«Castilblanco. Jiménez de Asua, Vidarte, Rodriguez Sastre y Trejo». Estudio introductorio y notas de Glicerio Sánchez Recio
Presentación en Badajoz: martes 20 de diciembre
Castilblanco. Jiménez de Asua, Vidarte, Rodriguez Sastre y Trejo. Estudio introductorio y notas de Glicerio Sánchez Recio
330 páginas 22 x 14 cms.
27,00 euros
Universidad Alicante
Presentación en Badajoz: martes 20 de diciembre a las 20,30 h. (Patio de Columnas de Diputación Provincial)
Castilblanco recoge los textos del informe del fiscal militar y de los discursos de la defensa que cuatro prestigiosos abogados socialistas, encabezados por Luis Jiménez de Asúa, pronunciaron en el consejo de guerra que se celebró en Badajoz en julio de 1933 contra veintidós jornaleros afiliados a la UGT y a la Casa del Pueblo, acusados por la muerte de los cuatro guardias civiles de la localidad, ocurrida el 31 de diciembre de 1931, al final de una manifestación pacífica que la intervención desmedida de las fuerzas del orden, por instigación del alcalde del pueblo que a la vez era el encargado de uno de los latifundistas del término municipal, convirtió en un linchamiento múltiple tras producir la muerte de uno y herir a otro de los manifestantes. Ante la singularidad de los hechos y la repercusión que podrían tener sobre la política agraria del Gobierno republicano, el PSOE designa como defensores a cuatro de los abogados más prestigiosos que tenía en sus filas. De la lectura de estos textos, a pesar de la retórica judicial, puede extraerse, además de la descripción de los hechos, el testimonio de las condiciones de la vida en el medio rural extremeño, en los años veinte y treinta, extensible a toda la meseta y Andalucía. Por lo que su valor historiográfico es indudable.
Fragmento (PDF)
Se trata de una nueva edición de este libro, que fue publicado por inicialmente en 1933, por dichos abogados, pero ahora con un texto introductorio y notas, a cargo del catedrático de Historia contemporánea de la Universidad de Alicante, D. Glicerio Sánchez Recio.
Los sucesos de Castilblanco del 31 de diciembre de 1931 produjeron un fuerte impacto sobre la opinión pública española.
El Gobierno de la conjunción republicana socialista (primer bienio) pretendía llevar a cabo un programa de reformas profundas en el sector de la agricultura, que afectara a la propiedad de la tierra, a los arrendamientos, a los salarios de los jornaleros y a los horarios de trabajo; y todo ello dentro de la estricta legalidad. En definitiva, lo que pretendía el Gobierno republicano era elevar la dignidad del trabajador de la tierra al nivel de los trabajadores de la industria.
Esta política tendría que enfrentarse a una doble oposición: la del inmovilismo de los terratenientes y latifundistas, y la de las organizaciones de los jornaleros más radicalizados, afiliados mayoritariamente a la CNT, que consideraban las reformas republicanas excesivamente moderadas.
Ante este marco de actuaciones previsibles, el impacto de los sucesos de Castilblanco fue mucho mayor porque los agentes fueron los jornaleros afiliados a la UGT y a la Casa del Pueblo de la localidad, aunque provocados por la Guardia Civil, cuyo cabo cedió a la instigación del alcalde del pueblo que, a su vez, era el encargado de uno de los latifundistas del término municipal. Es decir, que los afiliados de la UGT, que deberían ser el soporte principal de las reformas del Gobierno, habían sido los protagonistas del conflicto. A causa de la intervención de los guardias civiles, una manifestación pacífica se transformó en un enfrentamiento del que resultaron cinco muertos: cuatro guardias civiles (un cabo y tres agentes) y un vecino de la localidad que había participado en la manifestación. Ante la singularidad de los hechos y las repercusiones que podrían tener sobre la política de reforma agraria del Gobierno, el PSOE designó como defensores de los encausados en el Consejo de Guerra que se celebró en Badajoz, en el verano de 1933, a cuatro de los abogados más prestigiosos que tenía en sus filas; son los que aparecen como autores de esta obra que recoge los discursos de la defensa que pronunciaron ante dicho tribunal. Dos de ellos, Luís Jiménez de Asúa y Juan Simeón Vidarte, eran también importantes dirigentes del PSOE, Anselmo Trejo Gallardo fue presidente del Tribunal Popular de Extremadura durante la Guerra Civil y Antonio Rodríguez Sastre, después de la guerra, fue un abogado de prestigio especializado en el derecho penal financiero.
De la lectura de estos textos —discursos de la defensa—, a pesar de la retórica jurídica y judicial, además de la descripción de los hechos, puede obtenerse información sobre las condiciones de vida en el medio rural extremeño en las décadas de 1920 y 1930, que puede extenderse a toda la Meseta y Andalucía, y conocer el funcionamiento de las instituciones. Los aspectos principales dignas de destacar son:
1) La economía de subsistencia, alimentación, situación sanitaria e higiénica, analfabetismo y relaciones de dependencia respecto a los propietarios de la tierra.
2) La actuación represiva de la Guardia Civil y su sumisión a los terratenientes para el mantenimiento del orden; así como el uso de la tortura para conseguir declaraciones interesadas.
3) La actuación de la autoridad local respecto al grupo social de los jornaleros.
4) El funcionamiento de la justicia, en concreto la justicia militar. Son notorias las diferencias de funcionamiento según se trate de aplicarla a militares de alto rango o a jornaleros del campo.
5) «El caso de Castilblanco» tuvo repercusiones al final de la Guerra Civil en el proceso de desmantelamiento de la obra de la Segunda República; por lo que los abogados defensores y los procesados fueron sometidos a la represión que llevaron a cabo las autoridades y los tribunales franquistas; constituye así un ejemplo de la actuación de la dictadura contra los que se mantuvieron leales a la República.
6) El nivel teórico alcanzado por el derecho penal en España, equiparable al de los países más avanzados de Europa, sobre todo a través del discurso de Jiménez de Asua, que defiende a los procesados sobre los que recaen las acusaciones más graves.
ÍNDICE
Estudio introductorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1. Valor historiográfico de la obra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
2. La narración de los hechos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13
3. Los sucesos de Castilblanco en la prensa
y el debate parlamentario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16
4. Condiciones de vida de la población de Castilblanco . . . . .26
5. Detenidos, procesados y testigos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .29
6. Los defensores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .39
7. El proceso de la Guardia Civil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55
8. La sentencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .61
9. La criminología moderna en España . . . . . . . . . . . . . . . . . .68
Anexo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77
Castilblanco. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Dedicatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .83
Prólogo, por Luis Jiménez Asúa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .85
Estampa extremeña: Castilblanco,
por Anselmo Trejo Gallardo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89
PARTE PRIMERA
Calificación definitiva del fiscal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
PARTE SEGUNDA
Informe del letrado Sr. Trejo al consejo de guerra . . . . . . 117
I. Marco ambiental de los hechos de autos . . . . . . . . . . . . . .118
II. Hechos y pruebas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .122
III. Análisis de la calificación fiscal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .135
PARTE TERCERA
Informe del letrado Sr. Vidarte al consejo de guerra . . . . 143
Antecedentes necesarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .144
I. Los hechos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .147
A) Hipótesis final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .147
B) Narración auténtica de los hechos . . . . . . . . . . . . . . . .149
II. Psicología de la muchedumbre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .152
III. Calificación jurídica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .158
A) La muchedumbre realizó el hecho en situación
de trastorno mental transitorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . .158
B) La multitud obró en legítima defensa . . . . . . . . . . . . .162
C) No está probada la participación que en el hecho
de autos atribuye el fiscal a nuestros defendidos . . . .171
a) Acusación fiscal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .171
b) Vicio sustancial de la prueba practicada
en el sumario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .184
c) Valor de la confesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .187
IV. La pena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .189
PARTE CUARTA
Informe del letrado Sr. Rodríguez Sastre al consejo
de guerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197
Análisis de la prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .198
La confesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .217
Las declaraciones sumariales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .220
Las declaraciones de los testigos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .221
Los malos tratos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .224
Atenuantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .236
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .238
PARTE QUINTA
Informe del letrado Sr. Jiménez de Asúa al consejo
de guerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239
I. Los hechos y su prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .241
A) Hipótesis acusatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .241
B) Las confesiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .246
C) Análisis de la prueba testifical . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .248
D) Los malos tratos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .253
E) Auténtica narración de los hechos . . . . . . . . . . . . . . . .258
II. Psicología y delincuencia de las muchedumbres . . . . . . .265
A) La doctrina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .265
B) Aplicación al caso de Castilblanco . . . . . . . . . . . . . . . .287
III. Calificación jurídica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .293
A) Tipos delictivos imputados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .293
B) Absolución por falta de prueba o por delito
imposible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .294
C) Eximentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .296
D) Atenuantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .298
IV. Pena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .299
V. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .300
PARTE SEXTA
Rectificación del fiscal D. Ricardo Calderón . . . . . . . . . . . 301
Rectificación de Jiménez de Asúa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305
Rectificación del camarada Rodríguez Sastre . . . . . . . . . . 315
Rectificación del letrado Señor Vidarte. . . . . . . . . . . . . . . . 319
Rectificación de Anselmo Trejo Gallardo . . . . . . . . . . . . . . 323
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325