Leonardo Borque ha escrito “La represión violenta contra los maestros republicanos en Asturias”

 

Leonardo Borque (Soria, 1945), es doctor en Historia y profesor en un instituto gijonés de enseñanza secundaria. Premio Patac 1997 por su obra Bibliotecas, archivos y guerra civil , su último libro La represión violenta contra los maestros republicanos en Asturias , publicado por Ediciones KRK, supone una aproximación a este episodio de violencia centrado en un período de la historia de España al que Borque ha dedicado la mayoría de sus trabajos.

Lo sucedido en esta región con los maestros al triunfar el franquismo, ¿fue una represión más o menos intensa que en otras regiones? Fue mayor. Asturias fue la provincia más castigada, tanto en lo que se refiere a la depuración o represión administrativa, que incluyó sanciones, expulsiones y traslados. Los maestros asturianos fueron los más castigados. Casi 400 fueron expulsados y de ellos casi la mitad fueron reprimidos de forma violenta y sufrieron cárcel o la muerte.

¿Y respecto a los fusilados? Fueron alrededor de cien, tal vez la cifra más alta de España.

¿Por qué sucedió esto? Fue un discurso criminalizador que se fraguó a lo largo de los cinco años que duró la II República. También influyó la revolución del 34, al relacionar a los maestros erróneamente con ella.

Siempre se habla de los maestros como un colectivo republicano en su mayoría.

Esa idea de que apoyaban masivamente la república no es cierta. Eran una minoría muy escasa, no llegaban al 20% del total de los maestros. Sí había gente muy activa que estaba realmente identificada con el régimen republicano y que eran seguidores de las reformas del primer bienio. Eran socialistas y comunistas y podían dar la imagen de que todos eran unos revolucionarios, cuando no era así en absoluto. La mayoría eran moderados y pertenecían a partidos, como Izquierda Republicana o el Partido Reformista. Pero un 70% de los maestros no se comprometió con aquellas políticas republicanas.

¿Y entonces por qué ese ensañamiento? La derecha pensó que el magisterio podía sentirse mimado por la II República después de sus políticas de apoyo a la escuela pública y a la mejora de la situación de los maestros.

¿En qué consistió la depuración? Afectó a mucha gente porque se hizo en todas las administraciones y ministerios. Recuerdo casos como el de Evaristo Arce, que era una persona de derechas y que tuvo un consejo de guerra que luego fue sobreseído. También fue depurada María Moliner y no había hecho nada.

¿Y qué buscaba el franquismo con esa represión? Se pretendía tener un magisterio absolutamente adicto respecto a su modelo de educación nacional católica, de manera que no hubiera objeciones a la nueva ideología y así fue.

¿Y cómo era esa escuela franquista nada más concluir la guerra? Los maestros de antes fueron sustituidos por alféreces provisionales y por bachilleres franquistas. En las primeras oposiciones, las plazas se daban también a antiguos combatientes. El objetivo, sobradamente cumplido, fue disponer de un magisterio sumiso.

¿En qué trabaja en estos momentos? Trabajo en la biografía de un maestro ovetense, Pablo Miaja, una figura muy interesante y que tuvo que exiliarse tras la guerra civil. Llevó a Rusia una expedición de 1.000 niños.

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