«Tardé 32 años, seis meses y siete dÃas en hallar a mi hijo»
Familias de niños robados durante el franquismo comparten éxitos y dudas
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NATALIA JUNQUERA – Madrid – 12/12/2010
«Yo he encontrado a mi hijo. Me ha costado 32 años, seis meses y siete dÃas…». Carmen Cruz hablaba por videoconferencia desde Tenerife para una treintena de familias reunidas en el Ateneo de Madrid en unas jornadas sobre niños robados durante el franquismo y en los primeros años de la democracia.
«Yo he encontrado a mi hijo. Me ha costado 32 años, seis meses y siete dÃas…». Carmen Cruz hablaba por videoconferencia desde Tenerife para una treintena de familias reunidas en el Ateneo de Madrid en unas jornadas sobre niños robados durante el franquismo y en los primeros años de la democracia. Carmen dio a luz en Bilbao en 1978. TenÃa 17 años.
«Tuve a mi hijo en mis brazos, pero por más que me resistÃ, me lo quitaron», recordaba emocionada. «El año pasado, después de muchas pistas falsas, de desanimarme muchas veces, al fin le encontré. Le he presentado a su padre, a sus hermanos… DeberÃa haber dejado de buscar, pero siento la obligación moral de ayudar a encontrar a otros». Lo ha hecho. Dos madres se han reunido con sus hijos gracias a ella.
En la sala escuchaban muy atentas familias que siguen buscando a sus seres perdidos. Algunas se entrevistaron recientemente con el fiscal de la Audiencia Nacional Javier Zaragoza, quien les dijo que la justicia no podÃa ayudarles, pero el Gobierno sÃ: creando una oficina de atención a las vÃctimas que funcionara como un gran banco de ADN donde ir a buscar a madres, hermanos o hijos separados durante el franquismo. «El fiscal nos ha llamado y quiere volver a vernos», animaba al resto de familias Mar Soriano, hermana de Beatriz, que cree que fue robada porque en la clÃnica donde nació en 1964 (O’Donnell, Madrid) a sus padres le dijeron que habÃa muerto de otitis y que no podÃan darles el cuerpo porque ya la habÃan enterrado.
Mar relató su visita al médico que firmó el documento que le entregaron a sus padres y en el que se dice que Beatriz murió de «otitis». No le dijo quién era ella. Se presentó como una persona que querÃa ayudar a esa familia. «Me dijo que cómo era posible que me involucrara con comunistas que solo querÃan dinero».
Como padrinos de las jornadas intervinieron Carla Artés, la primera nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de mayo argentinas, y Paco Lobatón, que en su programa Quién sabe dónde ayudó a resolver casos parecidos. Artés explicó que espera para enero la sentencia contra el hombre que le robó su identidad, hasta que, al cumplir los 10 años, su abuela, que la habÃa buscando por todo el mundo, le dijo quien era. «Yo tenÃa 10 años y lo asumÃ. Pero para muchos hijos que han seguido viviendo con los asesinos y torturadores de sus padres, descubrir con 30 años quiénes son es muy complejo».
Lobatón cuenta que en su programa resolvieron 1.500 casos de desaparecidos. Recuerda uno con emoción, el de Rosa Maestre. «Lo único que tenÃamos era una foto suya minúscula de cuando tenÃa tres años. ¡Y la encontramos!».
Fernando Magán, abogado de las familias, recordó que después de que el juez Baltasar Garzón hablara en un auto del robo de hasta 30.000 niños durante el franquismo, «muchas personas tuvieron la valentÃa de expresar su duda: ¿soy un niño robado?». Mañana presenta un nuevo recurso para que la justicia se encargue de este asunto. Un segundo juzgado, el de Talavera, acaba de decir que el competente para investigar estos robos es la Audiencia Nacional.