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La historiadora Ángeles Egido analiza la represión de las mujeres en el Madrid de la posguerra

El Plural, | 6 diciembre 2009

El perdón de Franco, «una operación propagandística para dulcificar su imagen en el exterior»

 

V. VADILLO

Cuando las tropas franquistas se hicieron con el poder en Madrid, símbolo de la resistencia republicana, la represión hacia todo aquel que había tenido algún contacto con los rojos fue brutal. De manera muy especial sufrieron esa represión las mujeres, que fueron detenidas y condenadas de manera masiva, en muchos casos simplemente por ser hijas, hermanas, esposas o madres de hombres cercanos al bando republicano. Sobre ellas, sobre las madrileñas represaliadas en la posguerra, versa el último libro de la historiadora Ángeles Egido León, El perdón de Franco, en el que la profesora explica cómo el dictador trató de vender internacionalmente una imagen de benevolencia con las presas.

Según explicó Ángeles Egido a El Plural, el libro “se basa en los datos de penas conmutadas” durante la posguerra, y en Madrid “el número fue superior al resto de España” por el simple hecho de haber sido la ciudad que durante más tiempo resistió la invasión de las tropas franquistas. La obra está centrada especialmente en la represión que sufrieron las mujeres, que “además de los castigos normales, las penas de muerte, la prisión”, sufrieron una “represión específica” por su género, que iba desde “humillaciones públicas” con medidas como pasearlas desnudas por las calles de los pueblos o raparlas el pelo al cero, hasta violaciones o desatención de los bebés que eran encarcelados con ellas hasta que cumplían tres años.

El «punto flaco» de la Ley de Memoria

Egido consideró que se puede decir que hubo “violencia de género” contra las reclusas republicanas, y recordó que en el informe sobre la represión que se hizo al calor de la Ley de Memoria Histórica se prestó más atención a la ejercida contra los combatientes. El número de mujeres en el frente fue infinitamente menor y, además, pronto se retiraron. Pero “Aunque hubo menos mujeres represaliadas –eran entre un 4 por ciento en general (un 9 por ciento para las conmutadas en Madrid) en relación con los hombres-, y la represión contra ellas fue cuantitativamente menor, no lo fue, sin embargo, cualitativamente. Lejos de ello, las mujeres sufrieron una represión no menos brutal, que tuvo además un carácter específico, «de género”. «Se les castigó por el doble hecho de ser republicanas y de ser mujeres», subrayó.

El supuesto perdón

En su libro, El perdón de Franco, Egido se ha centrado precisamente en esas mujeres, concretamente en las madrileñas, y en cómo fueron detenidas, encarceladas y torturadas durante la posguerra, en muchas ocasiones simplemente por ser hijas, hermanas o esposas de hombres cercanos a la República. El “perdón” del que habla hace referencia a un anuncio de Franco unos meses después de la guerra, que pretendía ser una revisión de condenas y que, en realidad, supuso más bien poco para las prisioneras del régimen.

«Propaganda» e «imagen de benevolencia»

Según explicó Egido, al terminar la guerra “muchas de las penas de muerte impuestas se fueron conmutando por penas de 30 años de reclusión mayor”. Sin embargo, el hacinamiento que se vivía en las cárceles debido al enorme número de detenciones efectuadas llamó la atención “incluso en la opinión pública internacional” y Franco quiso “dar una imagen de benevolencia”. Para ello, “anunció a bombo y platillo que todas las penas de muerte que habían sido conmutadas por 30 años de cárcel iban a ser revisadas de nuevo para reducir los años de condena”.

Escasos efectos reales

La noticia, que generó grandes expectativas entre las reclusas, consiguió “dar el efecto de propaganda que se buscaba”, pero aquel magnánimo perdón quedó más bien en poco: “A pesar de la propaganda que se hizo, más del 50 por ciento de las condenas que se revisaron se quedaron tal y como estaban, y un pequeño porcentaje de las que sí se redujeron, lo hicieron solo rebajándose de 30 a 20 años de prisión”, explicó Egido. “Aquello no pasó de ser una operación propagandística para dulcificar la imagen de Franco de cara al exterior”, matizó.

http://www.elplural.com/macrovida/detail.php?id=40964