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Canalejo, ¿colaborador franquista o conspirador?

El País, 05/12/2010 | 6 diciembre 2010

Documentos históricos atestiguan que el jefe coruñés de la Falange trabajó con la conjura que preparó el golpe del 36

 

PAOLA OBELLEIRO – A Coruña –

Está aún por escribir la biografía de Juan Canalejo (1897-1936), uno de los jefes de la Falange en Galicia más insignes y activos en los meses previos al Golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Conspirador violento para el Gobierno de la República, mártir para la dictadura franquista, el militar coruñés que dio nombre durante más de medio siglo al hospital de su ciudad natal y que fue reiteradamente honrado por su Ayuntamiento tuvo, sin embargo, un papel relevante en la preparación de la sublevación que derivó en la Guerra Civil. Así lo atestiguan documentos históricos, informes de la Falange guardados en el Archivo General de la Administración en Alcalá de Henares, informaciones de prensa y testimonios varios.

Para la comisión de expertos sobre cuyo informe se basó el Ayuntamiento coruñés para retirar a Canalejo los títulos honoríficos de hijo predilecto y concejal honorario (concedidos en 1943) así como su nombre a la calle en la que sus padres habían tenido una panadería, no hay duda: el jefe provincial de la Falange y jefe territorial de las milicias armadas «cuyo objetivo era derribar el régimen republicano» estuvo «implicado en la conjura previa a la sublevación militar».

Juan Canalejo, según consta en la Comisión Municipal permanente de agosto de 1939, es honrado por ser «precursor del Movimiento, maestro en doctrinas nacional-sindicalista y conductor de juventudes». El historiador Luis Lamela, uno de los expertos que asesoró al Ayuntamiento, saca a relucir un informe oficial de la Falange en el que se desgrana la acción de José Laciana, uno de los más próximos colaboradores de Canalejo. En uno de los múltiples pasos de este último por la cárcel, Laciana lo sustituyó en vísperas de la sublevación. «Durante ese tiempo, lleva personalmente la dirección y el enlace de la Falange con el Alzamiento colaborando con los mandos militares comprometidos y recibiendo instrucciones de Madrid». Para Lamela, está claro que Canalejo sí colaboró, como dirigente de la Falange, «en la fase previa al llamado Movimiento Nacional».

Pero su familia, encabezada por su única hija, María del Carmen, lo niega y recurrió la decisión municipal ante los tribunales. Un juez, tras admitir el caso, será el encargado de decidir si hay realmente datos históricos, cuya veracidad contestan rotundamente los descendientes de Canalejo, para aplicar en este caso, como acordó el Ayuntamiento, la ley de Memoria Histórica que obliga a retirar de calles y edificios públicos «toda exaltación» a los colaboradores del golpe de 1936, de la Guerra Civil y la dictadura.

Para la hija de Canalejo, religiosa en A Coruña, los expertos e historiadores que asesoraron al Ayuntamiento se basaron en «razones falsas, inciertas y sin apoyo fático» para recomendar la retirada de honores a su padre. la Falange nunca fue ilegalizada, arguye, y su padre estaba en la cárcel cuando se produjo el Golpe de Estado.

Canalejo, teniente de Intendencia y amigo personal de José Antonio Primo de Rivera, comenzó una activa carrera política, centrada en acciones violentas para desestabilizar el Gobierno republicano tras acogerse a la ley de Azaña que permitía a mandos militares contrarios a la República retirarse con paga del Ejército. Se libró de la cárcel, gracias al chivatazo de un amigo, cuando la cúpula de la Falange fue detenida en abril de 1936. Pero fue apresado dos meses después en Madrid, junto a otros destacados dirigentes falangistas. Y en noviembre, ya iniciada la Guerra Civil, fue ejecutado sin llegar a ser juzgado en el violento suceso de Paracuellos del Jarama (Madrid).

http://www.elpais.com/articulo/Galicia/Canalejo/colaborador/franquista/conspirador/elpepuespgal/20101205elpgal_9/Tes