El Gobierno cierra por capítulos el ruinoso Valle de los Caídos
La extrema derecha acusa a los socialistas de «desmantelar» el mausoleo franquista
JOSÉ MARÍA GARRIDO
La extrema derecha está de los nervios. Desde que el pasado 23 de noviembre de 2009 Patrimonio Nacional anunció, a través de una escueta nota publicada en su página web, que cerraba el interior de la basílica del Valle de los Caídos, los nostálgicos del franquismo temen que el monumento donde está enterrado Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera inicie su cierre por capítulos.
Oficialmente, Patrimonio Nacional ha cerrado la basílica para atajar el problema endémico de las humedades que han ido apareciendo en las últimas décadas en los techos del pasillo central y en las paredes sobre las que se asienta la cúpula. La versión extraoficial es muy distinta. Las páginas web de ultraderecha acusan al Partido Socialista de “desmantelar” paso a paso el Valle de los Caídos.
La Memoria Histórica
Dicen que el cierre guarda relación con la Ley de la Memoria Histórica, aprobada el 31 de octubre de 2007 con el fin de reconocer y ampliar los derechos de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura. La ley también prohíbe la exaltación del franquismo, exige la retirada de todos los monumentos públicos que rinden tributo a la dictadura, y habla de despolitizar el Valle de los Caídos.
Lo que dice la ley
“Se prohíben los actos de naturaleza política (…) exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas, o del franquismo. La fundación gestora del Valle incluirá entre sus objetivos honrar y rehabilitar la memoria de todas las personas fallecidas a consecuencia de la Guerra Civil de 1936-1939 y de la represión política que le siguió”, afirma literalmente la Ley de Memoria Histórica sobre el mausoleo de la mastodóntica obra de granito y piedra que ordenó construir Franco.
Sin 20-N
Tanto es así que en los últimos años, la ultraderecha no ha podido rendir tributo al dictador el día de su muerte. El último 20-N, el Valle permaneció cerrado. Un día antes, tan sólo se celebró un frío funeral en memoria del dictador. Apenas acudieron un centenar de personas. Todos ellos pasaron férreos controles de seguridad en los que se les incautaron los símbolos franquistas que portaban. A falta de banderas preconstitucionales, lo más atrevidos se tuvieron que conformar con realizar el saludo romano.
Un desastre de Valle
A parte de a la basílica, también está prohibido el acceso a la base de la cruz por culpa de los desprendimientos y el uso del funicalar que sube hasta ese punto por falta de mantenimiento. Paralelamente, Patrimonio Nacional ha decidido retirar la Piedad que preside el pórtico de entrada al mausoleo del anterior jefe del Estado debido a que los técnicos advirtieron en su último informe de que en un futuro inmediato podrían desprenderse nuevos trozos del monumento y de que la malla que lo cubre podría no soportar el peso. Desde que se inauguró en 1959, es la primera ocasión que una escultura es retirada del Valle de los Caídos. Patrimonio asegura que tras ser restaurada, la Piedad volverá a su sitio. La extrema derecha duda de que sea así.
Restricciones
La parte que sigue abierta no goza de mejor salud. El periodista Antonio Rodríguez explica en la revista Tiempo que el acceso al lugar donde se celebra la misa diaria está plagado de restricciones: “Tras cruzar el claustrofóbico pasillo central y sortear media docena de palanganas con el agua a rebosar de las goteras, uno se debe quedar en los bancos que preceden a la tumba de José Antonio Primo de Rivera, el fundador de la Falange. El resto de la nave central, así como la zona de los confesionarios y las capillas laterales en las que se encuentran las puertas de acceso a las catacumbas, están vetadas para cualquiera de los visitantes que se acerquen por allí. Y una vez que acaba el oficio religioso, la seguridad privada se emplea a fondo para que los asistentes salgan rápidamente a la fría explanada”.
“Tiene muy mal arreglo”
”Las filtraciones son enormes, tremendas y van pasando a mayores. Tienen muy mal arreglo y se puede meter todo el dinero que se quiera, que no se acaba. O se decide invertir una cantidad muy considerable de dinero, o se está abocado a seguir las pequeñas actuaciones de siempre”, confiesan en Patrimonio Nacional a la revista que edita el Grupo Zeta. Eso sí, recuerdan que en la última década han destinado una media de 400.000 euros al año para la conservación del Valle. Este año, en plena crisis económica, es previsible que se destine mucho menos dinero.
Manifiesto contra el cierre
En este contexto, la ultraderecha parece resignarse. Hasta el momento, sus únicas acciones concretas, además de denunciar el cierre en sus páginas web, ha sido la creación de un manifiesto a favor del que consideran “uno de los monumentos más grandiosos, armónicos e integrados en el medio ambiente que se hayan construido en el siglo XX en cualquier país del mundo”. Acto seguido, aseguran una vez más que “es completa y documentadamente falsa la leyenda promovida por diversas asociaciones ligadas al gobierno y a la llamada memoria histórica, de que el Valle fue construido por 20.000 presos políticos en condiciones de esclavitud o trabajos forzados y pésimas condiciones de trabajo”.
Los nostálgicos, muy desanimados
Uno de los comentarios alojados en una de las páginas web de ultraderecha más conocidas ilustra a la perfección el estado de ánimo de los nostálgicos del franquismo: “Esto pinta muy mal. Habrá que seguir alerta. La verdad que me arrepiento de no haber comprado algún recuerdo más en esa tienda. Mi abuelo compró en los años 60 un platito dorado que salía grabada la cruz y la basílica. A partir de ahora éstos objetos serán piezas de coleccionista (…) Por cierto, recordad que cuando gane Rajoy, ni va a volver a abrir el valle, ni a derogar la Ley de Memoria Histórica ni la de ciudadanía, ni va a volver a colocar ninguna placa donde estaba”.
jmgarrido@elplural.com
