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«Franco cambió Tenerife por Las Palmas para eliminar a Balmes»

Lne.es, | 12 junio 2011

Entrevista  a Ángel Viñas

 

«Es un crimen perfecto porque no se investigó nunca y la víctima fue pronto olvidada»

J. D. Historiador

Ángel Viñas, historiador de referencia de la II República, la Guerra Civil y el franquismo, descubre los aspectos más inquietantes del general a punto de alzarse. La conspiración de Franco entra de lleno en el debate de actualidad de la historiografía española: el Diccionario Biográfico. Precisamente, su libro hurga en las versiones interesadas. En todo caso, afirma que «todo es una casualidad» y que los que deben defenderse son Luis Suárez o Carlos Seco.

 

-¿Es un crimen perfecto el de Balmes?

-Es perfecto por varias razones. Primero, porque no se investigó nunca. Las diligencias previas que levantaron los militares fueron una especie de cobertura que sólo tenía 24 horas, inmediatamente después dieron el golpe. Y como digo en el libro, se archivaron poco después. Segundo, el crimen no se podía ordenar por escrito, aunque es verdad que en algunos casos se han acumulado indicios que permiten reconstruir el proceso de toma de decisiones: en este caso ni siquiera queda eso. La orden la da un general que se quiere sublevar a un militar que también se quiere sublevar, y al que el general que se ha sublevado ya, en este caso Franco, se lo lleva inmediatamente como oficial a su servicio para que haga toda una serie de operaciones ultrasecretas, que se relacionan en su hoja de servicios, pero que no se describen, como es lógico. Y finalmente, porque a Balmes se le olvida rápidamente.

 

-En su libro hay una tesis: el crimen de Balmes se ordena por ser un desafecto a la sublevación. ¿Hay pruebas?

-Bueno, se ha intentado probarlo, pero con escasa documentación. Lo hizo un canario, Genaro Artiles, que fue profesor en EE UU, que además había sido contemporáneo de los hechos. Pero no aporta pruebas… En cuanto al libro, pues yo me he acercado de otra manera, es decir, a través de la documentación indirecta. Por ejemplo, de la imagen que deja de Balmes un vicealmirante británico, que viene de visita a Gran Canaria. Se trata de una carta privada que le dirige a un colega suyo en Gibraltar, en la que da una semblanza muy positiva de Balmes. Claro, y después está la imagen que se desprende de su hoja de servicios, que es la de un militar leal con la monarquía y con la república.

 

-¿Y si fuese un suicidio?

-El responsable de las diligencias previas sobre el incidente jamás dice que intentara suicidarse… No, no, lo que se dice es que ha estado probando unas pistolas y se dicen los detalles de cómo se produjo el accidente. No hay que olvidar que sucede de una manera peculiar: el general se pone el cañón de la pistola en el bajo vientre, se lo aprieta para hacer fuerza, mientras con la mano derecha intenta deslizar la corredera. Esto es técnicamente absurdo si la pistola estaba encasquillada… Pero bien, esto es lo que dice, y naturalmente se le dispara.

 

-La versión diferente a la de estas diligencias aparece, paradójicamente, en otros papeles derivados de una reclamación de la viuda en 1937.

-Sí, a partir de ahí establezco un nuevo escenario del crimen, y ahí está el autor del tiro al general Balmes. ¿Por qué no digo su nombre?, me va a preguntar usted. Bueno, no tengo pruebas contundentes, y por otro lado es difícil tenerlas. Deontológicamente tampoco lo puedo hacer… No sé tampoco, si una vez dicho esto, puede salir alguien y decir: «Este es el asesino al que se refería Viñas». En todo caso, sí le diré que es una persona que aparece en las páginas de «La conspiración de Franco».

 

-Hasta ahora el nexo entre el golpe del 36 y la muerte de Balmes era que esta permitió a Franco venir a Gran Canaria. ¿Aporta usted otro dato?

-Yo voy más allá… A tenor del conocimiento testimonial y documental existente por ahora, Franco debió pedir antes del 11 de julio de 1936, no sé en qué momento, pero muy cerca de esta fecha, que el avión que le habían contratado los conspiradores civiles para sacarle de Canarias tenía que ir a Gando. ¿Y por qué Franco quiere que ese avión vaya a Gando, en Las Palmas, y no a Los Rodeos, en Tenerife? Esta es la pregunta clave, y que se ha despachado sumariamente en la literatura con el argumento de que el aeropuerto de Tenerife era muy primitivo. Bien, yo me asesoro y obtengo datos de que allí puede aterrizar el «Dragon Rapide», que el aeropuerto es útil. Y seguimos con el interrogante: ¿por qué Franco quiere que sea en Gran Canaria?

 

-¿Y cuál es su respuesta?

-Yo se la doy, y de una manera rotunda, porque Franco para entonces ya ha decidido eliminar a Balmes, y necesita un pretexto para ir a Las Palmas y para escaparse en el avión. Claro, también señalo que este plan de Francisco Franco no lo tenían que saber los conspiradores en la Península.

 

-Uno de los grandes temas de su libro es la conexión inglesa con el golpe del 36.

-En el plano macrohistórico es el tema más importante de la obra. Es decir, los británicos seguían muy bien la situación de España a través de su diplomacia y de su servicio de inteligencia, cosa que hasta ahora era desconocida. Pero ocurre que en el año 35 hay un punto de inflexión. ¿Por qué? Cambia el aparato diplomático en Madrid, y cambia el único cónsul británico de carrera en Canarias, que es el de Santa Cruz de Tenerife. A partir de este momento la información que se transmite a Londres es completamente distinta: afirman que en España se está preparando una insurrección de tipo soviético… Esto es precisamente lo que dice la trama civil del golpe de Estado, que es la que se encarga de intoxicar a los diplomáticos británicos. Este error de interpretación se mantiene a pesar de que los ingleses cuentan con instrumentos para, por lo menos, echar alguna duda al respecto. Ellos pueden descifrar los mensajes que la Komitern remite al Partido Comunista, en Madrid, y lo hacen mal. Y esto es lo que va a tener un efecto tremendo sobre la postura inglesa cuando estalla la guerra civil. Y para colmo, en el «Dragon Rapide» va un comandante inglés. No era un agente del MI6 en 1936. Pollard ingresa en 1940.

http://www.lne.es/siglo-xxi/2011/06/12/franco-cambio-tenerife-palmas-eliminar-balmes/1088317.html