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17-18 de Julio de 1936

Miguel Ángel Rodríguez Arias. Nueva Tribuna, 18 de julio de 2011. | 24 julio 2011

En el 75 aniversario del inmenso genocidio español al que ninguna institución “democrática” llamará hoy por su nombre

 

Los días de ayer y hoy están siendo días extraños, días de recuerdos emocionados, de enorme dolor por los incontables crímenes de crueldad infinita, en todas sus modalidades… en tantos lugares…

Están siendo días de ausencias, de silencio, días de víctimas y monstruosidades olvidadas incluso entre los olvidados…

De modo que en un artículo no tendría ni por donde empezar.

Pero lo que más me ha llamado la atención es que el inmenso, omnipresente, genocidio franquista pueda pasar entre nosotros estos días como el inmenso elefante en el armario que es.

El inmenso elefante en el armario de nuestra estrecha, casi inexistente, democracia.

Y digo casi inexistente democracia, o sin el casi,  ya que la democracia presupone, entre otras cosas, una garantía real y cierta de una mínima justicia y de los mísmísimos derecho fundamentales de todo ser humano, Estado de Derecho,  división real de poderes…con un poder judicial, en primer lugar, “desnazificado” – como se hizo en Alemania nada más acabar la guerra mundial,- y, en segundo lugar, independiente… pero nosotros, ay, ni tuvimos ni tenemos ninguna de tales cosas de forma real .

Porque este anómalo silencio, hecho de impunidad, – el inmenso genocidio de nuestra historia sin la palabra “genocidio”, que ninguna autoridad española pronunciará – es, en si mismo, explicación, y razón de ser, de muchas de las peores cosas que han seguido larvadas entre nosotros.

Aunque la conmemoración de estos días suponga conmemorar el inicio de nuestro gran genocidio nacional ninguna institución democrática española tendrá la “osadía” de llamarlo por su nombre: genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra…

De modo que los muertos siguen ahí, tirados como perros en sus fosas, la prole del genocida sigue de veraneo en “su” pazo disfrutando de las ganancias y títulos nobiliarios obtenidos gracias al crimen a gran escala – como lo han seguido haciendo el resto de los implicados en la conjura criminal a lo largo de las décadas a lo largo y ancho del territorio y gracias a las propiedades falsamente inscritas en registros de todo el país y hasta hoy -… pero ninguna institución nacional llamará genocidio al genocidio.

Al parecer esa imposibilidad de llamar las cosas por su nombre también la seguimos teniendo como en nuestros mejores tiempos patrios.

Por seguir teniendo, 75 años después, hasta seguimos teniendo a otro Borbón en la Jefatura del Estado; y ello muy a pesar del régimen Borbón de corrupción, injusticia social, explotación, pelotazos, privilegios y censura periodística de Alfonso XIII – y que ya nos deberiamos haber aprendido bien- incluido su fallido intento de perpetuarse entre nosotros con su posterior Dictablanda con la que también trató de darnos gato por liebre en vez de la Segunda República para poder continuar con su vida de privilegios costeados por el pueblo…a buen seguro que a más de uno le suenan todas estas cosas de la Monarquía Borbón en su anterior recta final de agotamiento institucional.

Sinceramente a mi es algo que cada día me sorprende más, hasta que punto pueden repetirse los paralelismos en este bucle Ibérico, que creo que es lo que somos antes que “ruedo”.

Porque cuando los derechos humanos más inviolables, reconocidos en los tratados más sólidos y vigentes, les pueden ser arbitrariamente negados a todo un colectivo políticamente diferenciado de seres humanos en el seno del Estado, y cuando luego, además, todo ello puede ser convalidado por parte de un sistema judicial que imposibilita todo recurso efectivo frente a esa violación sistemática de derechos humanos, con resoluciones que fundamentan la violación de esos mismos derechos humanos, que llaman tumultos espontáneos a lo que fueron manifiestas órdenes documentadas para un exterminio sistemático por parte de los cabecillas del golpe, y todo ello jalonado de actuaciones tan poco decorosas como las que hemos podido presenciar atónitos – liquidación judicial de Garzón, el juez que quiso juzgar, incluida –

Y por eso, como digo, es la impactante inexistencia en España de un verdadero Estado de Derecho y de una verdadera división de poderes lo que queda a la vista.

Y sin ellas no puede haber democracia. Sin división de poderes ni Estado democrático, establecidas las condiciones de tiranía por encima del Convenio Europeo de Derechos Humanos respecto de los defensores de la Segunda República Española y sus familias, eso no es democracia.

Y todo eso es, punto por punto, me temo que es lo que ha sucedido desde nuestra denominada “transición”: por culpa de la obstinada biología humana todo tenía que ser distinto para poder seguir igual en caso contrario dudo mucho que hubiese tenido lugar.

Los que dieron el golpe (criminal) de su vida tenían que poder seguir disfrutando de su enorme botín de guerra obtenido a costa de ese enrome colectivo humano desposeido, y hoy todavía discriminado por el Estado español, la práctica totalidad del país – ; botín de guerra y brutal reasignación económica de recursos a base de sangre que, dicho sea de paso, lo ha condicionado todo socioeconómicamente después – propiedad de los medios de producción, de comunicación, capacidad de financiación de campañas electorales con su consiguiente traducción en cuanto al control del alcance del mensaje político, proveniencia de las élites políticas, judiciales, militares y económicas, todo… – pueden seguir disfrutando tranquilos.

El nuevo rey Borbón elegido democráticamente… por el mayor genocida de nuestra historia, claro, puede seguir su vida de privilegios y preparando el aterrizaje de quien quiere que le suceda, mientras sigue forrándose bien como hiciera Alfonso XIII…imagínense: si ni siquiera tiene que dar cuentas del dinero público que recibe directamente destinado a su Casa Real y no responde de nada en términos legales como para andar poniéndole puertas al campo con un sistema de incompatibilidades o conflicto de intereses de quien ostenta, manu militari, la Jefatura del Estado.

Y digo manu militari, jamás democráticamente, ya que por si el miedo y la censura no fuesen bastante ya se encargó Gobernación de que los partidos republicanos en el exilio no fuesen legalizados a tiempo de modo que la ciudadanía española jamás tuviese opción de votar democráticamente la opción republicana legítima, derribada por un golpe de Estado, para cortes constituyentes: esa parte de nuestra historia también se ha querido blanquear, medios, líneas editoriales y escribidores a sueldo bien pagados no les han faltado todas estas décadas para que la idea cale por lo menos un poco, que tampoco hace falta que cale demasiado si se aprieta a la gente lo suficiente mes a mes con el pago de su hipoteca …pero no, por mucho que se empeñen, no: jamás hubo dos opciones en aquel auténtico “referéndum constitucional de las lentejas” – monarquía o monarquía, lo tomas o dejas –.

Luego nos dirán esa estupidez de que la forma del Estado la votamos todos sí , monarquía o monarquía, como única opción, menuda vigencia del principio ONU de elecciones libres…

Y es que, hasta donde llevo visto, es todo así.

Igual todo eso tiene algo que ver con que en el día de hoy, 18 de julio de 2011, ni se llame por su nombre al mayor genocidio de nuestra historia en ninguno de los comunicados … que ni se hable de crímenes internacionales impunes que habría que enjuiciar de forma individualizada ante los tribunales de justicia penal exactamente igual que se sigue enjuiciando a los nazis – crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra, crímenes contra la paz …

Igual parte del problema es que los crímenes internacionales no prescriben ni les afectan en nada las leyes de amnistía que no valen frente a estos ni el papel en el que están escritas y que frente al genocidio y sus víctimas – todas sus víctimas que siempre, siempre, se olvida que los familiares también son víctimas ante muchos de estos crímenes y que así han sido reconocidos una y otra vez por los instrumentos internacionales – todo Estado tiene hoy obligaciones muy concretas definidas por Naciones Unidas: incluido el deber de restitución de propiedades que, específicamente no se ve afectado por amnistía alguna que valga.

No le afecta y ante un crimen internacional imprescriptible persiste el deber de restitutio in integrum…de devolver a los supervivientes y familiares todo, las tierras, los inmuebles, todo.

En este país tenemos un gran problema, y es que casi no somos un país y desde luego no somos un Estado de Derecho, uno de verdad y en el que cualquiera pueda responder ante la ley.

No es así.

Nos mataron como sociedad, nos aniquilaron, nos convirtieron en un cortijo de gente explotada por un terrateniente que en su momentó se encargó de traspasar el negocio a otro guardando las debidas apariencias para que pudiese ser bendecido de forma adecuada.

Como en el caso del genocidio armenio durante años nos han intentado decir que aquello no fue un genocidio, que había sido una guerra civil, – una guerra contra la población civil en todo caso cañones, aviones, camiones, carros de combate de un lado y los puños en alto y poco más de otro para proteger Málaga del bombardeo, Guernika, Madrid …

Los compañeros de esos mismos militantes socialistas que siguen hoy tirados como perros en sus fosas, o “sentenciados” por defender a esa misma República que acabó con esos privilegios y puso de vacaciones pagadas en París al último Borbón que quiso imponerse sobre el pueblo español son los mismos que aceptan un tal sistema monárquico que no es igualitario ni de derecho ni democrático.

Porque resulta que el Partido Socialista no es Republicano y según parece resulta extraño decirlo y hay hasta que explicarlo, y casi pedir perdón, y en varias direcciones además, cuando eso es lo que fue siempre y lo anómalo es de estás ultimas décadas de democracia incompleta y sin rumbo en manos de los detentadores de los medios en un tal escenario nacional post genocida…¿hasta cuándo?, ¿Cuándo nos atreveremos a recuperar nuestra propia historia y nuestra propia conciencia y construir un PSOE republicano que contribuya a la construcción de un Estado de Derechos y una democracia plenas, como una sociedad que recupera su libertad y su dignidad…todo lo cual debe de ser algo impensable…e imprescindible para reconstruir la República española.

Y paradójicamente el camino a nuestra libertad colectiva siguen siendo ellos, que precisamente como efecto boomerang de la dictadura y la impunidad siguen ahí esperándonos, ellos, la mera verdad, son el punto de ruptura de todo y el camino a la República ayer y hoy, ¿puede una misma generación de españoles ser verdaderamente  la clave de la libertad de todas las demás?, ¿puede recaer y pivotar todo sobre ellos, siempre ellos y su valor y sacrificio infinito?.

A veces me gusta pensar que sí para intentar buscar un sentido a tanto horror y tanta monstruosidad, pensar que al final son ellos los que nos señalan, siempre nos han estado señalando el sendero de nuestra propia libertad colectiva, a nosotros sus nietos, y lo hacen de la mano de uno de los mayores logros de la especie humana en toda su historia, los derecho humanos, y la legalidad internacional.

Supongo que es una esperanza como otra cualquiera y que en días como los de hoy y ayer cada uno trata de encontrar sus propias respuestas desde su propia conciencia, su propia íntima conmoción y su propio compromiso con la República Española y con las víctimas de ese genocidio que hoy más que nunca nos volverán a tratar de tapar bajo otros nombres y convertirlo en cosa de homenajes pero sin justicia, por la cuenta y el interés que les trae

http://segurquetomba.wordpress.com/2011/07/19/75-aniversario-del-inicio-del-inmenso-genocidio-al-que-ninguna-institucion-espanola-llamara-hoy-por-su-nombre/