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Error histórico

Antonio Papell. La Verdad, | 6 junio 2011

La Academia de la Historia no ha tenido jamás la pretensión de ser el hilo conductor de una Historia oficial

 

06.06.11 ANTONIO PAPELL |

El prestigioso historiador Ricardo García Cárcel, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Barcelona, ha terciado en la gran polémica del Diccionario Biográfico que acaba de editar la Academia de la Historia con un aserto incuestionable: la Historia no existe, solo hay historiadores. Precisamente por ello, la Academia de la Historia, una venerable institución que goza del patrocinio regio y de subvenciones de los Ministerios de Educación y Cultura así como de diversos mecenazgos privados, no ha tenido jamás la pretensión de ser el hilo conductor de una Historia oficial ni ha entrado en polémicas que pudieran tener resonancia política. Basta ver el catálogo de sus publicaciones: en el capítulo de Historia Contemporánea, hay un solo libro relativo a la guerra civil, que por añadidura es económico: ‘Economía y Finanzas en la Guerra Civil Española (1936-1939)’, de José Ángel Sánchez Asiaín. Ni una sola obra hace referencia a la etapa franquista.

La publicación del ‘Diccionario Biográfico’ ha roto esta pauta de prudencia, con lo que se ha disparado la polémica. En el mercado pueden encontrarse biografías dispares de Francisco Franco, algunas hagiográficas, otras virulentamente adversas, otras más encaminadas a caracterizar lo más objetivamente posible al personaje, y nada hay que oponer a esta pluralidad de enfoques y puntos de vista sobre una tormentosa etapa de la historia reciente que todavía no se ha decantado y que aún provoca reacciones subjetivas efervescentes. Lo que resulta intolerable es que la Academia patrocine y publique una visión extrema de Franco y del franquismo que, por añadidura, choca frontalmente con el consenso constitucional.

El error no tiene enmienda porque, en democracia, no cabe la censura, ni es imaginable que la Academia se erija en intérprete de la ‘Historia verdadera’. Lo que la institución ha de hacer es pedir disculpas, retirar su Diccionario y adoptar una norma de funcionamiento que, tras reiterar su vocación plural, excluya la publicación en sus propias colecciones de obras que versen sobre el pasado reciente, sobre vicisitudes históricas que aún influyan ideológicamente sobre la sociedad circundante.

http://www.laverdad.es/alicante/v/20110606/opinion/error-historico-20110606.html