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La bandera, el himno y los bienes de la Corona

Público, | 7 diciembre 2009

El Gobierno tomó decisiones audaces para identificar al nuevo régimen

 

J. S. / D. B. – MADRID – 07/12/2009

El Gobierno provisional de la República ha tomado el Poder sin tramitación y sin resistencia ni oposición protocolaria alguna; es el pueblo quien le ha elevado a la posición en que se halla, y es él quien en toda España le rinde acatamiento e inviste de autoridad». De este modo arrancaba el decreto publicado el 15 de abril que daba legitimidad al nuevo régimen. A partir de ese momento, en aquellos primeros días de entusiasmo, el nuevo Gobierno se apresuró a dictar medidas que marcaran claramente las diferencias con el régimen monárquico, encabezado por el rey Alfonso XIII, que acababa de caer.

De carácter simbólico

unque en Eibar (Guipúzcoa) ya se había izado la bandera tricolor el mismo día 14 de abril al amanecer lo que le valió el título de Ilustrísima Ciudad, la nueva enseña nacional tardaría en adoptarse. De hecho, el recién nombrado ministro de la Guerra, Manuel Azaña, no permitió el día 15 que ondeara el nuevo emblema en los cuarteles militares hasta que no se aprobara por decreto. El día 18 se nombró una ponencia para estudiar las características del que será emblema republicano, que llegó a estudiar una versión de la bandera con las franjas verticales. El diseño final se firmó el día 27. En las primeras semanas también se quiso cambiar el himno. Y aunque se propusieron varios temas (uno de ellos se puede escuchar en la filmación El amanecer de una nueva era en España), la voluntad popular hizo que se impusiera el más clásico Himno de Riego.

Dos nuevas festividades se institucionalizaron en el calendario: el 1 de mayo sería la Fiesta del Trabajo y el 14 de abril, la nueva Fiesta Nacional. El día 20 de ese mismo mes se determinó la supresión de nombre, calificativos o signos propios del anterior régimen (real, regio…) en las instituciones, algo que el propio decreto consideraba «tan evidente, que no necesitaría ni declararse». Azaña tomaría desde su cargo algunas decisiones especialmente simbólicas, como establecer la asistencia voluntaria a los oficios religiosos en las Fuerzas Armadas.

Desde el primer instante se decretó por el Gobierno provisional la incautación de los bienes de la Corona. Así, el 18 de abril se comenzó el inventario ante notario de todos los objetos que se encontraron dentro del Palacio Real, que quedó bajo custodia de la Guardia Civil. También se disolvieron los cuerpos militares de la Escolta Real y de Alabarderos. Además, el Campo del Moro y la Casa de Campo, que hasta el momento eran lugares de recreo de la familia real, se cedieron al pueblo de Madrid.

Particular Ley de Memoria

El Gobierno provisional legisló desde los primeros días para reparar el nombre de los represaliados durante la dictadura de Primo de Rivera y la monarquía de Alfonso XIII. Así, el Ejecutivo se apresuró a «depurar y exigir las responsabilidades por los desastres nacionales y la arbitrariedad sistemática que fue norma durante los años pasados». Con ello, no sólo se quiso perseguir la conducta de los gestores de la dictadura, sino también revisar los juicios políticos, a cuyas víctimas se otorgaron beneficios. Además, se aprobaron numerosos indultos.

Medidas políticas

Una de las primeras decisiones tomadas por la Administración de Alcalá-Zamora fue la derogación del «arbitrario» Código Penal de 1928, aprobado en la dictadura de Primo de Rivera. El ministro de Hacienda, Indalecio Prieto, se apresuraba el día 16 a asegurar que carecían de fundamento los rumores que se habían despertado en algunas partes del país, y que sostenían que el nuevo régimen significaría la implantación de procedimientos comunistas, como asaltos a bancos o ataques a la propiedad. El Gobierno anunció créditos de Fomento para dar ocupación a los obreros sin trabajo.

Estados excepcionales

Alcalá-Zamora tuvo que tomar medidas de excepción para frenar los conatos de violencia que se sucedían en distintos lugares del país en las jornadas posteriores a la proclamación de la República. Así, se declaró el estado de guerra en Sevilla para prevenir desmanes de elementos comunistas, y en distintas poblaciones, como Madrid, para evitar la quema de conventos algo que queda reflejado en la película, con el despliegue de soldados y carros de combate en la puerta de las iglesias más emblemáticas de la capital.

Relación con Catalunya

El mismo 17 de abril, ante la proclamación de la República catalana, el Gobierno decidió aceptar la creación de la Generalitat de Catalunya, que «tendrá atribuciones de Gobierno, pero dentro del Estado federal». Estaría presidida por Francesc Macià, quien habló de «recobrar libertades de hacía siglos».

 

http://www.publico.es/xalok/276004/bandera/himno/bienes/corona