Garzón, Prego y el Valle de Franco
Adolfo Prego, ponente del auto que admitió a trámite la querella de Falange contra el juez fue patrono de honor de Defensa de la Nación Española
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Ahora que ante la perplejidad y reprobación de los más cualificados medios de información internacionales tenemos al juez Baltasar Garzón camino del banquillo por haber intentado investigar los crÃmenes del franquismo, a requerimiento de los familiares de las vÃctimas enterradas sin sepultura en las fosas comunes y cunetas de España, es momento de recordar al magistrado del Tribunal Supremo Adolfo Prego Olvier, ponente del auto que admitió a trámite la querella de Falange Española contra el juez.
Sabemos, porque se publicó en su dÃa, que Prego fue patrono de honor de la fundación ultraderechista Defensa de la Nación Española, que puso a caldo el Estatut de Cataluña y la polÃtica antiterrorista de Zapatero durante la primera legislatura. Que Prego firmó asimismo un manifiesto en contra de la Ley de Memoria Histórica, en consonancia con su criterio de que la Guerra Civil no la motivó la sublevación franquista sino la llamada Revolución de Octubre de 1934, por lo que el golpe franquista fue una contrarrevolución.
Pero lo que más nos debe llamar la atención, ahora que una inhabilitación de hasta veinte años puede pesar sobre Baltasar Garzón, son los artÃculos suscritos por don Adolfo en la revista Altar Mayor de la Hermandad del Valle de los CaÃdos, en cuyo faraónico escenario, construido por presidarios republicanos en durÃsimas jornadas de trabajo, están enterrados el general dictador y el máximo dirigente de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera.
La Oficina para las VÃctimas de la Guerra Civil y la Dictadura cifra en 33.847 los restos documentados de vÃctimas del conflicto, todos pertenecientes al bando sublevado. Junto a ellos pueden hallarse entre 15.000 y 40.000 vÃctimas republicanas sin identificar, cuyos huesos fueron trasladados en los años sesenta a Cuelgamuros, sin permiso de sus familiares, después de haber sido desenterrados de las fosas comunes en que se encontraban.
Lo que el juez Baltasar Garzó ha pretendido, y por lo que se le va a sentar en el banquillo, es reparar la dignidad y la memoria de tantos muertos sin nombre, muchos de ellos vÃctimas de la vesania falangista, a quienes los vencedores propinaron como última y más grave ofensa la de ser enterrados junto a los máximos cabecillas de sus verdugos.
Sobre esa oscura memoria, insólita en el mundo, ¿cómo se puede pregonar, según reza el artÃculo primero de la Hermandad del Valle de los CaÃdos, que su fundación obedece al propósito de mantener vivo el mensaje de paz y reconciliación que pregona el grandioso sÃmbolo cristiano erigido en Cuelgamuros? ¿Será porque visitó la basÃlica el cardenal Joseph Ratzinger en 1989?
http://blogs.publico.es/felix-poblacion/36/garzon-prego-y-el-valle-de-franco/