Federación Foros por la Memoria
Comunicados y Documentos de la Federación
Noticias
Agenda
Artículos y Documentos
Home » Artículos y Documentos

La mar de recuerdos del 36

Deia, | 20 noviembre 2011

Se cumplen 75 años de la creación de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi

 

SE CUMPLEN 75 AÑOS DE LA CREACIÓN DE LA MARINA AUXILIAR DE EUZKADI QUE BATALLÓ EN MATXITXAKO

IBAN GORRITI – Domingo, 20 de Noviembre de 2011BILBAO

ESTE año se cumple el 75 aniversario de la creación por el Gobierno vasco de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi. Su nacimiento se produjo el 15 de octubre de 1936 con Joaquín de Egia (PNV) al frente. El economista y escritor Juan Pardo San Gil (Iruñea, 1956) es la persona que mejor conoce este episodio de la memoria histórica vasca. Él define a la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi como «una pequeña fuerza naval destinada a ayudar a la Armada Republicana en la protección al tráfico marítimo y la actividad pesquera en aguas vascas». Y Pardo va más allá al concluir que esta flota fue la primera y única unidad militar que dependía de forma exclusiva del Gobierno vasco, «si no contamos como tal a la Ertzaña», matiza. «Dependía en su organización, funcionamiento y económicamente. Las milicias vascas, por su parte, dependían de los mandos de la Armada Republicana», ilustra.

La acción más significativa de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi se produjo el 5 de marzo de 1937, cuando varios de sus buques se enfrentaron al crucero Canarias -del Ejército español golpista- a la altura del cabo Matxitxako, para proteger la llegada a Bilbao de un mercante que procedía de Baiona. Con objeto de conmemorar el 75 aniversario de esta unidad y rendir homenaje a quienes sirvieron en esa fuerza naval, las asociaciones Matxitxako Elkartea y Bidasoa Elkartea, en colaboración con numerosas instituciones y otros organismos vinculados al mar, han diseñado todo un programa de acciones conmemorativas para lo que queda de año y para 2012.

LIBERTAD E IDENTIDAD Con la conmemoración se persigue reconocer a quienes sirvieron en la Marina Auxiliar defendiendo «valores tan preciados como la libertad, la democracia y la identidad de nuestro pueblo», subrayan desde las asociaciones Matxitxako y Bidasoa. Pero también se pretende impulsar en la sociedad, «especialmente» entre las nuevas generaciones, la memoria de los servicios que prestaron. «Creemos que un pueblo que olvida su pasado está expuesto a repetir errores y a no aprovechar aciertos», mantienen. El primero de los puntos del programa de actos pasaba por enviar documentación de los miembros de la Marina Auxiliar a los ayuntamientos donde nacieron. De los 114 previstos en un primer momento, se ha pasado a un total de 118. En lo concerniente a la CAV, 56 eran de Bizkaia; 18, de Gipuzkoa; 5, de Araba y 2, de Nafarroa. El resto procedería de A Coruña, Lugo, Pontevedra, Cantabria, Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén, Málaga, Burgos, Zamora, Asturias, Murcia, Zaragoza, Madrid y Barcelona.

A pesar de que sean 118 los consistorios, en este cuerpo formaron 920 personas. Tres de ellas fueron mujeres, y trabajaron en las oficinas centrales. La mayoría de los integrantes del equipo eran afiliados del PNV o STV (57 %), aunque eran numerosos también los de UGT o PSOE (19%) y, en menor medida, los de CNT, ANV, PC, Izquierda Republicana y sindicatos profesionales. Incluso tenían al enemigo en casa. Había oficiales leales al bando sublevado que ejercían de topo y que trataban por todos los medios de hacer inoperativa a la Marina, con sabotajes en los buques para que se eternizaran las averías, o creando diferentes comités. «De esa forma trabajaban para el enemigo», explica Pardo a DEIA.

Otra actividad consistirá en la puesta en marcha de exposiciones sobre la Marina Auxiliar en el Un-tzi Museoa-Museo Naval de Donostia, y sobre el bou Bizkaya en el Arrantzaleen Museoa de Bermeo, en marzo de 2012. El acto contará con la colaboración de los museos de las Diputaciones de Gipuzkoa y Bizkaia. La tercera parada en el viaje al reconocimiento de su labor vendrá dada por la publicación del libro Euzkadiko gudontzidia iruditan, un álbum de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi (1936-39), financiado por el Gobierno vasco. La portada será obra de Néstor Basterretxea.

TAMBIÉN EN LOS SELLOS Otra acción que llevarán a cabo será la emisión de sellos de correos con imágenes de los bous. Además, el 5 de marzo de 2012, coincidiendo con la acción más relevante de la Marina, se usará un matasellos especial gracias a la colaboración de la Asociación Filatélica y Numismática Buruntza de Lasarte. Por otro lado, ampliarán la web de la Diputación de Gipuzkoa sobre la Marina de Guerra Auxiliar. Aprovecharán para realizar correcciones y ampliar contenidos. La sexta iniciativa alumbrará el acto de conmemoración del 75 aniversario del combate de Matxitxako en Bermeo, que se producirá el próximo 4 de marzo. Además, según avanzó Pardo a este diario, el día 5 de marzo a las cinco de la tarde, hora en la que se produjo el combate, los museos marítimos y otras entidades harán sonar sus sirenas, bocinas o campanas en recuerdo de los que lucharon y pertenecieron a esta unidad.

Y es que aquel 5 de marzo de 1937 se libró una batalla única. Épica. Fue un combate naval entre el crucero rebelde Canarias, que acababa de apresar al mercante Yorkbrook, y la escolta del mercante Galdames, formada por los bous armados -pesqueros artillados- Gipuzkoa, del comandante Manuel Galdós; Bizkaya, del comandante Alejo Bilbao; Nabarra, comandado por Enrique Moreno; y Donostia, a las órdenes del comandante Francisco Elortegi.

El Galdames se dirigía de Baiona a Bilbao, cargado de pasajeros civiles y diverso material. El Canarias atacó al Gipuzkoa y le alcanzó. Las baterías costeras de Punta Galea y Punta Lucero dispararon contra el Canarias, que se alejó, al tiempo que el Gipuzkoa, incendiado, se refugiaba en Portugalete con varios muertos y heridos. Mientras tanto, el Bizkaya liberó al Yorkbrook y entró con él en Bermeo. El Canarias se encontró después con el resto del convoy y abrió fuego, primero contra el Galdames, causando cinco muertos entre el pasaje, y luego contra los buques de escolta. Tras un duro y prolongado combate, el Nabarra resultó hundido y 29 de sus tripulantes muertos, incluido su comandante. El Canarias recogió a los supervivientes y apresó al Galdames. El Donostia se retiró al Estado francés con ligeras averías, y quedó internado en La Pallice hasta el fin de la guerra.

EPISODIO ÉPICO Pero el caso del Nabarra fue épico. Los mandos prefirieron suicidarse con el hundimiento del bacaladero a entregarse a los sublevados españoles. Cuando el Nabarra se topó con el Canarias, el comandante del bou era muy consciente de su inferioridad. El Canarias era un moderno buque de guerra de 10.000 toneladas, 33 nudos de velocidad, armado con ocho cañones de 203 milímetros y ocho de 120, capaces de hundir un barco a 30 kilómetros, mientras el Nabarra era un bacaladero de 1.200 toneladas, 10 nudos de velocidad, sin ningún blindaje y artillado circunstancialmente con 2 cañones de 101 milímetros que no alcanzaban más de 6 kilómetros. A pesar de la desigualdad de fuerzas, el comandante, Enrique Moreno, decidió presentar batalla al crucero y hundirse combatiendo antes que rendir su barco.

Durante más de hora y media, el Nabarra sostuvo combate hasta que un disparo le alcanzó en las calderas. Quedó sin propulsión y tuvo que ser abandonado. El comandante y varios tripulantes prefirieron quedarse a bordo y hundirse con el barco. Solo 20 de sus 49 miembros lograron alcanzar los botes salvavidas y fueron recogidos por el Canarias. Aunque se ha intentado localizar el Nabarra, no ha habido éxito y todo forma parte de la teoría. Otro de los pasajes significativos de esta historia es el que hace referencia a que un oficial del Canarias intercedió para conmutar la pena de muerte a los supervivientes del Nabarra. Presentó a Franco esa lista, como si de un Schindler vasco se tratara. Manuel Calderón era un marino profesional, de ideas monárquicas, natural de Deba.

Era un hombre conocido para la gente de la mar. Fue oficial del Canarias en el combate y, cuando los supervivientes del Nabarra fueron condenados a muerte, intercedió ante Franco para evitarlo. Su insistencia consiguió evitar su ejecución y se convirtió en protector de muchos marinos vascos clasificados como rojo-separatistas en los duros años de la posguerra.

http://www.deia.com/2011/11/20/politica/la-mar-de-recuerdos-del-36