Exhumaciones en Menasalbas
Un homenaje a 18 ‘abuelos’ menasalbeños. Los familiares, satisfechos con el inicio de los trabajos
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Ladislao Ruiz RamÃrez fue fusilado el 3 de abril de 1939 y arrojado a una fosa común en Menasalbas junto a otros 17 vecinos. Ayer, setenta años después, su bisnieto, Mario GarcÃa fue testigo del comienzo de los trabajos para exhumar su cadáver junto al del resto de los vecinos asesinados esa noche. Desgraciadamente, su abuela, Emilia Ruiz, no pudo ser testigo de ello puesto que murió el pasado año. Un hecho que ha supuesto que para Mario ayer fuera un dÃa agridulce: «Es una pena que no esté aquà para verlo porque seguro que se hubiera sentido muy tranquila y se hubiera muerto más en paz».
Sin embargo, Emilia sà que murió sabiendo ya que su nieto, junto con los familiares de los otros asesinados ese dÃa, se habÃa propuesto dignificar la vida, y sobre todo la muerte, de su padre. Y es que el comienzo de los trabajos ayer en un terreno colindante al cementerio municipal del municipio toledano, aunque sólo fueron el principio de esta exhumación que se prevé duren en torno a dos semanas, fueron el final de una lucha que para los familiares de los 18 fallecidos comenzaba dos años atrás.
Fue entonces cuando, gracias a la iniciativa de una de las nietas de los fallecidos, decidieron ‘encajar’ uno a uno todos los rumores y recuerdos que sobre el fallecimiento de sus familiares han circulado constantemente por el pueblo. Y también fueron el final del drama de Emilia Ruiz que tras el fallecimiento de su padre, que habÃa enviudado unos años antes, se quedó sola con 16 años puesto que sus 4 hermanos estaban en esos momentos luchando en el frente o exiliados.
Y es que cada uno de los familiares tiene una historia personal y un motivo para haber comenzado esta ‘lucha’. Mario buscaba la tranquilidad de su abuela y dignificar la vida de su bisabuelo. «Él tan sólo era asiduo a la Casa del Pueblo, no era un destacado militante ni nada de eso, pero quisieron dar ejemplo». Y es que, según recuerda Mario, Menasalbas fue un pueblo muy representativo polÃticamente en los años de la contienda y con anterioridad en la República. «Asà que no dejaron pasar la oportunidad de dar un escarmiento por su comportamiento demasiado politizado con el bando republicano».
Fue la noche del 3 de abril de 1939. Uno de los peores recuerdos que tienen los familiares es que, tras el fusilamiento, «los cuerpos quedaron allÃ, incluso dejaron que los perros se los comieran y hubo restos de los asesinados por las calles del pueblo. Luego les dieron sepultura pero en una fosa común, fuera del pueblo y del cementerio y sin ninguna dignificación», cuenta Mario.
Mucha emoción.
Aunque esta es la primera vez que se hace una exhumación en Menasalbas, algunos vecinos aseguran que puede haber algunas más en los alrededores del municipio. De momento, habrá que esperar a ver los resultados de estos primeros trabajos ya que el número de los asesinados puede también variar.
Ayer, entre los familiares y algunos vecinos que se acercaron hasta estos terrenos, el sentimiento generalizado era de satisfacción porque, «después de tanto trabajo, ya lo estamos viendo». Mario ha recibido estos dÃas el agradecimiento de muchos de los familiares, sin embargo, él insiste en que el comienzo de estos trabajos ha sido posible gracias al esfuerzo de todos. Aún asà su pequeño ‘mérito’ por haber logrado que estas exhumaciones salgan adelante se lo quiso ayer dedicar a su abuela : «Ella murió mientras se estaba preparando todo y nosotros querÃamos que ella aguantara para poder morirse con la tranquilidad de saber donde estaba su padre porque fue un hecho que le traumatizó durante toda su vida».   Â