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Los nombres y las voces de la Guerra en Galicia cobran forma

El Mundo.es, 20/02/2011 | 21 febrero 2011

La ley obliga a elaborar un mapa. Un proyecto interuniversitario elabora el mapa de fosas de Galicia

El trabajo de ‘Nomes e Voces’ ha sido reconocido internacionalmente.

Hasta el momento han dedicado cuatro años a la parte documental del proyecto

Pese a que el conflicto apenas duró días, figuran 4.240 represaliados muertos

Buscan el apoyo del Ministerio de Justicia tras el recorte de la Xunta

Miguel Magdalena | Santiago de Compostela

La Ley de Memoria Histórica obliga a las administraciones a elaborar mapas con las localizaciones de las víctimas de la Guerra Civil y de la represión posterior cuyo paradero se ignora. Así, en la Red se pueden encontrar los mapas de Cataluña, Cantabria, Euskadi o Asturias entre otras Comunidades. Galicia está en camino, no porque su Gobierno lo impulse, sino gracias al proyecto interuniversitario ‘Nomes e Voces’, surgido en 2006, Año de la Memoria Histórica, fruto de un convenio entre las tres universidades gallegas y la Consellería de Cultura de la anterior Xunta.

Un equipo de hasta nueve personas, coordinado por Lourenzo Fernández, se encarga de estudiar la geografía de la represión en Galicia y de descubrir las cifras de la injusticia en una tierra donde la Guerra Civil apenas duró días. Ésta es una clave a tener en cuenta para poder interpretar los datos, que demuestran la existencia de una represión en proporción igual de potente que en otros lugares de España.

El volumen de información tratada es notable, con más de 400.000 páginas documentadas y unas 4.000 imágenes recolectadas. Los investigadores han peinado registros civiles, militares y de prisiones, han realizado casi medio millar de entrevistas y han recogido valiosísima información procedente de familias, desde diarios hasta correspondencia. Un laborioso trabajo que ha permitido cifrar en más de 15.000 los represaliados en Galicia y, de ellos, en al menos 4.240 los asesinados en el período que va de 1936 a 1939.

Las cifras «desmienten la apreciación de que apenas hubo represión en Galicia», sentencia Dionisio Pereira, uno de los coordinadores.

Recopilar toda esta documentación ha sido lo que ha ocupado a los investigadores de ‘Nomes e Voces’ en estos cuatro años. El análisis de cada pieza del puzzle, la exposición de datos de cada uno de los represaliados y la extracción de unas conclusiones que puedan aprovechar particulares, investigadores, instituciones o asociaciones de Memoria Histórica, todavía están por llegar. Sin embargo, ya se pueden consultar los primeros resultados del laborioso trabajo.

Panorámica gallega, ayuntamiento por ayuntamiento

Además de en las ciudades, destaca la concentración de casos en Ferrol y el sur de Pontevedra

En la web del proyecto están disponibles varios mapas y estadísticas con los datos generales a niveles gallego y local de las víctimas. Es posible consultar, ayuntamiento por ayuntamiento, el número de muertos, de penas de muerte ejecutadas, de encarcelados y de muertes extrajudiciales. De un vistazo destacan, además de las siete ciudades gallegas -más pobladas-, la alta concentración en el entorno de Ferrol y en los municipios del sur de la provincia de Pontevedra.

Dionisio Pereira, especialista en el movimiento obrero, explica que estas altas cifras en localidades como Tui, O Porriño o Mos se debe al «perfil de trabajadores manuales de la zona, jóvenes y comprometidos con la República», y a la existencia allí de una fuerte resistencia, «con dotaciones de carabineros de frontera y de marineros de la Armada».

Además de los mapas, el proyecto publica varios informes de resultados de la investigación que arrojan interesantes conclusiones. Una amplia totalidad de las víctimas en Galicia y gallegos en el exterior (el 96,73%) son hombres. De las víctimas mortales, el 69,76% fueron extrajudiciales, es decir, sin procesos, y siendo mayoritariamente personas de entre 19 y 45 años de edad y de procedencia obrera y artesana. En cuanto a la cronología, los años 1936 y 1937 concentran el 70,17% del total de las causas militares abiertas.

Objetivo: base de datos y geolocalización

Hasta ahora los trabajos se han centrado en la recopilación de datos. El paso actual consiste en la tercera pata del proyecto. Con las víctimas ya contabilizadas, y las voces de sus familiares en unas 500 entrevistas, quedan los lugares: ordenar y volcar en la web, a través de fichas y mapas, los enterramientos, los lugares de muerte y los lugares de memoria correspondientes a la represión en Galicia. El informe enviado el pasado enero al Ministerio de Justicia, interesado en el proyecto, contabiliza 23 fosas en campo abierto y 438 cementerios.

El avance de lo que se pretende lograr se puede ver ya en ‘Vermellas’, una sección de la web que reconoce el esfuerzo y el trabajo de las mujeres durante la II República en pro de los avances sociales y la ampliación de sus derechos. Ordenadas en grupos que van desde intelectuales hasta exiliadas, pasando por maestras, guerrilleras, viudas, huérfanas, violadas o rapadas, cada víctima tiene su ficha personal, con apuntes sobre su vida y represión, fotografías relacionadas, así como la localización de su muerte en un mapa. La intención del proyecto es detallar estos lugares, con denominación, descripción, estado e imágenes de los mismos.

El objetivo es que todos los represaliados documentados tengan su ficha propia con todas las referencias documentales encontradas que puedan ser públicas. Por ejemplo, Urania Mella Serrano, hija de un anarquista y esposa de un socialista, condenada a muerte en 1936, con fotografías y una entrevista a un familiar.

Los innumerables núcleos de población gallegos explica que tan sólo se contabilicen 23 fosas en campo abierto. La dispersión poblacional permite que hubiese camposantos cerca de cualquier lugar de muerte. Por poner un ejemplo, el informe enviado al Ministerio compara los 83 inhumados en todos estos enterramientos en Galicia, con los 87 exhumados en una única fosa en Burgos. En cuanto a los 438 cementerios, sólo 25 fueron lugares de muerte (donde se produjeron asesinatos en su recinto), y en 39 hay más de 10 personas enterradas.

Dionisio Pereira apunta que la particular ‘cultura de la muerte’ de los gallegos no permite que un muerto descansase en una fosa en campo abierto, sobre todo en el rural, donde la defunción se vivía mucho más de cerca.

Del recuento final, queda por incorporar el lugar de enterramiento de 926 represaliados, desconocido por ahora.

Del reconocimiento y del olvido

Lourenzo Fernández, investigador principal de ‘Nomes e Voces’, destaca el interés que han mostrado instituciones nacionales e internacionales en un proyecto que «da mucha luz en una época muy oscura». Fernández recuerda la importancia de evitar que caiga en el olvido esta época, porque «el tiempo difumina y desfigura el pasado, arroja confusión», y provoca «lo que es más terrible de todo, la ignorancia».

Uno de los grandes valores del proyecto es la utilización de las fuentes orales en la obtención de información. En ese medio millar de entrevistas realizadas se cuentan algunas a personas de más de 100 años, de protagonistas e hijos de protagonistas, un aporte de enorme valor que el paso del tiempo se encarga de hacer desaparecer.

Precisamente, el trabajo sobre las fuentes orales en particular, así como el propio proyecto en general, por el estudio de un conflicto pasado y su aplicación al presente y al futuro, fueron apreciados fuera de nuestras fronteras, como en el Congreso de Ciencias Históricas de Ámsterdam en 2010.

Un valor poco reconocido por la actual Xunta de Galicia, que redujo en un 90% (unos 200.000 euros) la partida destinada a este proyecto en 2010. El recorte obliga a cambiar las aspiraciones de los investigadores de dar el salto al Franquismo (1939-1975). Lourenzo Fernández recuerda que pese a todo la Xunta sigue aportando sus fondos junto a otras instituciones como la Diputación de Lugo, y opina que «cada Gobierno establece sus prioridades». El interés mostrado por el Ministerio de Justicia abre nuevas esperanzas en ‘Nomes e Voces’ para obtener nueva financiación.

La consabida diferencia entre la izquierda y la derecha en cuanto al tratamiento de la memoria histórica se pone de nuevo de manifiesto. Como historiador, Fernández insiste en recordar el aprendizaje que se extrae de acontecimientos pasados para evitarlos en el futuro. Sin embargo, «en España nadie se reivindica sobre el Franquismo». En ese sentido, cree que el PP debería «liberarse» de sus vínculos con el régimen y no «olvidar», para quitar esa carga a sus representantes. Lourenzo Fernández compara el caso con el 23-F, analizado año tras año y tomado como ejemplo de la unión de un país contra un golpe de Estado.

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/20/galicia/1298213133.html