Por la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica Política y Social de Chiclana

 

 

Reflexiones sobre la memoria por la  Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica Política y Social de Chiclana

Después de leer y oír todo lo que se ha escrito y dicho contra los consejos de la comisión al respecto de qué hacer con ese monumento a la barbarie que es llamado Valle de los Caídos, y qué hacer con los restos del que fue dictador y principal protagonista del periodo más sangriento y doloroso de la historia reciente de nuestra España, con ciento de miles de personas asesinadas, encarceladas, condenadas a la más absoluta miseria y sin ningún derecho civil, el cual se prolongó en una espiral de venganzas, envidias, y abusos prácticamente durante cuatro décadas, y del que todavía quedamos personas que fuimos testigos directos y tenemos el suficiente conocimiento y juicio de razón para poder contarlo, por que en mayor o menor medida padecimos y vimos tropelías cometidas por semejante personaje y sus secuaces. Los que formamos el movimiento memorialista, pensamos que es tiempo de hacer alguna que otra reflexión y contarla.

Una de las cosas que nos acusan, es de vivir en el pasado y de dinamitar la llamada reconciliación nacional de la transición de la dictadura hacia la democracia, de querer perpetuar lo de las dos Españas divididas, en las que por un lado estaban los opresores: los fascistas, la iglesia católica, y los terratenientes (embrión de la actual derecha española y de quienes que son directos herederos) y por el otro, los oprimidos: demócratas, y las clases populares y trabajadoras.

Para nosotros reconciliación no significa condenar a una parte de nuestra historia reciente al olvido; para nosotros la reconciliación significa, que todos sin excepción asuma que aquello no debió ocurrir, que se pueda hablar sin tapujos ni miedos de lo que ocurrió en nuestro país, que se reconozca la nulidad de los procesos judiciales sin las más mínimas garantías de defensa que condenaron a los que defendían la legalidad de la republica, que dichos procesos fueron una farsa y les sea restituida su honorabilidad. En definitiva, que se puedan recordar como lo que realmente fueron: buenos, honrados y héroes, y tan buenos españoles como los que más, entonces si podremos hablar de reconciliación y de una España, pues los del bando fascista si que fueron recompensados, condecorados, y disfrutaron de todos los recuerdos y honores durante las prácticamente cuatro décadas que duro el régimen totalitario y de terror que ellos mismos generaron.

Si no encaramos y cuadramos la historia tal cual pasó, si que estaremos perpetuando la figura de las dos Españas, una la que ostentó el poder y sus beneficios durante cuarenta años (los fascistas y sus herederos), y la otra condenada injustamente al olvido (los leales a la republica); mencionemos sus nombres, y saquémosles: de cunetas, descampados, y sobre todo, del olvido.

Debemos hablar todos y no darnos vergüenza ni miedo recordar de aquello, los actuales españoles no somos responsables de aquello y tenemos que afrontar todos juntos la tarea de construir el futuro de nuestro país; pero callar y olvidar, nos haría cómplices de los que implantaron en nuestra España cuatro décadas de terror y odio. DIARIO Bahía de Cádiz

http://www.diariobahiadecadiz.com/detalle-noticia-15312