Con la sensación de haber sido «ninguneado», el especialista recoge en un diario paso a paso la excavación infructuosa de los restos del poeta

 

MARINA MARTÍNEZ mmartinez@diariosur.es | MÁLAGA.

Más de media vida lleva Ian Gibson (Dublín, 1939) buceando en la vida y obra de Federico García Lorca. Todo empezó en 1971, con un estudio sobre el poeta granadino que el hispanista irlandés tuvo que publicar en París por la represión franquista. Más tarde engrosarían su producción otros estudios, entre ellos los dedicados a Dalí y Machado. Ahora, Gibson regresa a las librerías con ‘La fosa de Lorca. Crónica de un despropósito’ (Alcalá), diario que escribió durante la búsqueda de la fosa de Lorca, a finales de 2009. Necesitaba recogerla para «soportar el estrés» de un proceso del que se ha mantenido al margen, no por voluntad propia. De una búsqueda «defectuosa» y una investigación «demasiado restringida» da detalles en este libro.

-¿Por qué es la crónica de un despropósito?

-Es un diario que escribí durante los meses de la excavación, como no me consultaron y sufrí mucho porque no sabía nada de lo que pasaba, decidí escribir todo lo que oía, lo que decía la prensa, lo que la gente me comentaba… La idea no era publicar el libro, sino sobrevivir a aquello.

-¿Se ha sentido despreciado?

-Sí, y es lógico, porque yo empecé a trabajar en Lorca con 27 años y ahora tengo 71. Tengo mucha implicación en todo esto. La Junta me dio la Medalla de Oro por mis libros sobre Lorca y ahora no me consultan, ha sido un ninguneo con mayúsculas, y creo que habría podido aportar información. Por eso creo que este libro tiene algo de ajuste de cuentas.

-¿Ha recibido alguna llamada?

-No, nadie ha dicho nada. No sé si darán la callada por respuesta.

-¿Tampoco la familia?

-Tampoco han dicho nada, y no creo que lo hagan. Es bastante vergonzoso que tantos años después de la muerte del dictador no sepamos dónde está y la familia no ayuda.

-Ha llegado a insinuar que los herederos podrían haber alcanzado un acuerdo con el Régimen. ¿Cree que hay mucho que esconder?

-Nadie lo sabe del todo. Pero para empezar habría que haber hecho bien el trabajo de búsqueda porque ha habido muchas deficiencias, no se hizo bien el sondeo previo y la zona investigada era demasiado restringida. Lo lamento porque va a ser muy difícil que se busque otra vez, en Granada no hay interés por parte del PP por encontrar a Lorca.

-¿Piensa que el franquismo es aún una losa para el PP?

-Sí, y sería muy fácil avanzar con un poco de magnanimidad. Se trata de cerrar heridas, no hay odio.

-Sin embargo, en Málaga gobierna el PP y se han exhumado más de 3.000 cadáveres del cementerio de San Rafael…

-Siempre he dicho que la actitud del PP en Málaga me parece muy razonable, no han impedido la búsqueda. Lo que ocurre con Lorca es que es el máximo símbolo de lo que pasó aquí, él supuso un problema para el régimen franquista y lo sigue suponiendo para la derecha.

-¿Y piensa que los restos están en esa zona entre Alfacar y Víznar?

-Sí, estoy convencido. A lo mejor me equivoco, pero me baso en el testimonio del enterrador, él se arriesgó, me llevó allí y sé que no mentía. Yo sigo con la esperanza de que un día encuentren los restos.

-Lleva años tras los pasos de Lorca. ¿No se ha convertido en una obsesión?

-La verdad es que sí, bueno, es una de mis obsesiones. Lorca ha influido mucho en mí, me identifico muchísimo con su obra. He hecho también libros sobre Antonio Machado, Dalí… Pero Lorca es para mí el más grande, el que más me ha dado.

-Y también aparece en la biografía que prepara sobre Buñuel…

-Sí, es que hay muchísimo Lorca en Buñuel. No se puede hablar de Lorca sin tener en cuenta a Dalí, y no se puede hablar de Dalí sin tener en cuenta a Buñuel. Eran tres genios.

-Sería entonces una gran satisfacción encontrar sus restos…

-Claro, aunque han dicho de mí que lo quiero es la foto con el cráneo de Lorca, y eso es una calumnia. Yo no podría ver sus restos, me daría un infarto de la emoción. Yo quiero que se localicen, solo eso.

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