La herida abierta en La Palma por la represión extrema de la dictadura franquista empezará a cicatrizar

Martín Macho  / Las Palmas de Gran Canaria

La herida abierta en La Palma por la represión extrema de la dictadura franquista empezará a cicatrizar. Los restos de los ocho asesinados por los verdugos de los golpistas hallados en 2006 y 2007 en la fosa común del Pino del Consuelo de Fuencaliente, 75 años después de ser masacrados y tirados a una tumba furtiva, recibirán sepultura como se merecen.

El funeral se llevará a cabo el próximo mes de febrero en el cementerio Fuencaliente. Será un acto sencillo y emocionante, señala Félix González, miembro de la Asociación para la Memoria Histórica de La Palma. Se trata de darle la sepultura digna que, resaltó, hace casi tres cuartos de siglo, debido al miedo a la barbarie desatada por los falangistas, entonces no se les pudo ofrecer. La historia hace al fin justicia: la memoria entierra a sus muertos olvidados por la sinrazón.

La presidenta del citado colectivo, Aralda Rodríguez, explicó que hace un mes la titular del Cabildo de La Palma, Guadalupe González Taño, le comunicó que la juez de Los Llanos de Aridane había autorizado el sepelio de los ocho esqueletos encontrados en 2006 y 2007 en la fosa común del Pino del Consuelo de los exterminados en 1936 por el totalitarismo al principio de la Guerra Civil impuesto por el golpe militar contra la democracia.

custodia. Los restos han permanecido hasta ahora en el Museo Arqueológico Benahoarita de La Palma emplazado en Los Llanos de Aridane bajo la tutela del Cabildo a la espera de que aparecieran familiares, apuntó González Taño.

«Creemos que había pasado un tiempo prudencial y por eso pedidos hace más de un mes permiso al juzgado para enterrarlos», agregó la máxima autoridad insular. La Ley de Memoria Histórica, recordó, señala que los cuerpos de los represaliados deben ser sepultados en el cementerio del municipio donde fueron encontrados.

Los miembros de la Asociación de la Memoria Histórica de La Palma, en colaboración con el Cabildo y el Ayuntamiento de Fuencaliente, indicó Aralda Rodríguez, están organizando en estos momentos el funeral. «Cuando nos avisaron», dice, «no teníamos preparado nada y, por eso, todavía no se ha podido fijar una fecha exacta». No obstante, avanzó que, con toda seguridad, el sepelio tendrá lugar en febrero

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