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“El Valor de un juramento»

La Librería de El Sueño Igualitario, | 18 enero 2011

Obra de los historiadores Javier Rodríguez González y Enrique Berzal de la Rosa

Se puede adquirir al precio de 15 euros a través de La Librería de El Sueño Igualitario

357 páginas

24,5 x 17,5 cm

Recuperar la memoria de los militares y milicianos que fueron víctimas de la represión franquista como base de la ciudadanía democrática es un deber de justicia histórica, afirma la calidad de la democracia y es una inversión de futuro porque no se debe de olvidar que la identidad se construye en buena medida con el material de la memoria.

El libro ‘El valor de un juramento. Militares y milicianos en defensa de la República’, obra de los historiadores Javier Rodríguez González, profesor de la Universidad de León, y Enrique Berzal de la Rosa, profesor de la Universidad de Valladolid, pretende contribuir a ello a través de la recuperación histórica de aquellos militares y miembros de las milicias que desarrollaron un papel de primer orden en la defensa de la legalidad vigente en las provincias que forman la actual Comunidad Autónoma de Castilla y León.

Editado por la Fundación 27 de Marzo de la UGT, que dirige Fermín Carnero, este libro es el resultado de un proyecto de investigación impulsado por dicha Fundación y subvencionado por el Ministerio de Presidencia.

La obra reconstruye la Guerra Civil en las localidades que conforman actualmente la Comunidad Autónoma a través de la peripecia vital de aquellos militares y milicianos más relevantes por su actuación en defensa de la legalidad vigente.

Acompañada de importante material gráfico y elaborada, en buena medida, a través de documentación directa procedente de Archivos variados (Guerra Civil de Salamanca, General Militar de Segovia, Real Chancillería de Valladolid, Capitanía General de la 8ª Región Militar, Archivo Intermedio de la Región Militar Noroeste en Ferrol, etc.), la obra repasa la labor realizada en defensa de la legalidad republicana por personalidades tan destacadas como los generales Molero y Batet, al frente de las Capitanías de Valladolid y Burgos respectivamente, pero también de guardias civiles y milicianos destacados.

Para Valladolid, por ejemplo,  los autores se centran en el citado Molero y en sus ayudantes, Liberal y Riobóo, en el guardia civil Eusebio Ruiz Guerra, en José Rubio Saracíbar y en el general Anselmo Otero-Cossío.

En Palencia resultó fusilado José González-Camó, pionero de la aviación española, y sufrieron represión Eugenio Touchard y José Azpeitia. La sublevación militar en Burgos, por su parte, se cobró, como víctima más relevante, la del general Batet, sin olvidar a sus leales colegas Herrero Company, Eduardo Dasca, Luis Villena o Enrique Marín Valenzuela.

En Segovia destacaron por su actividad milicianos como Isidoro Ponce y Antonio Linage, y no menos relevante resultó la labor del mismísimo Emiliano Barral, escultor de enorme fama fallecido en el frente.

Curiosa resultó la peripecia, ya en Zamora, del comandante de carabineros Emilio Ortega, que aun cambiando de bando sufrió represión por los sublevados, aunque mucho más grave fue lo que les ocurrió a otros colegas como el sargento Andrés López Pichel y el alférez López Fabián, fusilados por mostrar temor a los falangistas.

Diversas historias de vida, algunas verdaderamente trágicas, se dan cita en los capítulos que reconstruyen la guerra civil y la defensa de la República en León. Desde la más que famosa –y a menudo polémica- peripecia del capitán Juan Rodríguez Lozano, abuelo del presidente del Gobierno del que se reconstruye su testamento, pasando por el capitán Calleja, los tenientes Emilio Fernández, Miguel Alonso Fernández y Alejandro García Menéndez, los dos Consejos de Guerra que sufrió Carlos Alamego, los Guardias de Asalto ejecutados o el derrotero de Manuel Ramos Rueda, que pasó de teniente a guerrillero.

En el frente de guerra abulense actuaron los tenientes coroneles Juan Plaza Ortiz y Francisco del Rosal, y en Soria destacaron milicianos adscritos al Batallón Numancia, como Benito Artigas –su principal impulsor-, Félix Ramos o el reputado crítico de Arte Juan Antonio Gaya Nuño.

Y es que en ‘El Valor de un juramento’ no falta la descripción de las principales milicias castellanas y leonesas: las citadas de Soria y Segovia, los grupos milicianos de la guerrilla leonesa, el batallón ‘Andrés y Manso’, los milicianos abulenses en el Quinto Regimiento y en la ‘Columna Mangada’, y los batallones ‘206’, ‘Comuneros de Castilla’, ‘Iskra’ y ‘Campesinos del Tiétar’.

http://www.cazarabet.com/lalibreria/fichas38/valor.htm