Memoria y futuros posibles
Ensayo «El Estado y la Memoria. Gobiernos y ciudadanos frente a los traumas de la Historia» compilado por Ricard Vinyes
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EDUARDO JOZAMI 01/05/2010
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Ensayo. La consagración del Holocausto como episodio central de la historia del siglo XX, la proliferación de museos y monumentos en lugares asociados con el horror o la acumulación de testimonios de las vÃctimas caracterizan un potente impulso de memoria que atraviesa las fronteras: una búsqueda permanente del pasado que no es ajena a la sensación de fugacidad con que vivimos el presente. En una época cuyo sentido común celebra la crisis del sentido histórico y las reflexiones más profundas compiten con las visiones apologéticas que obturan el pasado para descartar toda posibilidad de transformar el presente, se multiplican los textos sobre la memoria. Entre ellos, el libro compilado por Ricard Vinyes que desde hace algunas semanas circula en Buenos Aires no es uno más.
El Estado y la Memoria, con una vocación comparatista que no es frecuente en estos estudios, reúne trabajos sobre realidades europeas bien distintas y concede un espacio significativo a los paÃses del Cono Sur. Aunque el artÃculo introductorio de Vinyes no sobrestima los logros del proceso que llevó a la sanción de la Ley de Memoria Histórica en la PenÃnsula y cita declaraciones del Gobierno español que no se compadecen con el espÃritu de esa norma, es interesante observar que dicha ley se aparta de la orientación fijada a inicios de la transición y expresa la necesidad de recuperar los valores de la tradición democrática para orientar los procesos polÃticos del presente. No es esta la lÃnea en otros paÃses de Europa, donde el rasgo más notable del discurso sobre memoria es la despolitización. Filipo Foccardi cuestiona el intento de los dirigentes democráticos italianos de construir una memoria compartida que impedirÃa la toma de conciencia sobre las culpas del fascismo.
La perspectiva que anima el artÃculo de Vinyes, y otros sobre la experiencia española, permite coincidencias con algunos textos sobre Argentina y Chile que podrÃan considerarse sorprendentes, puesto que en estos paÃses las dictaduras son más recientes y -con más claridad en el caso argentino- aún se persigue judicialmente a sus responsables. Si en España la insistencia en privilegiar la consideración de las vÃctimas, por sobre los valores y polÃticas en juego, llevó de hecho a equiparar democracia y dictadura, Emilio Crenzel señala que las Comisiones de Verdad que actuaron en los dos paÃses sudamericanos, inspiradas en un discurso humanitario para condenar a las dictaduras, justificaron en parte la intervención militar en Chile y legitimaron la explicación dictatorial sobre la insurgencia en el caso argentino.
Luego de analizar los diferentes momentos por los que atravesó Argentina, desde la llamada teorÃa de los dos demonios -que condenaba la violencia sin diferenciar entre la dictadura y quienes la combatÃan- hasta el Gobierno de Kirchner que en 2003 impulsó el juicio a los responsables del terrorismo de Estado, Lila Pastoriza coincide con Vinyes en los riesgos de las polÃticas fundadas sólo en el dolor de las vÃctimas. En su opinión, el relato dominante olvida que existió en los años setenta un importante intento de transformación de la sociedad y que es imposible entender la dictadura argentina sin restablecer en ese punto la verdad histórica.
¿La polÃtica pública de memoria que reclaman los autores citados no implica el riesgo de que en esa tarea -como teme el francés Jean Claude Duclos- el Estado reemplace a la sociedad? Para Vinyes estas polÃticas no pueden imponer un deber de memoria que sostenga un discurso único e impida la creatividad social. Por eso, el Memorial Democrático de Cataluña no tendrá su Exposición Permanente que consolida un discurso sino que se piensa como un ágora -espacio de los antagonismos, abandono del canon- que estimule el pensamiento y el debate. Criterio orientador que suscribimos puesto que, como escribe la chilena Isabel Piper: «Lo que está en pugna no son sólo las interpretaciones del pasado, sino los significados de lo que somos como sociedad y de nuestros futuros posibles»