Varios documentos desclasificados descubren dos campos de concentración en Asturias
El Tribunal de Cuentas ha desclasificado documentos gracias a los cuales se pueden conocer más detalles sobre el trabajo esclavo de prisioneros
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El Tribunal de Cuentas ha desclasificado documentos del primer franquismo, gracias a los cuales se pueden conocer más detalles sobre el trabajo esclavo de prisioneros de guerra en Asturias.
TPA ha tenido acceso a estos archivos, donde se especifican los movimientos de dos campos de concentración y cuatro batallones de trabajos forzados.
La documentación puede ser consultada en el Centro de la Memoria Histórica de Salamanca. Apenas habÃa pasado un año desde que Asturias habÃa caido del bando franquista cuando un batallón de trabajo de Valladolid fue destinado durante a un mes a Trubia, probablemente a la Fábrica de Armas de Santa Bárbara.
Después, entre octubre de 1939 y julio de 1943, funcionaron en Asturias al menos dos campos de concentración de prisioneros de guerra y cuatro batallones disciplinarios de trabajadores.
Los reclutaban en las cárceles o en redadas de la Guardia Civil; y trabajaban, en el mejor de los casos, por 2 pesetas y media al dÃa, además de recibir dos raciones y un desayuno. Eran los llamados «dudosos».
«Gente que no puede ser identificada o gente que, sin tener antecedentes polÃticos ni sindicales sin embargo, sà se alistó voluntariemente en las fuerzas republicanas, son utilizados sin nungún tipo de juicio o sentencia y realizan trabajos durante años tanto para el estado como para empresas públicas como para muchos particulares entre comillas», comentó Luis MIguel Cuervo de la asociación «todos los nombres».
Una de esas empresas fue Duro Felguera, donde consta que trabajaron al menos entre mayo y julio de 1940. Un trabajo que nunca fue compensado, como sà ocurrió con la alemania nazi.
Aunque esta documentación ofrece sobre todo una visión cuantitativa del fenómeno de los campos de trabajo, también pueden comprobarse las largas listas de prisioneros.
Las bajas que se producÃan eran de diversa Ãndole: en los primeros tiempos, muchos acababan en los hospitales, manicomios o el tanatorio; más adelante, hubo largas partidas de licenciados, pero también traslados al temido campo de Miranda de Ebro.
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