El cineasta presentó su corto sobre el guerrillero, que interpreta Carlos Á.Nóvoa

 

Langreo, J. A.VEGA

Justo ochenta años después de la fiesta que vivió Asturias con motivo de la proclamación de la II República, el Cine Felgueroso de Sama se tiñó de rojo, amarillo y morado para hacer un homenaje a los que dedicaron su vida a trabajar por la libertad y la democracia, en la persona de Manuel Alonso González, conocido como «Manolín el de Lloríu». En el acto, organizado por el Colectivo Sociocultural «Les Filanderes» en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas, se presentaron «Extratexia» y «Sangre» dos proyectos del director de cine Ramón Lluis Bande sobre la figura del guerrillero, presente en la sala.

Rosa Lorenzo, en representación de Les Filanderes, comentó que el acto formaba parte de los Encuentros sobre la Memoria Histórica del colectivo. Y recordó que Manolín, nacido en 1918, fue el último guerrillero asturiano, detenido en 1944, condenado a muerte, encarcelado durante veinte años y que sigue militando en el Partido Comunista. Reivindicó el papel de los guerrilleros, «verdaderos héroes no reconocidos», sin placas ni monolitos, pero «verdaderos guardianes de la historia». Manuel Alonso estuvo presente en la proyección de los cortometrajes. A continuación, subieron al escenario el director y el actor que han llevado a la pantalla la vida de Manolín. Ramón Lluis Bande habló del impacto que le causó conocer al guerrillero porque «es uno de los mejores ejemplos de entereza y dignidad que he conocido». Y hablando de lenguaje cinematográfico destacó que, «aparte de todo lo vivido, Manolín tiene la virtud de ser un gran narrador oral porque sabe jugar con elipsis y silencios». El director resaltó la amabilidad y el compromiso de Carlos Álvarez-Nóvoa porque «sin él no existiría el proyecto».

La historia de la Guerra Civil en Asturias tiene unas características distintas y estaba sin contar. Por eso afirmó que «la creación audiovisual es un buen lenguaje para recuperar la memoria histórica». Consciente de que hay cierta reconstrucción histórica de moral dudosa, Bande prefiere usar la palabra en los espacios reales y buscar una interacción con los actores. Sangre es una pequeña parte de lo que será el largometraje «La muerte de los árboles» una película en la que una familia

 

El actor langreano Carlos Álvarez-Nóvoa relacionó la honestidad de Manolín con la de Ramón Lluis Bande porque «no busca lucimiento como director, deja la imagen en manos de la verdad». También comentó los retos a los que se enfrentó en el rodaje como hablar asturiano o interpretar a una persona que sigue viva y que «luchó toda su vida entera a la lucha por la libertad».

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