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Zaragoza: Imágenes que recuperan la amarga memoria de los fusilados

El Periódico de Aragón, | 13 octubre 2011

Selección de fotografías en la sala Juana Francés con el título “Cosas que perduran”. Coordinación de Vicky Méndiz

 

 

POR CHUS TUDELILLA 13/10/2011

COSAS QUE PERDURAN

AUTORA Vicky Méndiz

LUGAR Sala Juana Francés

 

«Desde el primer minuto del golpe militar, la destrucción del adversario pasó a ser la prioridad absoluta». La violencia se quedó pequeña en julio de 1936. En la narración histórica del inicio de la guerra civil, el historiador Julián Casanova y Carlos Gil Andrés dan cuenta del modo en que se desarrollaron los acontecimientos, muy similar en todas las ciudades donde triunfó la sublevación: los militares salieron a la calle y proclamaron el estado de guerra; los gobernantes civiles fueron sustituidos por militares que destituyeron a alcaldes y presidentes de las diputaciones, y ordenaron a la guardia civil secundar la sublevación.

«Comenzaron así los encarcelamientos en masa, la represión selectiva para eliminar las resistencias, las torturas sistemáticas y el terror caliente, ese que dejaba a los ciudadanos allí donde caían abatidos, en las cunetas de las carreteras, en las tapias de los cementerios, en los ríos, en pozos y minas abandonadas».

Los días finales de julio y los meses de agosto y septiembre de 1936 registran las cifras más altas de asesinados. La mayoría de las personas fusiladas y enterradas en la fosa común de Magallón lo fueron en 1936. A restablecer su ausencia y recuperar su memoria se dirigió el proyecto editorial Silencio enterrado, editado dentro del programa Amarga Memoria en el 2010, bajo la coordinación de Vicky Méndiz, autora también de las fotografías de las que ahora presenta una selección en la sala Juana Francés con el título Cosas que perduran.

En un lado de la sala, se dispone la serie de imágenes de los fragmentos oxidados y rotos, apenas ya identificables, de algunos objetos y prendas que estuvieron en contacto directo con las personas asesinadas: medallitas, botones, cristales de gafas, mecheros, tijeras, zapatos, bufandas, petaca para el tabaco…, dispuestos sobre un fondo neutro con luz uniforme.

Al otro lado, fotografías de los familiares testigos del terror cuyo testimonio preserva la memoria y activa el recuerdo; sus manos ofrecen para la historia las notas escritas por Roque Ledesma o el despertador de Joaquín Manero. En el centro de la sala, la fotografía de una carpa de circo coronada por un caballito de feria en un día gris, recuerda cuando Celia Gracia venía a las fiestas del Pilar con su padre Mariano Gracia, alcalde de Magallón; hasta que lo mataron en 1936. Cuando lo llevaron a matar, dio todo lo que llevaba: reloj, mechero y la petaca para el tabaco.

http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/escenarios/imagenes-que-recuperan-amarga-memoria-de-los-fusilados_707142.html