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Una luz al sufrimiento

El Correo.com, 07.12.11 | 8 diciembre 2011

La película animada ’30 años de oscuridad’ recrea la vida del alcalde de Mijas, que estuvo tres décadas escondido

 

DANIEL ROLDÁN | MADRID

Manuel Leguineche y Jesús Torbado fueron los primeros en ponerle nombre a una dramática situación de la posguerra española, en un libro publicado en plena Transición. En ‘Los topos’, los dos periodistas narraban la vida de 24 personas que vivieron escondidas durante décadas para evitar la represión del régimen franquista. Habían sido profesores, políticos o combatientes republicanos que tras perder la guerra se quedaron en sus casas, literalmente. Hasta que a finales de los sesenta Franco otorgó la amnistía para todos aquellos que cometieron delitos entre el 18 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939, no salieron a la luz. Como los topos.

Uno de los casos más conocidos fue el de Manuel Cortés, alcalde de Mijas durante la Segunda República. Militante socialista y presidente del partido en la localidad malagueña hasta su muerte en 1991, Cortés solo estuvo siete meses (del 3 de marzo al 23 de noviembre de 1936) como primer edil; pero su ‘atrevimiento’ le costó tres décadas de confinamiento doméstico. Solo salió en 1969 para presentarse en la comandancia de la Guardia Civil y lograr la ansiada libertad. Ahora, el director sevillano Manuel H. Martín ha retratado la peripecia del alcalde malagueño en ’30 años de oscuridad’ en una película formalmente extraña: un cómic documental para adultos. «No me imaginaba esta historia de otra manera», asevera el realizador.

La materia prima le llegó de rebote. «Un amigo me llamó y me contó la historia de Cortés. Enseguida vi que era increíble. Es el reflejo de la vida de muchos. El encierro de Cortés no es solo un relato singular sobre un preso político que se mantiene escondido en su propia casa, es también una historia que trata sobre el miedo y la capacidad de superviencia humana», indica el director, curtido en el mundo de los cortometrajes y documentales.

Porque Martín recalca que este punto es fundamental. No quiere oír hablar de la memoria histórica, ni revanchismos, ni de la Guerra Civil. «’30 años de oscuridad’ es una cinta sobre el sufrimiento, sobre los sacrificios que tuvieron que hacer los topos para no ser descubiertos. Da igual dónde hubiera sido porque la historia es impactante», comenta al realizador. «Esta situación afectó a todos los aspectos de su vida. No podían estar con sus hijos, por ejemplo, para evitar que dijeran cualquier cosa en el colegio o con sus amigos», añade.

Confianza de los actores

La dureza del tema ya marca que la película, a pesar de su formato como cómic, no es para niños. Es un filme de animación (que verá la luz en febrero) destinado al público adulto. «Es una cinta para el lector de comics, para quien disfrutó con ‘Persépolis’ o ‘Maus’. Para quien le gusta ‘Watchmen’ (de Alan Moore), vamos. No es una película de dibujos sino una novela gráfica documental. Por qué contar la historia con esta técnica de animación y por qué hacerlo en formato documental puede tener muchas razones. Yo creo que ambos géneros han parecido siempre hermanos menores, del cine y de la literatura respectivamente, pero han demostrado que son una forma artística de igual calado en los espectadores», apunta el director. El formato elegido, en el que la acción navega por las viñetas del cómic animado, provocó un poco de extrañeza a los productores, aunque Martín supo convencerlos. «Era todo nuevo. Pero lo que más me preocupaba era que el espectador se emocionara», comenta.

Para poner la voz a los dos personajes principales, Manuel y su esposa Juliana, el director contó con la colaboración de Juan Diego y Ana Fernández. «Esta película ha sido una apuesta para ellos. Vieron la historia y les atrapó porque era una cosa diferente», argumenta Martín. «Creo que Juan y Ana han dado a sus personajes los matices necesarios para hacerlos más humanos, aunque únicamente hayan aportado sus voces y su imagen como referente para los dibujantes. Pero, aun no estando presentes físicamente delante de la cámara, tengo la sensación de que desprenden el alma de los actores», argumenta el director, que no se quiere olvidar de que esta historia es una entre cientos.

Muchas personas vivieron escondidas y nunca se sabrá su historia, tal vez por miedo o por vergüenza. Otros fueron más conocidos, como Eulogio de Vega, también socialista y alcalde de Rueda (Valladolid). Estuvo escondido hasta 1964. El regidor de la localidad madrileña de Cercedilla, Protasio Montalvo, no salió de su escondite hasta 1977. Tenía miedo.

http://www.elcorreo.com/vizcaya/rc/20111207/cultura/sufrimiento-201112070002.html