«Los maestros republicanos eran una nota discordante que habÃa que suprimir»
Leonardo Borque López. autor del libro «La represión violenta contra los maestros republicanos en Asturias»
J. M. CEINOS
«Anarquistas no habÃa prácticamente ninguno, tal vez dos o tres; y comunistas, también poquÃsimos, eso sÃ, muy jóvenes y muy activos»
Leonardo Borque López (Medinaceli, Soria, 1945), doctor en Historia, fue maestro de Enseñanza Primaria y profesor de Enseñanza Secundaria (Bachillerato). Reside en Gijón desde hace casi cuarenta años. Esta tarde, a las 19.30 horas, en el Centro de Cultura Antiguo Instituto, presentará en Gijón su libro «La represión violenta contra los maestros republicanos en Asturias».
-¿Por qué se decidió a abordar este asunto tan concreto de la Guerra Civil española?
-Hice primero la tesis doctoral, «El Magisterio Primario en Asturias (1923-1937)», o sea, que este libro representa una continuidad, y luego, por otra parte, por las conversaciones que tuve con un maestro de aquella época que se llamaba Enrique GarcÃa Riestra, de Oviedo, que falleció hace unos años, que fue quien me transmitió toda aquella inquietud sobre aquellas vÃctimas.
-Dentro de la represión general de los vencedores con los vencidos, ¿la de los maestros fue especialmente virulenta?
-Efectivamente, fue una represión muy destacada, y lo subrayan todos los investigadores. En muchÃsimas provincias en realidad la historia de la represión se está haciendo en estas últimas décadas, y en las investigaciones se menciona a los maestros de forma especial.
-¿El ensañamiento con los maestros republicanos a qué es debido, a que transmitÃan un nuevo concepto de nación?
-Una cosa que constaté es que éstos eran una minorÃa dentro del conjunto. Por ejemplo, aquà en Asturias la plantilla de entonces, más o menos, estaba por encima de los 2.500 maestros, y los maestros republicanos eran muy pocos centenares, no llegarÃan, en ningún caso, a quinientos.
-… Pero eran peligrosos para los vencedores…
-Vamos a ver, era una minorÃa. Entre ellos los habÃa mayores que ya se habÃan curtido en los pueblos luchando contra el caciquismo de antes de la dictadura de Primo de Rivera y durante ella, y luego se incorporan otros, producto de la inquietud y de las luchas sociales de la II República. El conjunto, en efecto, alarmó a la derecha; por una parte, tanto los viejos como los nuevos maestros representaban una nota discordante en la enseñanza que hasta entonces se habÃa mantenido bajo control de la derecha y de la Iglesia. Esta nota discordante, evidentemente, habÃa que suprimirla. Empezaron ya acusándolos de que habÃan tenido responsabilidad en la preparación de la Revolución de 1934 y luego se estableció casi la identidad entre maestro y revolucionario.
-¿HabÃa muchos maestros republicanos anarquistas y comunistas en Asturias?
-Anarquistas no habÃa prácticamente ninguno, tal vez dos o tres, y comunistas, también poquÃsimos, no llegarÃan a cincuenta, eso sÃ, muy jóvenes y ruidosos, muy activos; pero eran 50 en un colectivo de 2.500.
-Es decir, la mayorÃa de los maestros republicanos son polÃticamente moderados…
-Eran, sobre todo, de Izquierda Republicana (el partido de Manuel Azaña), del Partido Radical Socialista, y otros, del Partido Socialista, que durante la II República oscila entre posiciones moderadas y otras más radicales.
-¿Podemos identificar, por tanto, el prototipo de maestro republicano con el personaje que interpretó Fernando Fernán Gómez en la pelÃcula «La lengua de las mariposas»?
-SÃ, un hombre liberal, moderado y en absoluto un revolucionario. Los revolucionarios eran los comunistas, que, ya comenté, eran una estricta minorÃa.
«Los mayores se habÃan curtido en los pueblos luchando contra el caciquismo»