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La cuestión de los Tipos Penales-Una llave para cada cerradura

Floren Dimas, 23-05-2010 | 24 mayo 2010

Lucha contra la Impunidad (de los crímenes franquistas)

 

 

LA CUESTIÓN DE LOS TIPOS PENALES – UNA LLAVE PARA CADA CERRADURA

LUCHA CONTRA LA IMPUNIDAD (de los crímenes franquistas)

Puede llegar a ser esperanzador comprobar cómo, pese al esfuerzo por confundir a la gente con las convocatorias manipuladas de «Yo apoyo a Garzón», se va abriendo paso la idea de que la persecución de los crímenes franquistas, no puede ir ligada -como pretenden- a la suerte de un juez, sobre el que se proyectan muchas luces y bastantes sombras. Ya he hablado sobre ello en varias ocasiones. Cada vez más va siendo desplazado el lema made in PSOE de «Yo apoyo a Garzón», dejando solos con sus pancartas de imprenta de pago, a la farándula de famosos afines al PSOE, al partido y a Izquierda Unida, cuyos líderes se han hermanado en tejemanejes de alto diseño jurídico, para conseguir lo contrario de lo que prometen

Hay mucha gente en esto movida por nobles intenciones, que movidas por un impulso natural de justicia, firman manifiestos y acuden a manifestaciones con el único propósito de visibilizar su hartazgo, por tanta rendición al fascismo instalado en amplios sectores de los tres poderes del estado, y sobre todo, por la defensa a ultranza que se está haciendo, echando mano de todos los recursos, para justificar y canonizar los dos pilares que sostienen la impunidad de los crímenes franquistas: la Ley de Amnistía de 1977 y la Ley de la Memoria Histórica de 2007.

A la campaña de manifestaciones en marcha (las oficialistas del «Yo apoyo a Garzón», y las anti-impunidad de «Verdad, Justicia y Reparación», «Anulación de la Ley de Amnistía» y «Derogación de la Ley de la Memoria ¡ya!»), se une ahora la querella presentada en la Argentina, contra la impunidad por el genocidio franquista», anunciada a todos los medios informativos, con la esperanza de que la Justicia Universal obligue a la justicia hispana a coger al toro por los cuernos, y a no seguir haciéndose la tonta, como si el escándalo internacional de decenas de miles de crímenes impunes, nada tuviese que ver con sus puñeteras (de puñetas) Señorías.

Así las cosas, uno, que le tiene tantas ganas como el que más al tema, va y se informa por encima de lo que se está cociendo en las orillas ultramarinas y se encuentra con que no es oro, ni esperanza, todo lo que reluce bajo las escalinatas de la Corte Suprema bonaerense. Y llevado de sus dudas, trata uno de abrir paso a sus dudas preguntando y leyendo, para no terciar en los debates hablando de oídas, ni haciéndose eco de prontuarios de respuestas estratégicas, impartidos por quiénes sí que saben del asunto, por el peligro que representa que abra la caja de Pandora, por mor de sus refrendos gratificados a la forma del Estado, al Gobierno y la Corona.

Desde hace tiempo manteniendo un amable debate con una amiga, a propósito de la utilización de la tipos penales, en la presentación de denuncias y querellas en relación con la lucha contra la impunidad de los crímenes franquistas. Esta mañana le he enviado este mensaje que aquí te reenvío, por si te puede servir de orientación, o si te parece oportuno, apuntarme tus puntos de desacuerdo y los fundamentos de los mismos. Te lo agradeceré muchísimo.

Gracias y aquí te dejo con este correo a mi amiga «X».

 

Floren

 

Estimada…

Respondo a tu correo de esta mañana.

Durante muchos años, ignorante de la complejidad de los temas judiciales, me he conducido por mis impulsos naturales de justicia, despreciando los aspectos jurídicos como moscones incómodos e incomprensibles, cosas de picapleitos enredones. Mi sentido primario y elemental de la justicia, me llevaba a establecer juicios meridianos entre lo justo y lo injusto, dando por sentado y fuera de discusión que la Justicia debía perseguir el delito, por la sencilla razón de que para eso estaba. La técnica jurídica me parecía como un ejercicio de juegos florales para desocupados con toga, hasta que la realidad me ha dado de bruces con una realidad mucho más compleja que mis simples intuiciones; que no basta con pensar que la razón y la justicia está de nuestro lado, si no que para hacerla valer hay que batirse con unas armas que no hemos hecho nosotros y encima, obligados a combatir en un campo de batalla en el que, con harta frecuencia, se recurre a las malas artes precisamente por aquellos que, estatutariamente, deberían ser garantes de nuestros derechos. ¡Garantes del Derecho!, cuando las más de las veces están vendidos al Sistema, aferrados a las pulcras y gratificadas poltronas, en sus inexpugnables Torres de Marfil.

Amiga «X», la «técnica jurídica» –por antipática que a nosotros nos parezca- la conocen demasiado bien los juristas cómplices de la impunidad, desde Ramón Jáuregui al abogado falangista denunciante José Luís Mazón, pasando por los jueces de la AN y el Fiscal General del Estado; los que llevan toga y los que, desde fuera, promueven iniciativas a favor de consolidar el modelo español de impunidad (los pactos de la Transición y la LMH).

Los términos jurídicos en las denuncias, querellas o apelaciones, no son cosa de broma ni capricho, sabiendo que una sola coma puede cambiar la orientación y resolución de un procedimiento. Si yo me empeño en abrir una puerta con una llave incorrecta ¿conseguiré mi objetivo por mucha fuerza que aplique?. En eso consiste la técnica jurídica, en conocer las profundidades de las leyes y, sobre todo, en usarlas con oportunidad y habilidad. No basta con llevar razón, que es lo que el corazón pugna por hacer valer. No es suficiente el quererlo, echando mano a ciegas de cualquier tipo penal, solo porque suene resultón cara la prensa y la

opinión pública.

Para que veas hasta donde llegan las finas maniobras jurídicas para intoxicar y manipular la lucha contra la impunidad, presentándolo como lo contrario, te haré referencia a algo que me pasó ayer. Consultaba las noticias en la web de la Federación de Foros por la Memoria (en teoría, en línea con el lema «Verdad, Justicia y Reparación», en adelante VJR) y me encontré con este artículo:

http://www.foroporlamemoria.info/2010/05/%C2%BFla-amnistia-contra-la-constitucion/

Advertido por el titular, tuve que llegar al final de la noticia para certificar que aquello que publicaba El País (¡como no, el diario del gobierno) era un canto a la Impunidad, al presentar una vez más, como hecho inamovible y virtuoso, la Amnistía de 1977.

Como Javier Pradera hacía referencia laudatoria del libro de Alicia Gil Gil, poniéndolo por las nubes, hice un rastreo en la red sobre la trayectoria jurídica de esta abogada, ardiente defensora del empleo del tipo penal de “Genocidio”, y me tropiezo con un trabajo suyo:

“Jurisdicción de los tribunales españoles sobre genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra”, premiada por el Ministerio de Defensa de España y editada en su colección “Revista española de derecho militar”. ¡Sorpresa! La que se postula como ardorosa militante contra la impunidad de los crímenes franquistas, ¡¡premiada!! por el sostén armado del estado de impunidad heredero del franquismo. Poco después me doy de bruces con otro trabajo de Alicia de 2004, lamentándose y recriminando a la Audiencia Nacional (Garzón y fiscalía) haber cambiado la calificación penal del juez instructor (“Genocidio”) en el caso Scilingo, por el de “crímenes contra la humanidad”. El paso del tiempo ha llevado a la constatación de que, de haber hecho caso a aquel alegato jurídico de Alicia Gil, Alfredo Scilingo, andaría ahora en libertad, festejando su impunidad con sus amiguetes, en el Gran Chef del viejo Buenos Aires.

¡Para que te fíes de algunos apóstoles de la “Justicia Universal”!

Quién después de conocer estas sucias maniobras, se obstine en seguir creyendo en los Reyes Magos, seguirá levitando sobre justísimas aspiraciones de “justicia universal” (exorcizadas por la Justicia Española) pero se verá condenado a vivir a saltos eternamente, entre una decepción y la siguiente. Las cosas ya están lo bastante difíciles para malgastar los esfuerzos en lo imposible. A cada cerradura su llave.

Y ya para terminar, decirte que no es mía –como afirmas- la obcecación por la palabreja, si no de los que, A SABIENDAS, de su uso incorrecto ante la Justicia Española, se fortifican en su utilización. Estamos ante hechos probados juzgados, con sentencias condenatorias, con criminales encarcelados por sentencias españolas (y argentinas) basadas en la comisión de “Crímenes contra la humanidad” (dieciocho, hasta el momento). Estos casos “fueron juzgados y salieron adelante”, pero si así sucedió, fue gracias a la aplicación inteligente (no visceral o maquiavélicamente utilizada) del tipo penal válido en España para tribunales españoles y en Argentina para tribunales argentinos.

Y un apunte, el tipo “desapariciones forzadas” es un tipo penal incorporado al CP argentino, exclusivamente. No existe en la legislación internacional. Pregunta a Carlos Slepoy que te diga en qué articulado legal aparece.

 

TEXTO SENTENCIA ETCHECOLATZ: http://juicioaetchecolatz.wordpress.com/

Lo he leído ENTERO y te doy la razón en cuanto al sostenimiento del juez en la sentencia, de que el procesado llevó a cabo “delitos de lesa humanidad, en el marco del genocidio que se llevó a cabo en la República…”, pero sucedió así, porque la figura del genocidio sí está contemplada en el CP argentino, PERO NO EN EL ESPAÑOL. Fue por eso por lo que el gobierno español incorporó (forzado por la Unión Europea) el art. 607.bis al CP, pero sin permitir su retroactividad, es decir, que no se puede utilizar en España, ni por una, ni por otra razón.

Aplicar correctamente los tipos penales, fundamentando sobre ellos la calificación de los hechos, es fundamental para romper la Impunidad.

(…)

 

Floren Dimas

(Mi amiga «X» existe, es argentina, y pese a la diferencia de los matices que solemos discutir, la considero una bellísima persona, una buena amiga y una comprometida defensora de los Derechos Humanos, no solo de los relacionados con la MH. Por eso me importa tanto, y trato de esforzarme en dejar claro, los fundamentos en los que baso mis puntos de vista).