Aquellos que se dedican a sacar de las cunetas y fincas los restos de los fusilados en la Guerra Civil merecen el apoyo de todos los que se tilden demócratas

Sé que es un asunto espinoso. Que no importa tanto como otros creemos, pero aquellos que se dedican a sacar de las cunetas y fincas los restos de los fusilados en la Guerra Civil merecen el apoyo de todos los que se tilden demócratas.

Los Emilio Sales, Fernando Magán y, por ejemplo, el colectivo Nuestra memoria, Sierra de Gredos, Toledo llevan tiempo rescatando fusilados por aquellos que se levantaron contra el poder que otorgó el pueblo y no cesan de encontrar dificultades.

El último obstáculo lo tienen en el caso de los enterramientos en el cementerio de Navalcán. Se exhumaron los restos de los cuerpos de Anastasio Sánchez, Joaquín Sánchez, Juan García, Lázaro Rodríguez, Mariano Rodríguez, José Cepeda, Gregorio Muñoz, Benito Otero y Juan Otero y –posteriormente, concretamente el 23 de octubre del pasado año- se inhumaron en el camposanto navalqueño. Magán, apoyándose en la Ley de la Memoria Histórica y al convenio suscrito con el Ministerio de Justicia por parte de Castilla- La Mancha, solicitó a la Junta la instalación de una lápida que fuera costeada por el Gobierno regional. Y hasta ahora se ha obtenido la callada por respuesta.

Un silencio administrativo que recuerda al que hacen imperar en muchos ayuntamientos de estos pagos sus gobernantes en torno a una ley, como la de Memoria Histórica, que da la impresión que ha escocido dentro de este iluso mundo político. El otro día me lo comentaba un comunista de pro: “Si esto hacen los socialistas, que no harán los populares si llegan a los distintos gobiernos”. Yo, evidentemente, no le contesté. También le dí la callada por respuesta. No quise responderle lo que algunos gobernantes me espetan cuando les interrogo sobre el asunto: “Estamos en ello”. ¿Es mejor el silencio o la evasiva? Hasta la semana que viene.

http://www.lavozdeltajo.com/noticia/205/OPINI%C3%93N/fusilados-sin-l%C3%A1pida.html