el propio Obispo de la Diócesis de Cartagena, Miguel de los Santos, solicitase clemencia al tribunal militar que lo juzgaba –tengo delante su carta fechada en Barcelona el 27 de mayo de 1939 en la que alude a su intervención para salvar a la Virgen de la Fuensanta-; aquella corte marcial desestimó las alegaciones de su defensor, destacando la participación de Fernando Piñuela en el movimiento del coronel Casado, precipitando la derrota del Ejército Republicano desde su cargo de comisario del Ejército del Centro, al final de la contienda. El tribunal que juzgó a alcalde de Murcia y a sus compañeros en aquel infausto III Año Triunfal de 1939, no buscaba hacer justicia sino servir de coartada legal a la venganza de los vencedores.

Fernando Piñuela tiene una calle dedicada en Murcia, pero su memoria “como la de todos los murcianos asesinados por el fascismo-, sigue anónimamente esperando un reconocimiento social e institucional.

Lorca, 7 de noviembre de 2009, para La Verdad de Murcia. director@laverdad.es

 (Se adjuntan como archivo dos documentos digitalizados)

 

Floren Dimas Balsalobre

Investigador histórico

 

Nota para los lectores de este mensaje en la red: con el grupo de fusilados de ese día estaba mi abuelo Ginés, maestro, 53 años. Dejaba viuda y cuatro hijos.