El PP respalda la exhumación de Poyales del Hoyo
El PSOE culpa a los populares de los enfrentamientos del domingo
AITOR RIVEIRO – Madrid –
El PP de Ávila respaldó ayer la exhumación y posterior traslado a una fosa común de los restos de nueve represaliados de la Guerra Civil, decidida por el alcalde de Poyales del Hoyo (Ávila). El presidente provincial del partido y senador, Antolín Sanz, declaró a Efe que la presencia de la juez de paz durante la apertura de la tumba «avala las actuaciones del equipo de Gobierno municipal», así como que el regidor avisara a la Guardia Civil para que estuviera presente. Sin embargo, ningún agente acudió el pasado día 30 de julio a la exhumación, según ha reconocido el propio alcalde de la localidad, Antonio Cerro.
Sanz también defendió ayer la actuación de los concejales del PP en Poyales en los enfrentamientos que se produjeron durante una concentración contra la exhumación y que obligaron a intervenir a la Guardia Civil para proteger a militantes por la memoria histórica y vecinos del pueblo que protestaban por la decisión de alcalde. En una denuncia interpuesta por 17 personas ante el Instituto Armado, se acusa directamente a los representantes del PP en el pueblo de instigar los insultos, amenazas y agresiones de las que, según el escrito, fueron víctimas.
El PSOE de Ávila da por buena esta denuncia. En un comunicado, su secretario de organización, el también senador José María Burgos, responsabilizó de los enfrentamientos al PP y consideró que «instigar a la gente a insultar o golpear el megáfono de quien pretende dirigirse a los concentrados contraviene los valores fundamentales de un sistema democrático».
La polémica saltó al ámbito nacional. El número tres del PSOE, Marcelino Iglesias, pidió ayer «serenidad» aunque defendió que «la gente «quiera recuperar a sus muertos». Desde el PP, su portavoz en la Comisión de Interior del Congreso, Ignacio Cosidó, dijo que «reabrir heridas del pasado es un error, en un sentido y en el contrario».
Mientras tanto, en Poyales se vive una tensa calma tras los incidentes del domingo. El subdelegado del Gobierno en Ávila ordenó ayer establecer un dispositivo de vigilancia especial, que funcionará al menos hasta hoy, aunque ya no será permanente, como durante el fin de semana.
El alcalde, Antonio Cerro, regresó ayer al pueblo, después de haberlo abandonado en la mañana del jueves. En declaraciones a la agencia Efe realizadas frente al Ayuntamiento, en la Plaza del Generalísimo de la localidad, Cerro aseguró que se ha recuperado la calma e insistió en que decidió exhumar los cadáveres por «humanidad», al ver el estado en el que estaba la tumba cuando la abrieron por petición de una familiar. Sin embargo, el propio regidor reconoció el pasado viernes a EL PAÍS que ya tenía tomada la decisión de trasladar los restos mortales de los represaliados a la fosa común antes de abrir el nicho en el que estaban. Además, en un edicto fechado el 22 de junio, Cerro se comprometía a mantener dichos restos en su tumba.
