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«Tarde o temprano la calle General Dávila cambiará de nombre»

El Diario Montañés, | 15 julio 2010

La directora del Centro Documental de la Memoria Histórica afirma en Reinosa que la ley seguirá su curso para borrar los vestigios del franquismo

14.07.10 – 00:21 -ÁLVARO SAN MIGUEL | SANTANDER.

El saber popular dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Y desde que Heródoto dio a luz a la ciencia histórica hace más de dos milenios, ésta se ha empeñado en evitar que la costumbre continuara repitiéndose. Durante la Guerra Civil española se produjo una enorme destrucción del Patrimonio Histórico. Para conocer la verdadera dimensión de las pérdidas, la directora del Centro Documental de la Memoria Histórica, María José Turrión, ha organizado el curso ‘Guerra Civil española: patrimonio y memoria’ que comenzó ayer en Reinosa. Este encuentro servirá «para averiguar, por ejemplo, dónde están las obras de arte que España presentó en la Exposición Universal de París».

También se tratará la Ley de Memoria Histórica: «Es positiva porque en España hemos ido a la zaga en política de memoria y en compensaciones de tipo personal y económico. En una sociedad democrática hacía falta una ley así».

Una de las disposiciones más controvertidas es la retirada de símbolos franquistas. Turrión recuerda que «en un Estado democrático no puede haber símbolos de exaltación de la Guerra Civil española, porque fue provocada por un levantamiento ilegal». Aunque sorprende que algunos actos ilegales contribuyeran a salvaguardar el patrimonio: «Un buen ejemplo es una biblioteca de los años treinta creada a base de incautaciones, la cual contiene ejemplares que no se conservan ni en la Biblioteca Nacional».

En Santander aún quedan calles que conmemoran la figura de destacados líderes franquistas, como el general Fidel Dávila o el general Emilio Mola. «Tarde o temprano esos nombres van a desaparecer porque así lo dicta la Ley», asegura. Para encargarse de que se lleve a cabo la retirada de todo vestigio franquista en lugares públicos se creó la Comisión de Símbolos: «A finales de año se notificarán las resoluciones a todas aquellas oficinas de las que dependen los edificios que contienen estas iconografías». Unos vestigios que, como indica Turrión, acabarán, en la mayoría de los casos, en el Centro Documental de la Memoria Histórica, «porque el objetivo no es su destrucción».

Actividad constante

El Centro Documental recibe un flujo continuo de aportaciones. «La última pieza donada ha sido un trozo de metralla del primer bombardeo que se produjo en Salamanca el día 16 de noviembre de 1936», comenta Turrión. Aunque también hay depósitos que, como los ‘Papeles de Salamanca’ deben ser restituidos a sus comunidades de origen: «Un Real Decreto establece que todas las comunidades pueden solicitar documentación y, en este momento, se está cursando una petición por parte del País Vasco».

Para consolidar la labor del Centro Documental «organizamos, desde 2008, encuentros internacionales de Memoria». Este año «se ha redactado el Documento de Salamanca, que supone la creación de una red mundial para estudiar todas las represiones totalitaristas». Sólo se exige a los países interesados en asociarse «que sean gobernados democráticamente».

Y aunque no es probable que el hombre aprenda de sus errores, puede ser que estas medidas ayuden a despejar de piedras el camino.

http://www.eldiariomontanes.es/v/20100714/cultura/uimp/tarde-temprano-calle-general-20100714.html