Si la sociedad vasca está ante una práctica sistematizada de robos de niños, su esclarecimiento debe ser una prioridad política de primer nivel

 

LA DEMANDA DE ESCLARECER LOS CASOS DE ‘BEBÉS ROBADOS’ HA ADQUIRIDO YA CARÁCTER DE EXIGENCIA CIUDADANA GRACIAS A LA LABOR DE LAS ASOCIACIONES Y DEBERÍA CONVERTIRSE EN UNA PRIORIDAD POLÍTICA DE PRIMER NIVEL

Sábado, 28 de Enero de 2012 –

FUE el entonces magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón quien, en su instrucción por los crímenes del franquismo, cifró en 300.000 el número de niños robados o víctimas de adopciones ilegales desde los años 40. Una cifra difícilmente contrastable ya que la investigación judicial no ha seguido su curso (de hecho, el juez está siendo juzgado por prevaricación por esta causa) y las familias que se han puesto en marcha en la búsqueda de sus hijos o hermanos desaparecidos encuentran aún numerosas dificultades para acceder a la documentación oficial y poder así verificar sus sospechas.

Desde que NOTICIAS DE GIPUZKOA publicara la exhumación de un supuesto cadáver de un bebé fallecido en una clínica privada de Donostia, se comprobara que allí no existían restos humanos y esta misma circunstancia se repitiera en dos historias más (en Itsasondo y en Bilbao), el caso de los niños robados ha dado un giro espectacular. De hecho, podría decirse que el tema ha adquirido por fin la dimensión pública que merecía y ha obligado a instituciones y partidos políticos a pronunciarse y, en especial, a implicarse en la búsqueda de la verdad. La reciente decisión del Gobierno Vasco de poner en marcha un trabajo coordinado entre los tres departamentos implicados (Justicia, Sanidad e Interior) va a suponer un espaldarazo a esta causa, a pesar de lo mucho que ha tardado la administración vasca en reaccionar en este asunto.

No así la Fiscalía del País Vasco, que en todo momento ha expuesto su voluntad de avanzar en las investigaciones. Sensibilizada la sociedad sobre la necesidad de llegar hasta el final en el esclarecimiento de estos hechos, ha llegado la hora de que este asunto deje ya de estar a expensas de las voluntades y de implicaciones personales para convertirse en algo más organizado y estructurado. Si, como todos los indicios señalan, la sociedad vasca está ante una práctica sistematizada de robos de niños, su esclarecimiento debe ser una prioridad política de primer nivel y, como tal, requerirá de medios que están muy lejos del alcance de las asociaciones que defienden los derechos de estas familias. Asociaciones sin cuyo tesón no habría sido posible que se empezara a desvelar uno de los capítulos más dramáticos del franquismo y que, para asombro general y con total impunidad, ha durado hasta fechas bien recientes.

http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2012/01/28/opinion/editorial/la-rueda-echa-a-andar