Compara a los proetarras con los que llegaron a UCD y PP del régimen anterior

GABRIEL SANZ/ABC.

SEVILLA/MADRID

Desde hace días flota en los ambientes del Gobierno y del PSOE la idea de que la democracia tendrá que ser generosa con la izquierda abertzale como lo fue la transición con quienes colaboraron con el régimen anterior. El primero en verbalizarlo fue el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, y ayer, desde Sevilla, donde asiste a la convención municipal del PSOE, el alcalde de San Sebastian, Odón Elorza, se sumó a esa tesis, pero con un añadido: dice Elorza que si es cierto que entre Batasuna y Sortu hay «continuidad» de nombres y apellidos, también la hubo «en muchísmos casos» entre el franquismo y los partidos que inmediatamente después se formaron; es decir, UCD y el PP, lo cual fue «muy estimable y muy valioso» para la transición democrática. Sortu será una continuidad de Batasuna porque «las personas no desaparecen», advirtió.

Odón Elorza, que desde hace ya años mantiene una actitud muy próxima a las tesis de Eguiguren y cierta «comprensión» con el mundo radical abertzale, aprecia «mucho más que brotes verdes» en la antigua Batasuna a favor de jugar a la política desde los principios democráticos. No obstante, cree que incluso con Sortu legalizado quedan seis u ocho años para conseguir la normalización política en el País Vasco.

El alcalde de la segunda ciudad vasca en población reconoce que no hay garantías absolutas de que la banda terrorista ETA haya dejado la violencia definitivamente, pero si las cosas siguen «el guión pensable» Sortu estará en las elecciones del 22 de marzo, porque «seguramente va a resultar difícil que no esté».

Elorza, partidario de que desde los partidos democráticos «no se eche leña al fuego» y se deje trabajar y decidir a la Sala del 61 del Tribunal Supremo con independencia y «total objetividad», cree que el entorno etarra se encuentra en transformación, porque siempre se había dicho que Batasuna tenía que renunciar a la violencia, condenarla, aceptar los principios democráticos y la legalidad vigente y «todo eso ya se está produciendo».

Eliminar «mucho odio»

Con todo, prosiguió el alcalde de San Sebastian en sus declaraciones a los periodistas, la normalización de la vida política vasca requerirá muchos más pasos y costará «seis u ocho años, en el mejor de los casos», convivir en libertad, respetar al que piensa diferente y eliminar «mucho odio» y «mucha cobardía». Y es que, ha estimado, la sociedad vasca tendrá que pasar una «catarsis tremenda», que seguramente hará cuando se sepa con más garantías que ETA va a desaparecer.

«Ojalá que no nos equivoquemos otra vez, pero si nos equivocamos es porque ETA no hace lo que tiene que hacer, que es desaparecer de una puñetera vez», apostilló. Tras manifestar su comprensión por la prudencia con la que está actuando el Gobierno, Elorza consideró que las declaraciones del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, diciendo que Sortu parece la continuidad de Batasuna, forman parte del reparto de papeles que le corresponde a cada uno. Por eso, admitió que muchos de los que forman parte o simpatizan con Sortu provienen e incluso «algunos mentalmente igual son todavía de la antigua Batasuna», pero insistió en valorar el «esfuerzo de transformación» que están haciendo. Un esfuerzo que, a su entender, obedece a la certeza que tienen de que fuera de la legalidad y justificando el terrorismo no van a ningún sitio y «tienen las cosas perdidas», entre otras razones porque ETA está «desprestigiada y su propia gente quiere que lo deje de una vez». A su juicio, a ese entorno «les va a costar un reciclaje importante», que tiene que pasar por «desmilitarizar conciencias», pero están en el camino del juego democrático, pese a que el PP va a «aprovechar» cualquier cosa que se siga y «se va a lanzar a la yugular de quien lo diga, incluso hasta de su propia gente en el País Vasco».

Por otra parte, el Ministerio del Interior aseguró ayer a ABC que es «altamente improbable» que una de las tarjetas de móvil intervenidas al etarra Juan Carlos Yurrebaso, representante de ETA, junto a «Josu Ternera», en las negociaciones de 2006, hubiera sido utilizada antes por el ex director general de la Policía, Víctor García Hidalgo. Yurrebaso fue detenido en Francia el 29 de marzo de 2007 y desde el primer momento aseguró que era uno de los negociadores de la banda asesina. Para corroborarlo, proporcionó unos números de teléfono, entre ellos el de García Hidalgo, imputado por el «chivatazo».

Lote de tarjetas prepago

Las fuentes consultadas por ABC insisten en que la tarjeta prepago que se encontró en poder de Yurrebaso formaba parte de un lote que se compró ex profeso para los contactos que debían mantenerse durante las negociaciones entre el Gobierno y ETA. En concreto, la que se proporcionó al mencionado terrorista fue utilizada por Víctor García Hidalgo en alguna ocasión antes de que se le entregase, lo que sería una «auténtica chapuza», siempre según los mismos medios.

http://www.abc.es/20110213/espana/abcp-elorza-dice-franquismo-tambien-20110213.html