El Gobierno aprobará la creación en el Parlamento de una comisión para decidir el futuro del Valle de los CaÃdos
DIEGO BARCALA MADRID
El diputado de CiU Jordi Xuclá preguntó el pasado 4 de mayo al vicepresidente del Gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba si estarÃa dispuesto a sacar los restos de Francisco Franco del Valle de los CaÃdos. No recibió respuesta. Al término de la Comisión constitucional en la que Rubalcaba habÃa propuesto la creación de una comisión de expertos para hacer del Valle de Cuelgamuros «un verdadero lugar de reconciliación» se lo volvió a preguntar en privado. Tampoco le contestó, recuerda Xuclá.
El futuro de los huesos de Franco y José Antonio Primo de Rivera será una de las claves a abordar en la inminente comisión formada por especialistas propuestos por los grupos parlamentarios. En las quinielas aparecen tres historiadores: Julián Casanova, Ricard Vinyes y Carme Molinero. Sus opiniones son dispares. Casanova apuesta por dejarlo «en su Valle». Molinero cree que su salida es «imprescindible». Y Vinyes cree que esa decisión «depende de lo que se decida hacer allû pero cree que su presencia o salida del recinto no es incompatible con las alternativas posibles para que el Valle de los CaÃdos deje de ser un lugar de exaltación de una dictadura violenta.
La Ley de la Memoria dice que ese espacio ha de ser para la reconciliación
«Para un soldado como yo, una tumba en cualquier lugar de España, con una sencilla cruz de madera, es enterramiento suficiente y honroso», dejó escrito el propio Franco en una nota recogida por el periodista Fernando Olmeda en El Valle de los CaÃdos. Una memoria de España (PenÃnsula). «Para que deje de ser un lugar de exaltación es indispensable que los restos de Franco salgan de la basÃlica. Se podrÃa llegar a un acuerdo con la familia», explica Molinero.
«A Franco lo dejarÃa allÃ, porque es su Valle. A José Antonio lo depositarÃa con los otros caÃdos y explicarÃa por qué. José Antonio es una invención del franquismo y de la memoria», argumenta Casanova. En su opinión sobre el fundador de Falange Española coincide con Molinero. «José Antonio es diferente, pero tampoco puede tener una posición preeminente. En definitiva, fue una vÃctima de la Guerra Civil, murió en aquella época, y deberÃa estar con el resto de cadáveres. Y todo mediante un acuerdo con la familia. La diferencia es que Franco está allà como Jefe del Estado», destaca la profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona.
«La decisión de quitar o dejar a Franco o José Antonio se debe decidir a posteriori. Después de determinar qué hacer en su conjunto. El Valle de los CaÃdos es un monumento excepcional en Europa y en el mundo y, por tanto, la decisión que se tome para su futuro también debe de ser excepcional. No sólo debe participar una comisión de expertos. Debe abrirse al mundo artÃstico con un concurso internacional de ideas», plantea Vinyes, autor de Asalto a la Memoria (Los libros del Lince).
«Hay que dejar a Franco allà porque es su Valle», opina el historiador Casanova
Exaltación del crimen
Vinyes es muy crÃtico con la postura expresada por Rubalcaba en el Congreso de crear un museo de la reconciliación. «Alguien le deberÃa decir al Gobierno que nada incita allà a la reconciliación. Es un monumento a la victoria y la exaltación del crimen polÃtico. Los fantásticos ángeles esculpidos no acreditan la visión piadosa de nada. Por eso, no veo el sentido a crear un recorrido de la memoria por allû, explica en contraposición a la propuesta de Casanova. «Yo convertirÃa el Valle de los CaÃdos en un lugar de memoria, con una ruta, dentro del Valle, como la que he preparado para el cementerio de Torrero en Zaragoza. Lo titularÃa El Valle de los CaÃdos: un lugar de memoria o El Valle de Franco: un lugar de memoria. TendrÃa diferentes lugares que explicarÃan su historia, desde sus orÃgenes hasta la inauguración, pasando por la construcción o la memoria que ha dejado. TendrÃa que ser una ruta muy visual, con carteles bien elaborados y precisos», detalla el historiador aragonés.
Molinero incide en la necesidad de crear un «centro de interpretación». «Hay que explicar cómo fue construido desde la perspectiva de la represión. Es necesario explicar el trabajo de los prisioneros. Todo el monumento, no sólo la basÃlica, es una expresión de la voluntad polÃtica de la unidad entre la dictadura y la jerarquÃa de la Iglesia. Es un monumento al nacional-catolicismo», insiste.
«La salida del dictador es indispensable. hay que negociar con la familia», dice Carme Molinero
Molinero no cree necesaria la salida de los benedictinos. En su opinión, basta con cambiar sus funciones. «No puede estar vinculada su función religiosa a un sÃmbolo polÃtico. Entre los cambios hay que incluir la obligación que tienen de celebrar misas y oraciones en fechas señaladas como el 1 de abril o el 18 de julio. No es necesario que permanezcan en el acceso a la basÃlica. El espacio de Cuelgamuros es muy grande», detalla.
El diputado Xuclá no dio el paso de pedir a Rubalcaba la salida de los monjes del recinto. Fuentes cercanas a la negociación de la Ley de Memoria Histórica, aprobada en diciembre de 2007, señalan que fue este diputado de CiU el que amenazó con bloquear la ley cuando se iba a incluir en el artÃculo 16 la creación de un centro de memoria que ponÃa en peligro las actividades de los monjes. Según estas fuentes, CiU recibió presiones del monasterio de Montserrat, también de la orden benedictina. «Es cierto que recibimos esa llamada, pero eso son rumores», responde ahora Xuclá.
La ley reconoce que el Valle de los CaÃdos debe ser un lugar para la reconciliación. Pero no explica cómo conseguirlo.
Dos forenses dicen que los restos son identificables
La Agrupación de Familiares Pro Exhumación de Republicanos del Valle reclama que en la comisión que analice el futuro del mausoleo haya un papel para los especialistas en arqueologÃa forense. Esta asociación ha difundido las opiniones de dos reputados forenses, José Pablo Baraybar y Fredy Peccerelli, al respecto del informe que el Gobierno hizo público el pasado 5 de mayo. Al contrario que los técnicos contratados por el Gobierno, estos especialistas creen que, pese a las dificultades de conservación, sà es posible su identificación. El vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, determinó que es «casi imposible» el análisis de los huesos porque están mezclados y afectados por la humedad. Peccerelli señala que están llevando a cabo con éxito la identificación genética de 20.000 esqueletos mezclados en Guatemala y que siempre «se puede intentar», «aunque sea costoso y difÃcil», según declara a www.cuartopoder.com. Baraybar, que trabajó en fosas de los Balcanes, cree que si no se indentifica a los republiocanos llevados al Valle de los CaÃdos es porque «polÃticamente no interesa».