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Las fosas de la memoria

RTV de Castilla y León, | 22 marzo 2010

En la provincia de Burgos desaparecieron unas 3.000 personas. Las localidades de La Ribera fueron las más atacadas

 

L. Sierra/ Ical ·

Para ellas han pasado seis años, para los que yacen en las fosas comunes más de 70. Las responsables de la Coordinadora Provincial por la Recuperación de la Memoria Histórica de Burgos llevan desde 2004 trabajando a la cabeza de una asociación independiente que ayuda en las tareas de exhumación y recuperación de las personas que fueron fusiladas durante la Guerra Civil en la provincia burgalesa.

«Un acto de justicia que trata de devolver la paz a aquellas familias que vieron como sus hijos y hermanos eran llevados a dar el paseo», según explicó a la Agencia Ical Lourdes Sastre, presidenta de la Asociación.

Los datos recogidos por los historiadores señalan que en la provincia de Burgos desaparecieron unas 3.000 personas, hombres y mujeres de distintas clases sociales que acabaron sepultados en terrenos cercanos a las localidades en las que vivían y a las que nunca volvieron.

«A algunos les daban el paseo, a otros les llevaban en sacas desde las cárceles, fue horrible», apuntó Sastre. Además, añadió que las localidades de La Ribera fueron las más atacadas, aunque muchos de los fusilados se encuentran en zonas del norte como La Pedraja donde, presumiblemente, hay una fosa con más de quinientos cadáveres en una zona de paso del Camino de Santiago.

Las responsables de la Asociación, de la que forman parte más de cincuenta personas, atienden día a día las peticiones de los familiares de las víctimas del Franquismo, personas que demandan una ayuda para poder encontrar a los suyos.

Para ello, lo primero es localizar el espacio en el que pudieron ser enterrados sus familiares. Una tarea complicada ya que el número de fosas es incontable y las localizaciones cambian con el tiempo. «Encontrar el lugar que otros quisieron tapar haciendo como que no había pasado nada es muy complicado.

En ocasiones nos llegan peticiones para comenzar con las tareas de exhumación y cuando vamos a comenzar nos damos cuenta de que el terreno en el que los más mayores afirman haber visto u oído que fueron a parar los fusilados, no es el mismo», expuso Sastre.

Desde su composición, la Asociación burgalesa ha llevado a cabo las exhumaciones de las fosas de Sedano, Covanera, Villanueva de Odra y Carcedo de Bureba. En total, la tierra devolvió años después los restos de 34 personas.

Para este año, la Coordinadora tiene en marcha varios proyectos entre los que se encuentra la localización de una fosa en la localidad de Mambrillas de Lara en la que pudieron ser enterrados siete vecinos de la localidad vecina de Castrillo de la Reina. «Se da prioridad a las peticiones, en la campaña de este verano también exhumaremos una pequeña fosa en Bricia donde llevan dos años reclamando nuestra ayuda», recalcó Sastre.

La ley del recuerdo

Desde que entrase en vigor, la Ley de la Memoria Histórica ha devuelto al presente algunos de los fantasmas del pasado.

Soledad Benito no conoció a su abuelo, fue fusilado después de pasar por la cárcel de Lerma y la familia no sabe dónde puede estar el cuerpo del fallecido. «Cuando exhumaron en la fosa de Villamayor de los Montes, de la que salieron 43 cuerpos, pensamos que alguno de ellos podría ser el suyo, pero no fue así. Además, en los registros del ayuntamiento no hay constancia, quizás se lo llevaron al Valle de los Caídos, como a otros republicanos», manifestó Soledad.

La provincia de Burgos fue una de las más castigadas durante la contienda según relatan los historiadores y las fuentes orales. Entre la carretera que une las localidades de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) y Burgos capital, se encuentra la población burgalesa de Villafranca Montes de Oca y muy cerca la fosa común del paraje de La Pedraja, donde se estima que pudieron ser enterradas unas 400 personas, entre ellas los tíos de Maria Jesús Barcina, secretaria de la Coordinadora.

«Unos dicen que hay 400, otros que puede llegar a haber 700. Exhumarles e identificar todos los cuerpos es casi imposible. El dolor ya causó mucho daño así que yo creo que lo más conveniente es que pongan un monolito en el recuerdo de todos los que perecen allí o construyan un cementerio civil», destacó Barcina.

Precisamente un monolito presidirá desde junio el monte en el que tres jóvenes de la población de Orbaneja fueron fusilados en noviembre de 1936. «Los familiares no quieren que se exhumen los cuerpos, el lugar es realmente precioso, será un acto emotivo en su recuerdo», comentó Sastre.

Recuperar el pasado y prevenir el futuro. Este es el objetivo que persigue la asociación que desde hace dos años realiza distintos talleres con alumnos de Bachillerato a quienes explican cómo pasaron sus familias la guerra y la Dictadura Franquista, y a quienes tratan de transmitir sus vivencias.

«La vergüenza de España»

Las responsables de la Coordinadora también expresaron su opinión ante la posibilidad de que el juez Garzón sea inhabilitado en sus funciones por tratar de juzgar los crímenes cometidos durante el Franquismo.

En este sentido, sus miembros coincidieron al señalar que juzgar a Garzón sería «la vergüenza de España». Sastre sentenció que es inadmisible que un juez admita a trámite una querella de Falange Española y «un movimiento de ultraderechas» como Manos Limpias. «Han pasado los años, pero el miedo sigue presente», concluyó la presidenta.

 http://www.rtvcyl.es/fichaNoticia.cfm/REPORTAJES/20100320/fosas/memoria/7B45CB42-073E-55E6-BF2B8A712C6ADA56