La izquierda plasma su compromiso electoral con la Memoria Histórica
Los programas marco pasan por alto una cuestión que aún afecta a miles de personas
PATRICIA CAMPELO Madrid
En los municipios, los partidos son más propicios a definir polÃticas activas de memoria. Los programas marco pasan por alto una cuestión que aún afecta a miles de personas
La recuperación de la memoria histórica y la dignificación de las vÃctimas del franquismo se vuelven materias de compromiso electoral durante la campaña. Algunos partidos se han involucrado plasmando dicho compromiso por escrito en sus programas, mientras otros, en cambio, han preferido avanzar sus propuestas desde la tarima de un mitin.
El rasgo común se encuentra en los municipios, donde los candidatos polÃticos tienen una tendencia mayoritaria a reflejar sus propuestas por escrito y, de esta manera, contribuir a satisfacer las demandas de miles de afectados y a hacer de la memoria histórica una polÃtica pública. En las comunidades autónomas donde gobierna la izquierda, la Ley 52/2007, conocida como de Memoria Histórica —elaborada por el Ejecutivo socialista— ha tenido un mayor desarrollo. Precisamente ahÃ, los candidatos han hecho de la norma un bastión electoral.
Recordar, apoyar, restituir
Edificar «polÃticas públicas» de memoria democrática (CompromÃs PaÃs Valencia), recordar a los civiles «encarcelados, torturados y asesinados por la dictadura» (IU Málaga), apoyar «y co-subvencionar» los monumentos propuestos hace años por la Asociación para la Recuperación de la Memoria histórica (PSOE Alicante), y «restituir» los derechos perdidos de las vÃctimas y sus descendientes (IU Asturias) son sólo algunos ejemplos de los contenidos que las formaciones polÃticas han reflejado en sus programas electorales.
Otros ejemplos de partidos que se comprometen vÃa programa electoral a elaborar polÃticas en torno a la memoria histórica son el Bloque Nacionalista Galego (BNG) e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) que, dentro de sus programas marco municipales, han destinado un espacio para las polÃticas activas de memoria. El compromiso de la formación gallega incluye el fomento de la investigación histórica local, apoyar las iniciativas de exhumaciones, homenajear a las vÃctimas de la represión y, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, eliminar los vestigios vinculados al pronunciamiento militar y a la represión.
ICV habla en su programa de impulsar la «memoria democrática» de las ciudades y de la necesidad de crear una «justicia de proximidad» que no obstaculice el cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica.
Los programas marco autonómico y municipal del PSOE, PP e IU, donde se establecen las lÃneas básicas de sus planteamientos, pasan por alto la cuestión. En los programas por comunidad autónoma, IU sà concreta iniciativas a desarrollar en Extremadura, Castilla La Mancha, Castilla y León, AndalucÃa y Madrid entre otras comunidades autónomas. El PSOE, en su mayorÃa, deja en manos de las agrupaciones locales la delimitación de los compromisos en memoria histórica y, en el caso del PP, es complicado encontrar propuestas que vayan más allá de la recuperación de una memoria de tradiciones y folclore, como es el caso de los conservadores en la Generalitat valenciana.
Compromisos autonómicos
La Chunta Aragonesista, en cambio, plantea la aprobación de una Ley aragonesa para avanzar en la «localización e identificación» de las personas desaparecidas durante la guerra civil y la dictadura, asà como la dignificación de las fosas comunes.
Eivissa Pel Canvi plantea su compromiso con la memoria democrática de forma indirecta, a través de ayudas a las asociaciones de familiares, para contribuir a la rehabilitación de las vÃctimas de la guerra civil y represión franquista, asà como la dignificación de los escenarios de la represión.
La propuesta de Nafarroa Bai, por su parte, incluye la creación de una «institución» o «banco» de recuperación de la memoria.
Compromisos verbales
Al margen de los programas, desde hace semanas los cabezas de lista anuncian públicamente las intenciones que tienen sus partidos a la hora de atender las peticiones de vÃctimas y familiares.
Uno de los primeros en pronunciarse públicamente fue el candidato por el PSOE a la alcaldÃa de Granada, Francisco Cuenca, quien se comprometió, el pasado marzo, a retirar el monolito existente en la Plaza de BibataubÃn en honor a Primo de Rivera si es elegido primer edil, según informó Europa Press.
El candidato a la AlcaldÃa de Alicante por CompromÃs, Tomà s Mestre, presentó esta semana cuatro propuestas concretas entre las que se encuentra una «musealización» de la ciudad y eventos para «reflexionar» sobre el exilio, según publica la formación en su web.
Otro compromiso público con los familiares de vÃctimas que aún yacen en fosas comunes del cementerio de Cádiz es el que adquirió la candidata por el PSOE en esta ciudad, Marta Meléndez, quien prometió a los familiares dar prioridad a las exhumaciones.
Más de tres décadas después del fin de la dictadura, aún existe una demanda social a la que no terminan de hacer frente todos los partidos polÃticos. Los que sà abordan el tema tendrán una legislatura a partir del próximo domingo para hacer realidad sus promesas.