Una obra sin «rigurosidad y neutralidad»
El Nuevo Diccionario Biográfico concentra las crÃticas de polÃticos, historiadores e intelectuales
PÚBLICO 08/06/2011
Autores y método sin solvencia
En la revisión de las entradas del ‘Diccionario Biográfico Español’ se han detectado faltas de objetividad, como señala a este periódico Eliseo Serrano MartÃn, director del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Zaragoza: «Lo correcto en una obra colectiva, de la amplitud y trascendencia que pretende el Diccionario Biográfico’ de la RAH, es buscar a los mejores especialistas e investigadores, establecer mecanismos de asesorÃa histórica, lecturas e incluso como en revistas, congresos y publicaciones cientÃficas informes por parte de pares. Al menos en aquellas que se presumen conflictivas. También porque está sostenido con fondos públicos. Hay un consenso entre los historiadores en cuanto a la figura de Franco: un dictador, sin paliativos, que instauró un régimen represivo y totalitario, tras una cruenta guerra. No parecÃa una buena opción el que alguien tan identificado con el dictador, su familia, la Fundación Francisco Franco y quien según los propios historiadores contemporaneÃstas ha puesto todo tipo de trabas para la consulta de los fondos de la Fundación se hiciera cargo de esa biografÃa».
Encargos sin credibilidad
En la entrada dedicada a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, «es considerada un emblema de la ciudad y una de las regidoras más populares de España». Lo firma Elena Rodrigo, que trabaja a las órdenes de Barberá como asesora de prensa del grupo municipal del PP. Un portavoz oficial del consistorio confirmaba a este periódico: «La RAH pidió al Ayuntamiento que le enviara un texto. Si querÃan una cosa más neutral, tendrÃan que haberlo pedido fuera». La RAH sabÃa que quien escribirÃa sobre Rita Barberá no tomarÃa distancia crÃtica con el sujeto retratado.
Términos franquistas y uso de la hagiografÃa
Como descubrió este periódico, el Diccionario incluye entradas en las que se refieren a la Guerra Civil como ‘cruzada’ y ‘guerra de liberación’, términos que quedaron obsoletos con las investigaciones de los autores en democracia: «Los historiadores de la Historia Contemporánea hace tiempo que han mostrado descarnadamente la falacia de esos conceptos. Sólo suponen una toma de posición ideológica inaceptable en cualquier publicación con rigor cientÃfico», explica Eliseo Serrano. Por su parte, Luis Enrique Otero, decano de la Facultad de GeografÃa e Historia de la Universidad Complutense, asegura a Público que «la historiografÃa española e internacional de los últimos 30 años han desterrado la imagen autolegitimadora de la dictadura franquista para referirse a la Guerra Civil; quienes mantienen hoy en dÃa esas tesis están completamente desacreditados entre los historiadores profesionales». Además, el decano añade: «Las propias normas que estableció la Academia para redactar las voces del Diccionario dejaron claro los criterios de redacción, en los que no habÃa espacio para confundir biografÃa con hagiografÃa. Por desgracia, en algunas voces este principio no se ha respetado».
BiografÃas sin supervisión
Como el propio director de la RAH, Gonzalo Anes, contestó a este periódico durante la entrevista publicada el pasado sábado, el equipo encargado de la obra no revisó las biografÃas: «Si se hubieran estudiado las biografÃas, y las comisiones hubieran leÃdo las biografÃas escritas, el Diccionario no se habrÃa publicado jamás. Porque habrÃan sido necesarias reuniones de mañana y tarde durante varios años. Se quiso llenar esa laguna tan importante con las biografÃas sin censura de la Academia. Para que actuara de censor, la Academia tendrÃa que haber creado comisiones de censores cuyo resultado tendrÃa que aprobar el pleno de la Academia». Sin embargo, ejemplos como el diccionario de Oxford, elogiado por la RAH, demuestran que todo trabajo que aspira al rigor cientÃfico ha de ser revisado por otros colegas de profesión.
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