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Cartografía gaditana del crimen: 100 fosas 100

Juan Gallo. La Voz, 20.01.2011 | 21 enero 2011

El uso por sistema de las desapariciones forzosas por parte de muchos regímenes dictatoriales se convirtió en un arma de guerra

JUAN GALLO COMISARIO DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA

Desde el principio de los tiempos, todas las culturas han dispuesto de diferentes ritos para enterrar y honrar a sus muertos: el enterramiento o la incineración, la realización de ceremonias de despedida, las misas para los creyentes, el consiguiente duelo…, etc forman parte de la esencia de la humanidad.

El uso por sistema de las desapariciones forzosas por parte de muchos regímenes dictatoriales se convirtió en un arma de guerra que no solo hacía desaparecer al enemigo, sino que evitaba su duelo y su recuerdo como testigo del horror. El franquismo tuvo presente esto para sistematizar su represión y sembrar un terror permanente desde julio de 1936. La ignominia, los asesinatos selectivos, la vejación pública de las mujeres, la incautación de los bienes y propiedades de los vencidos y, sobre todo, el enterramiento en fosas comunes son claros ejemplos de un crimen contra la humanidad.

Al objetivo de honrar y homenajear a las víctimas y sus familiares y con la idea clara de que para hacer todo eso hay que investigar nuestro pasado de forma rigurosa es por lo que la Junta de Andalucía viene trabajando en la recuperación de la memoria histórica desde hace más de una década. Los proyectos son muchos y variados; podemos citar, por ejemplo, la investigación de los tribunales de responsabilidades políticas del franquismo, las exhumaciones de fosas, la indemnización a expresos y represaliados, la celebración de jornadas, seminarios, congresos internacionales, actos de homenaje…, etc.

Entre esos trabajos quiero destacar la elaboración del Mapa de Fosas de Andalucía en el que se comenzó a trabajar en el año 2003 y que ha sido presentado a los medios de comunicación el pasado mes. Ha sido una elaboración larga pero meticulosa y, sobre todo, colectiva.

Partiendo de un diseño de ficha elaborado por la Junta para homogeneizar todas las provincias, en el mapa han trabajado: las asociaciones de recuperación de memoria histórica, las universidades públicas andaluzas mediante un Comité Técnico que ha dado validez científica a los trabajos y, posteriormente, realizado ya materialmente el mapa, el Instituto Andaluz de Patrimonio y el Instituto Andaluz de Cartografía de la Junta de Andalucía, con la revisión de su Comisariado de Memoria Histórica. Todos los trabajos han sido financiados por la Junta de Andalucía.

La localización de estas fosas ha sido un proceso complicado, ya sea la localización de las fosas situadas en cementerios o las que se encuentran en campo abierto. En los cementerios se ubicaban sin señalización, en algunos casos en lugares que servían de escombrera. Muchas fueron afectadas por obras o cubiertas por nichos nuevos, eso cuando no al construirse un nuevo cementerio los restos eran arrojados al osario. En campo abierto, algunas de las antiguas fosas fueron afectadas por corrimiento de tierras, construcción de nuevas carreteras, acción de alimañas o la urbanización de terrenos rústicos. Concretamente, en Cádiz se han localizado 100 fosas repartidas por todo el territorio provincial, desde Sanlúcar de Barrameda a La Línea o desde El Puerto de Santa María a Olvera.

Hay que entender que la situación de estas fosas son el fruto de la memoria oral colectiva de nuestros pueblos, transmitida de una generación a otra pero en la mayoría de los casos, sin ninguna comprobación científica que nos aporte datos exactos sobre la localización, el estado de la fosa o número de cuerpos sepultados. Comprobación que a día de hoy solo puede hacerse mediante sondeos arqueológicos o detección por georradar.

En muchas de ellas los familiares, bien durante la dictadura de forma casi clandestina o, en los primeros momentos del fin de ésta, de forma casera, en la intimidad y sin eco público, rescataron los restos de las víctimas y les dieron ese enterramiento digno al que todos tenemos derecho o, como decía un cura amigo mío, como Dios manda. El historiador Fernando Romero relata casos de estas exhumaciones en Alcalá del Valle o Villamartín. Quizás también en Torre Alháquime.

También en otros casos, por orden del gobierno franquista, muchos ayuntamientos tuvieron que enviar restos de víctimas del bando perdedor enterradas en fosas comunes de su término municipal, con objeto de rellenar el mausoleo que se hizo construir el dictador y a donde muchos familiares de los vencedores no quisieron enviar sus propios muertos.

Los 3.071 gaditanos y gaditanas asesinados por los golpistas no están todos en esas fosas, y hay que dejar claro que no existe tampoco una relación entre el numero de fosas y el numero de víctimas. Existen fosas con dos víctimas, en Sierro de Almería , o con mas de 4.471 cuerpos en el cementerio de San Rafael de Málaga.

También dificulta la localización de víctimas que el golpe militar triunfara en pocos días en la provincia, por lo que las víctimas se producen durante el periodo que tienen efecto los bandos de guerra, que animaban al asesinato sin causa judicial ni registro en los cementerios y enterramiento en cunetas o parajes ocultos. Por este motivo no se ha podido descubrir dónde yace el cuerpo del ultimo presidente republicano de la Diputación de Cádiz, Francisco Cossi, a pesar de los esfuerzos de sus familiares y sí en cambio fue exhumado por sus familiares y enterrado dignamente el leal defensor de la legalidad el Capitán Antonio Yánez-Barnuevo.

En resumen, el mapa de fosas de Cádiz, como el de Andalucía, sirve, ademas de para cumplir con la Ley, para comprender la inmensidad de los crímenes contra la humanidad que se cometieron en nuestra tierra hace 75 años.

http://www.lavozdigital.es/cadiz/prensa/20110120/opinion/cartografia-gaditana-crimen-fosas-20110120.html