Publicados más de 100 tÃtulos sobre presos rojos en la Prisión Provincial de Huelva durante 1936-1939
Facediciones acaba de publicar el resultado de la investigación sobre los expedientes de presos republicanos en la Prisión Provincial de Huelva para el perÃodo 1936-1939
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Facediciones acaba de publicar el resultado de la investigación de historiadores sobre los expedientes de presos republicanos en la Prisión Provincial de Huelva para el perÃodo 1936-1939
La Sección ‘Memoria Histórica’ de la editorial sevillana Facediciones (Facediciones.es en su versión web) viene publicando desde 2008 más de 100 tÃtulos acerca de la represión franquista en las provincias de Sevilla y Huelva. Respecto a esta última, los historiadores Juan José Antequera y Juan José Luengo han completado, hasta el momento, el estudio de todos los expedientes carcelarios de la Prisión Provincial del perÃodo 1936-1939, referidos a presos republicanos, cuyas vicisitudes personales, asà como los estudios de series y cuantas consecuencias se extraen de tan impresionante regesto documental están siendo sacados a la luz por la referida editorial.
Los fondos documentales de la Prisión Provincial de Huelva, incluidos en las colecciones de la Administración Periférica del Estado (Interior) del Archivo Histórico Provincial de esa ciudad, se almacenan en 165 cajas, cuyos extremos cronológicos van de 1932 a 1949, abarcando, por tanto, casi todo el perÃodo republicano, la guerra civil y una década de postguerra tras la victoria nacional.
Intención de estos trabajos es, por un lado, interpretar el fenómeno carcelario de la provincia andaluza que propició, junto a Sevilla, el éxito inicial de la sublevación militar de 1936 mediante la creación de una retaguardia exenta de enemigos, y, por otro, conocer las circunstancias individuales de los presos polÃticos, que aguardaban la venganza –el exterminio– de una parte de la sociedad alejada de la escuela penal positiva. La apertura de expedientes de ingreso posibilita que se conozcan hoy sus nombres y algunas peripecias vitales. En ese sentido corrieron mejor suerte que quienes sufrieron el ilegÃtimo bando de guerra en el anonimato.
Su punto de partida es el 18 de julio de 1936, que inicia en la penÃnsula la desmembración violenta de la II República, es decir, catorce de los dieciocho años de que consta el montante cronológico de la sección. Las noticias que aportan los expedientes carcelarios dan luz sobre vidas humanas que la maquinaria del franquismo neutralizó o hizo desaparecer. La documentación de ese año (de julio a diciembre) suma 1.441 expedientes, pero no todos los que ingresaron entonces fueron asentados en el registro general de la cárcel, pues sólo 399 presos polÃticos gozan de esa formalidad administrativa. Deben añadirse todos aquéllos que cumplÃan condena tiempo atrás y cuantos, por la razón que sea, no fueron asentados o no se conservan sus expedientes.
La lectura de las minutas anexas a algunos expedientes permite conocer, en algunos casos, a quienes acompañaban al detenido en su entrada o salida del recinto, que aumentan la cifra oficial. Son numerosos los expedientes en esas circunstancias, sobre los que puede elucubrarse, si se tiene en cuenta que el contraste con listas de asesinados en Huelva prueba, de muchos, su muerte violenta, que la Prisión, cómplice con la autoridad gobernante, empleaba para éstos determinadas consignas (obviar su ingreso y/o excarcelación), o bien, dado que algunos sobrevivieron, que, en realidad, la administración carcelaria fue ineficaz ante una situación de esta naturaleza, utilizando métodos, cuando menos, harto irregulares de burocratizar a la población reclusa durante aquel año.
El carácter criminal de todas las excarcelaciones se aprecia en la inexistencia de autos judiciales, ni siquiera invocando la socorrida aplicación del bando de guerra, si se exceptúa el caso del diputado Juan Gutiérrez Prieto, condenado a muerte tras la pantomima de un consejo sumarÃsimo de urgencia, único preso polÃtico de 1936 cuyo expediente informa sobre su destino verdadero. Avanzado 1937, para encubrir el franquismo su actuación genocida se parapeta tras los tribunales de justicia militar, pretendiendo legalizarla. Pero acaba de estallar el ‘movimiento’ y es la milicia la que, usurpando el poder judicial, interpreta leyes y programa la eliminación inmediata de los desafectos sin concurso de los tribunales. Claro está, la Prisión Provincial, convertida en improvisado almacén de izquierdistas a la espera de su depuración, se limita a encarcelar o excarcelar por orden superior. Amparados unos en otros, nadie asume la muerte de los sujetos que idearon exterminar.
La editorial espera culminar la publicación en los próximos meses de los expedientes carcelarios del perÃodo 1940-1945.
http://www.facediciones.es/index.php?cat=6
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