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Sitios utilizados por la represión franquista en Cantabria

Isidoro Bermejo. Diagonal Cantabria, | 29 enero 2011

No se refieren sólo a la ciudad de Santander sino que de forma extensiva recorren toda la comunidad

SITIOS UTILIZADOS POR LA REPRESIÓN FRANQUISTA A LO LARGO Y ANCHO DE LA GEOGRAFÍA CÁNTABRA

Los espacios utilizados por el franquismo en la represión han sido de lo más variados. A los empleados como centros de detención, se suman las obras publicas levantadas con mano de obra prisionera

Los sitios que en Cantabria debemos reclamar para la memoria de la represión franquista no se refieren sólo a la ciudad de Santander, (Ver DIAGONAL CANTABRIA 20), sino que de forma extensiva recorren toda la comunidad.

Debemos considerar en primer lugar, que en ningún caso se mantuvieron las condiciones mínimas de salubridad, higiene y condiciones de dignidad humanas en tanto que no eran locales indicados para encerrar personas ,ni a tantas ni por tanto tiempo. Esas deficiencias no fueron modificadas en ningún momento entendiéndose que el mantenimiento de las mismas formaba parte del castigo.

Detenciones en Torrelavega

Así, en el segundo núcleo de población de la entonces provincia, Torrelavega, los principales centros de detención los constituía un antiguo almacén de maderas llamado La Importadora junto con la sala de fiesta Alcazar, además de la cárcel de partido. Para las mujeres habilitaron dos salones de fiesta ya desaparecidos; se trata de la Sala Olympia y la Sala Shangay donde sufrieron prisión mujeres de Torrelavega y de los alrededores, hasta zonas tan alejadas como Buelna y Arenas de Iguña, de donde tenemos recogidos testimonios.

En Reinosa, sede de un Tribunal Militar para formalizar Consejos de Guerra, fueron prisiones el propio ayuntamiento así como la cárcel de partido y otras instalaciones particulares. No obstante la memoria local guarda recuerdo del Frontón, donde se procedía a los fusilamientos derivados de los Consejos.

La costa oriental

Un testimonio nos indica que hubo una prisión exclusivamente para mujeres de la que en los últimos meses de 1937 sacarían para su fusilamiento a seis de ellas.

En Castro Urdiales es insólito el uso del Faro como cárcel de mujeres además de las propias dependencias municipales y la sede de Falange. Hasta Castro, con destino a Bilbao o a Santander, llegaron mujeres de todo su demarcación llegando también de la zona de Trucíos.

En Laredo, la prisión de mujeres se situó en un antiguo caserón de la puebla vieja, todavía hoy en pie. Los hombres aguardaron su suerte en dependencias municipales, sitas en un establecimiento antiguo.

En Santoña, todavía sin su complejo carcelario, aún se mantiene el caserón que fue utilizado como cárcel y que hasta hace poco años fue sede de Falange.

Escuelas utilizadas como prisión conocemos en Pejanda, en Polaciones y en Silio en el valle de Iguña. En Molledo se utilizo el cuartel de la Guardia Civil y la sede de Falange.

En el Valle del Miera, el pueblo de Liérganes contó con su propio campo de concentración en el Balneario y el chalet que ocupa solar en el centro del pueblo fue sede de detención de Falange de donde logró escapar El Cariñoso para iniciar su aventura de guerrillero. En el cementerio de Liérganes yacen dos jóvenes muchachas muertas a mano de la guardia civil. Ninguna señal indica esta fosa que sabemos está situada entrando a la derecha. Y hablando de guerrilleros, en los riscos que se abren sobre los túneles de la A8 a la altura de Islares, murió desangrado el joven Bedoya, escondido allí arriba huyendo de los tiros de la guardia civil.

En el valle de Carriedo es conocido como lugar de fusilamiento el Puente del Diablo, en la carretera que sube hasta Selaya.

En Renedo los falangistas usaron la casa conocida como Las Camelias así como el Palacio de Moltalban como centros carcelarios; los testimonios indican que el primero sería el usado para las mujeres de esa zona.

En Potes debemos destacar la fosa común del cementerio donde fueron enterrados una veintena de lebaniegos desde los primeros momentos hasta la tragedia de Tama en 1952.

En Cabárceno, los mineros antifascistas fueron recluidos en la Casa de la Mina que todavía hoy se levanta en el centro de esta localidad y de donde tantos sería sacados para ser fusilados.

De otros núcleos importantes en la bahía de Santander, Camargo y El Astillero, conocemos que tras pasos efímeros por dependencias municipales los detenidos fueron internados en los centros de Santander.

Podríamos continuar este itinerario de la Memoria y del Horror, pero quizá sea suficiente para conocer que tras el plácido paisaje montañés se esconde la pintura negra que asoló esta tierra en tiempos recientes.

Otros sitios ‘malditos’ para tener en cuenta

Son también lugares de la memoria todas aquellas obras públicas levantadas con la mano de obra de los prisioneros que procedían de los campos o Batallones de Trabajo: el embalse y los saltos del Nansa en el curso de este río, las instalaciones de la nueva Sniace, el túnel de la Engaña en la Vega del Pas, la reconstrucción de Potes y de tantos otros pueblos, puentes y carreteras y vías de ferrocarril, dañadas por la guerra. Además, otros muchos cántabros fueron enviados a prisiones y campos de concentración. A los hombres se los enviaba a Bilbao, a Escolapios y Larrinaga, y a la Prisión Central de Burgos. Por su parte, las mujeres eran conducidas a cárceles vascas, en concreto a Saturrarán, Amorebieta y Durango. En todas ellas muchos y muchas dejaron su vida. Por otro lado, encontramos ciudadanos cántabros por toda la geografía penitenciaria de la España de entonces. A todo ello hay que sumar, a los 65 cántabros que murieron en el campo de exterminio nazi de Mauthausen, conocido entre los deportados como “El campo de los españoles”, y al que fueron a parar 101 cántabros.

http://www.diagonalperiodico.net/cantabria/spip.php?article515