La Fiscalía hace historia al abrir diligencias por los bebés ‘robados’
El autor del libro ‘El caso de los niños perdidos del franquismo’ reconoce que los casos de La Línea encajan en estos hechos
Sostiene que el Estado debe actuar de oficio y que es un delito que no ha prescrito
Soraya Fernández / LA Línea
La Fiscalía de Algeciras ha hecho historia en España al abrir diligencias por los casos de bebés supuestamente desaparecidos en La Línea desde la década de los sesenta del siglo pasado. Y es que se trata de la primera vez que un órgano judicial actúa de oficio en una causa de este tipo.
Así lo reconoció ayer a este diario Miguel Ángel Rodríguez Arias, autor del libro Los niños perdidos del franquismo (2008), que aseguró que el caso de las hermanas Díaz Carrasco y los que han ido saliendo a la luz a raíz de su denuncia pública tienen muchas similitudes con los de centenares de familias en España.
En total, este profesor de Derecho Penal en la Internacional de la Universidad de Castilla-La Mancha sostiene que unos 30.000 niños fueron ‘robados a sus madres’ durante el régimen franquista a represaliados y familias con poco poder adquisitivo, en muchos de los casos, para dárselos a familias del régimen o personas acaudaladas.
«Es muy positivo que la Fiscalía de Algeciras haya decidido actuar de oficio y abrir diligencias. Ahora hay que esperar los resultados de estas investigaciones. Desde luego, supone un paso importante pero tenemos que ser prudentes», señaló.
Este investigador y penalista lleva años defendiendo que el Estado tiene que actuar de oficio en este tipo de causas porque sostiene que son crímenes contra la humanidad, por lo que lamentó que el Estado no haya hecho nada hasta ahora. «El Estado español está incumpliendo el Convenio Europeo de Derechos Humanos y el tema de los niños desaparecidos ni siquiera fue recogido en la Ley de Memoria Histórica. Franco fue un genocida y el Gobierno está violando los derechos humanos por no investigar estas desapariciones», señaló.
La violación de derechos humanos en la que se está incurriendo según este penalista está clara: por un lado denuncia el trato inhumano y el sufrimiento que llevan décadas soportando las familias de estos bebés desaparecidos y la vulneración que se está cometiendo contra el derecho a la vida familiar y la reunificación de estas familias.
«El Estado no puede dejar en manos de estas familias estos hechos o inhibirse, como está haciendo. Resulta paradójico que sea noticia que una fiscalía haya actuado de oficio cuando la noticia debería ser que no lo hiciera. Es su obligación como así establece el Convenio Europeo de Derechos Humanos, que es vinculante para todos los países miembros, como lo es España», apuntó.
Además, aseguró que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha repetido «hasta la saciedad a través de numerosas sentencias que ante la mera noticia periodística que alerte a las autoridades de una desaparición o ante meros indicios de una desaparición, los poderes del Estado tienen la obligación, ipso facto, de iniciar una investigación oficial, efectiva e independiente».
Miguel Ángel Rodríguez está convencido de que estos hechos deben ser perseguidos penalmente «porque las desapariciones no forman parte del pasado sino del presente. Los desaparecidos siguen siéndolo».
Por ello, asegura que se trata de un delito que no ha prescrito «porque el delito sigue consumándose hasta tanto en cuanto estas personas no aparezcan. Es decir, no sólo no ha prescrito, ni siquiera a empezado a contar el plazo de prescripción. Estamos hablando de personas que pueden estar en la calle y que rondan los 40 años de edad sin saber quiénes son realmente y cuyas familias siguen sufriendo. Cuando el Estado los haga reaparecer, como es su obligación, a través de una investigación oficial, comenzaría la prescripción. Pero es que además estos hechos no pueden ser amnistiables porque son crímenes contra la humanidad».
También acusó al Gobierno, y al poder judicial y al legislativo de incurrir en un trato «inhumano, cruel y degradante contra estas víctimas por no haber movido un dedo en este asunto», manifestó.
