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Las normas que pidió la Real Academia de la Historia a los biógrafos

Ignacio Escolar. Público, | 1 junio 2011

Algunos autores, como el franquista Luis Suárez, se saltaron la neutralidad que pedía la RAH a la torera

 

 

Uno de los autores del Diccionario Biográfico Español, un historiador que está bastante molesto con el resultado final de esta polémica obra, me ha enviado una copia del contrato que la Real Academia de la Historia hizo firmar a cada uno de los autores de las biografías. No hay más que repasar el apartado 2.1, que explica las normas de publicación, para que quede claro hasta que punto algunos autores, como el franquista Luis Suárez, se saltaron la neutralidad que pedía la RAH a la torera.

Sin embargo, la RAH no puede culpar a los autores de los desaguisados, la mayor parte de la responsabilidad sigue siendo suya. El último párrafo de este fragmento es esclarecedor. Demuestra también que la RAH tenía capacidad legal para editar los textos, “según los criterios generales adoptados para la obra” y es obvio que no lo hizo. Tal vez el problema fue justo el contrario, que esa “homogeneización” consistía, precisamente, en igualar por el disparate carpetovetónico.

Las negritas son mías.

 

2.1. Exposición de los hechos

El orden de exposición de los hechos será cronológico, independientemente de que en la entrada se hayan anticipado ya los datos fundamentales del personaje a través de las marcas.

Se expondrá, según el proceso cronológico –y distinguiendo etapas si procede- el desarrollo de la vida del biografiado con precisión, sobriedad y buen gusto, sin exagerar ni menguar, de manera que el lector se haga cargo del perfil del biografiado. Conviene destacar, en cuanto se pueda, el contexto de relaciones sociales, culturales, políticas, religiosas, etc., en que ha vivido.

Dentro del cuerpo de la biografía se recogerá la opinión o juicio que se ha formado del personaje a lo largo de la Historia, según proceda. El autor de la biografía, por principio, se debe abstener de dar su propia valoración. La redacción, en resumen, ha de ser neutra; la opinión del redactor, así como el punto de vista espacial y temporal de la colectividad a la que pertenece, no debe traslucirse en la biografía.

Los datos de las biografías serán objetivos y documentados evitando la incursión en terrenos de subjetividad o hipótesis. Las biografías recogidas en el Diccionario Biográfico Español se centrarán, por tanto, en lo que podría denominarse “historia externa” del individuo, que es la serie de acontecimientos o actos de su vida, en lugar de centrarse en la exposición y análisis de su psicología y carácter.

Para garantizar la mayor homogeneidad en la obra, habrán de seguirse criterios uniformes en las distintas biografías y respetarse ciertos esquemas definitorios, tanto genéricos como específicos. Cuando haya disparidad entre la redacción de varias biografías, sean de un mismo autor o de autores diversos, el Diccionario se encargará de su homogeneización de acuerdo con los criterios generales adoptados para la obra.

http://www.escolar.net/MT/archives/2011/05/las-normas-que-pidio-la-real-academia-de-la-historia-a-los-biografos.html