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Juicio a Garzón: crónica de una infamia anunciada

Gustavo Vidal Manzanares. El Plural, | 12 abril 2010

El juicio a Garzón se recordará como uno de los episodios más ignominiosos, surrealistas y esperpénticos de nuestra historia

 

No voy a incidir en la vergonzosa ironía de ver a un juez sentado en el banquillo por investigar el genocidio franquista, máxime cuando los querellantes son descendientes políticos de aquel régimen pútrido de odio, atraso y crueldad.

Por ello me gustaría centrarme en el Auto del juez Varela, un canto (más bien alarido) a la tergiversación de la norma en beneficio de una idea preconcebida.

Así, el Auto resulta insostenible en su valoración de los hechos, infundado en la aplicación del Derecho material y totalmente incomprensible en la aplicación del Derecho procesal. En suma, un auténtico despropósito jurídico trenzado a base de calificativos peyorativos sobre la conducta de Garzón.

Lamentablemente, nos encontramos ante una idea preconcebida: se considera inaceptable abrir una causa sobre los asesinatos de la Guerra Civil y la posguerra. Desde ese a priori todo se interpretará contra Garzón presuponiéndole el peor de los propósitos. Es decir, un juicio de meras intenciones aliñado con salsa de prejuicio.

Por otra parte, sorprende mucho que el Auto silencie la querella de Falange Española de las JONS, admitida a trámite el 15 de diciembre de 2009. Conviene recordar que esa querella acusa a Garzón de “vulnerar el derecho al honor de las personas que aparecen reseñadas en su auto como responsables de crímenes contra la humanidad…tal proceder es calumnioso y atenta contra el derecho al honor de nuestro movimiento y sus miembros”.

Pues bien, aún no se sabe si el título de imputación incluye “atentar contra el honor de la Falange”. Por lo que se ve, son pura fantasía los testimonios de miles de hombres y mujeres (no me lo invento yo) refiriendo los asesinatos en tapias y cunetas perpetrados por falangistas en posguerra. E investigarlos constituye un “atentado al honor”.

También omite el auto de 3 de febrero cualquier mención al rapto de niños durante la Guerra Civil y posguerra. Horrendos delitos que, por lo visto, no pueden ser investigados… ¿por qué?

Aunque el Auto del juez Varela no hay por donde cogerlo, asombra que se considere indicio de prevaricación “la petición expresa de un informe al Ministerio Fiscal “(p.26) pues ello demuestra que “el Magistrado incoó Diligencias Previas pese a albergar serias dudas sobre su competencia”.

Nos encontramos, por tanto, ante otro ejemplo del proceso de intenciones que infectan el auto… ¿Pedir informe al Ministerio Fiscal es un indicio de prevaricación? ¡Indignante y surrealista conjetura! Pues bien, el Auto de Varela, incurrirá a lo largo de sus páginas en la misma añagaza argumental: todo comportamiento de Garzón es culpable… ahora busquemos la “prueba”.

Sin embargo, dado que el espacio de esta columna no permite adentrarse en las marañas legales del Auto de Varela (¡nada me gustaría más!), me permito señalar un principio indiscutible: la ley jamás debe contravenir el sentido común.

En esa línea, ¿alguien puede defender que una preconstitucional “ley de amnistía” ha de frenar la aplicación del Derecho Internacional, la imprescriptibilidad del delito de genocidio… el principio de justicia universal ante los crímenes contra la humanidad?

ra deshonra nuestra, somos el único país de Europa que no investiga sus crímenes de guerra y posguerra… recordemos el juicio contra Klaus Barbie en Francia, los procesos sobre las Fosas Ardentinas en Italia, el actual proceso en Munich contra Ivan Demjamjuk… en España, muy al contrario, sentamos en el banquillo al juez que pretende investigar un genocidio en base a una mera cuestión procesal sobre la que bulle la discrepancia entre los juristas.

Y otro día, si me lo permiten, me explayaré en otros aspectos legales (es un decir) del Auto de Varela, esa bazofia jurídica que está cubriendo de vergüenza la imagen de nuestro país y contra la que han de movilizarse todos los ciudadanos de bien.

 

Gustavo Vidal Manzanares es jurista y escritor

http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=45249