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La República gana la memoria a Franco

El Norte de Castilla, | 9 noviembre 2010

El Palacio Episcopal de Salamanca, sede del golpe, ofrece una muestra sobre el Ministerio de la Guerra

 

09.11.10 – 00:13 – FRANCISCO GÓMEZ | SALAMA

Entre septiembre de 1936 y octubre de 1937, Francisco Franco, cabeza de los militares golpistas contra la República, instaló en Salamanca su cuartel general y residencia tras ser investido como ‘Generalísimo’ por la Junta de Defensa Nacional. Fue a pocos pasos de la Catedral, en el Palacio Episcopal, desde donde dirigió la rebelión y donde grabó algunos discursos y mensajes que han llegado hasta hoy.

Ahora, como una pequeña recompensa del destino, la primera planta de ese edificio se llena con una exposición de la Fundación Largo Caballero dedicada precisamente al Ministerio de la Guerra, el organismo que tuvo que plantar cara a una insurrección militar que fue incapaz de contener y que supondría el final de la República.

Con ‘Ministerio de la Guerra 1931-1939. Tiempos de paz, tiempos de guerra’, la Fundación Largo Caballero pretende «permitir avanzar en el conocimiento de una parte de nuestra historia que ha sido bastante poco estudiada, contribuir a arrojar más luz sobre ella y a conocer los errores y aciertos», explicó el presidente, Jesús Pérez.

Para ello, la exposición, que cuenta con 130 fotografías, paneles didácticos y varios documentos y objetos originales, se articula en tres bloques: la explicación de la sede histórica del Ministerio de la Guerra, el Palacio de Buenavista, actual sede del Ejército de Tierra; la evolución del organismo durante el periodo entre la proclamación de la República y la guerra; y el difícil manejo del conflicto bélico y la autoridad militar durante la contienda civil.

Un civil entre militares

La comisaria de la exposición, Manuela Aroca, explicó que la muestra es en gran medida «una reivindicación de lo que muchos militares hicieron por la República», ya que señaló que «nadie se ha ocupado de reivindicar el papel de aquellos que desde el Ejército siguieron leales a la República, ensombrecidos por el reconocimiento masivo a la figura de los milicianos».

Aroca subrayó aspectos básicos en los que permite ahondar la exposición, como la llegada por primera vez de un civil a la cartera de la Guerra, que bajo Manuel Azaña «se convirtió en uno de los resortes básicos para llevar a cabo el tránsito hacia un nuevo modelo político de democratización del Estado».

Movimientos de reforma en las estructuras que tuvieron su respuesta, aseguró la comisaria, con la llegada al poder de los gobiernos de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) que, con Gil Robles al frente, «frenó el alcance de los cambios iniciados».

Tras aquella convulsa paz, llegó la guerra. La exposición muestra el cambio de un ministerio «que se vio obligado a asumir la defensa de la República por las armas en un contexto muy difícil de disgregación de la autoridad ante el impulso popular de las milicias». Se narran los esfuerzos por unificar los mandos y por mantener una respuesta organizada a la rebelión militar fascista.

La comisaria certificó que los esfuerzos por unificar un cuerpo bélico consiguieron frutos de forma tardía, cuando ya no se pudo «evitar la derrota que selló la desaparición de la República». Sin embargo, el recuerdo a aquellos militares «sirve de homenaje a los que hace décadas entendieron el papel democrático y subordinado al poder civil que hoy representa el Ejército». La exposición podrá verse hasta el 30 de noviembre.

http://www.nortecastilla.es/v/20101109/cultura/republica-gana-memoria-franco-20101109.html