El arzobispo de Valencia inaugura el templo de los mártires de la Guerra Civil
En una nave cedida por el ayuntamiento junto a la Ciudad de las Artes
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MIQUEL ALBEROLA – Valencia –
El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, presidió ayer la bendición de la Parroquia Santuario de los Mártires Valencianos, impulsada por su antecesor, AgustÃn GarcÃa-Gasco, para honrar la memoria de los beatos valencianos muertos en la Guerra Civil «por el odio a la fe» y de todos aquellos que murieron «en la misma persecución religiosa y fueron beatificados con anterioridad».
El anuncio del proyecto en 2007 levantó una honda inquietud en algunos cÃrculos de la Iglesia, que consideran a GarcÃa-Gasco como «un hombre con una cierta mentalidad nacionalcatolicista», pero también en sectores progresistas de sociedad, que interpretaron el empeño del anterior arzobispo como un acto propio de la inmediata posguerra que no ayudaba a la concordia entre los bandos que libraron la contienda.
Previamente, GarcÃa-Gasco, que ya se acercaba a la jubilación, habÃa promovido la beatificación de 226 valencianos muertos en la Guerra Civil, entre los que habÃa sacerdotes, religiosos y seglares, y que fue materializada por el Papa Juan Pablo II en 2001. Asimismo, abrió en 2004 otro proceso de canonización de otros 250 mártires.
Según el comunicado del Arzobispado de Valencia, la parroquia inaugurada ayer por la tarde sobre los tres primeros arcos de la antigua nave industrial de la compañÃa Cross, junto a la Ciudad de las Artes, está dedicada a los 274 mártires valencianos beatificados o canonizados a lo largo de la historia. En un futuro serán acondicionados otros siete arcos de la nave, cedida por el Ayuntamiento de Valencia a cambio del solar arqueológico de la plaza de L’Almoina.
El coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, MatÃas Alonso, consideró ayer que este «controvertido templo» puede ser «usado polÃticamente con el consiguiente daño a la convivencia, mientras que sigue la hostilidad hacia las otras vÃctimas y la memoria democrática».