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Mascotas de lujo

El Día, 10/abr/11 | 11 abril 2011

El sociólogo Francisco González asegura que el perfil de las víctimas de los robos de niños en España, es amplio

 

El sociólogo Francisco González asegura que el perfil de las víctimas de los robos de niños en España, al igual que en la Casa Cuna, es amplio, pues la selección se basaba en la demanda de las familias que los pedían. El colectivo más vulnerable eran parejas jóvenes, pobres y sin formación, que «no iban a protestar»

PEDRO FUMERO, Tenerife

El sociólogo Francisco González de Tena asegura que el perfil de las víctimas de supuestos robos de niños en toda España, al igual que en la Casa Cuna de Tenerife, «empieza diluirse», no hay un perfil concreto, debido al problema de las «etiquetas». Afirma que, cuando alguien roba un niño, es porque otra persona se lo pide y, aunque pueda resultar duro y cruel, en el proceso entra el juego de la oferta y la demanda. Había «muchísima gente que necesitaba tener un hijo y acudía a aquellos sitios donde socialmente se sabía que había personas interesadas en suministrarlos, a cambio de dinero», según dicho investigador. Apunta que «aquí se ha jugado mucho tiempo como si los menores fueran mascotas de lujo», pues los niños no tenían derechos y sólo se tenía en cuenta a los adoptantes o compradores. Y ahí entraban en acción las apetencias concretas: «¿niño o niña?; ¿grande o pequeño?, ¿rubio o moreno?. Te lo busco, no te preocupes», según el sociólogo. Para González de Tena en ese «te lo busco» entraba la «maldad de las etiquetas». Recuerda que, cuando se quiere manipular socialmente, lo que se hace es «etiquetar» desde la impunidad, con carácter despectivo, cuando la víctima es incapaz de defenderse.

En ese contexto, el colectivo más vulnerable eran «parejas jóvenes, sin recursos y sin formación», pues generalmente «no iban a protestar y, si lo hacían, tenían el «cortafuegos» de los curas, monjas o capellanes. En ese punto recuerda el caso de quien hoy es un prestigioso abogado en Madrid, cuyo nombre no cita, al que supuestamente le sustrajeron un hermano. Al explicar su problema a De Tena, narró que los hechos ocurrieron «cuando mi madre no era nadie».

González escribió hace años el libro «El papel de la Iglesia en auxilio social» y desde la plataforma de Niños Robados a nivel nacional consideraron que, al menos una parte de sus problemas, tenían algún nexo con aquel estudio. El propio sociólogo señala que, al principio, pensaba que aquellos planteamientos no tenían mucho que ver con lo que después ha surgido sobre las supuestas sustracciones de menores. «Pero la gente lo asoció con aquello de los niños invisibles y todo eso; decían: éste es mi caso, y empezaron a llegarme» testimonios. Recuerda que se metió de cabeza en el trabajo de investigación y, de ahí, surgió su primer informe para el Juzgado de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional, al frente del cual estaba Baltasar Garzón. En aquella ocasión, el juez tuvo en cuenta una obra de Ricard Vinyes, «Los niños perdidos del franquismo», es decir, aquellos menores que supuestamente les fueron arrebatados a las mujeres encarceladas tras la Guerra Civil por su presunta vinculación con la II República. Según González de Tena, Vinyes habla del «principio eugenésico de limpieza de la raza; había que depurar la raza de rojos, quitarlos de en medio, y a los niños reconvertirlos para llevarlos a familias pudientes». Respecto a ese asunto, Francisco González indica que: «a mí, como sociólogo, me interesaba ver lo que había detrás de todo eso, ver si respondía a un mismo modus operandi y, sobre todo, una cosa muy importante: si obedecía a unos principios ideológicos. Y ahí fue mi sorpresa».

También en hospitales.- Tras analizar diversos casos, González de Tena descubrió que la supuesta sustracción de menores no sólo ocurría en las cárceles, sino también en «hospitales e instituciones sanitarias», donde una parte de los actores eran médicos que, además, «actuaban por dinero». Recuerda que, toda consecuencia tiene un origen y, si existe una causa, hay que investigar por qué ocurre eso en un momento concreto y en un contexto determinado. Explica que, para afrontar esas cuestiones, también hay que conocer los elementos que pueden favorecer dicho fenómeno, como el marco jurídico en el que se apoyan o el concepto de impunidad.

Bautizos.- En ese análisis de la realidad de la supuesta sustracción de niños, González de Tena percibió, en primer lugar, «la presencia sistemática de la Iglesia, que he constatado en un 83,7 por ciento de los casos». A su juicio, cuando no eran las monjas, eran los curas o los capellanes de los hospitales. Respecto a estos últimos, comenta que tenían la obligación de bautizar, in «artículo mortis», a todos los niños presuntamente muertos. Pero esas partidas de nacimiento no están donde debieran, en las parroquias de las que dependían los centros hospitalarios. El sociólogo reconoce que «uno de los obstáculos con los que tropiezan quienes investigan estos casos es que los sistemas de acreditación documental en los hospitales hasta los años 80» no permiten diferenciar los menores que murieron realmente de los que fueron adoptados de forma irregular o robados. Además, muchos hospitales a los que ha acudido se amparan en que tales archivos han sido destruidos. ¿Han prescrito estos delitos? Francisco González de Tena señala que en el marco jurídico internacional no han prescrito, pues estamos hablando de delitos permanentes. Aclara que «un cambio de identidad, mientras no se reconduzca; un niño robado o desaparecido son, indudablemente, delitos de lesa humanidad».

http://www.eldia.es/2011-04-10/CANARIAS/19-Mascotas-lujo.htm