Discurso en el Zanjón, Alcalá de Henares, 14 de abril de 2012
Zanjón de los republicanos, fosa común junto al pie del muro del cementerio viejo de Alcalá de Henares
Yacen allí 300 personas asesinadas por el fascismo. Hay familias enteras, señoras de 65 años, jóvenes de 17, soldados, funcionarios, jornaleros, maestros, empleados, concejales, sindicalistas, estudiantes, pequeños industriales, obreros, madres de familia, padres, hijos, hermanos. Estamos en 2012 y ni una sola placa les recuerda. En algunas tumbas individuales que se pudieron hacer figura la expresión «sucumbió», son casi todas de la oleada de fusilamientos de 1940,para la mayoría, la tierra desnuda; la misma tierra que pisamos cuando en este 14 de abril de 2012, nos dijimos que ya basta y fuimos a su encuentro.
Fue uno de los actos de homenaje más hermosos y sentidos en los que haya participado —y son unos cuantos—, creo que no lo olvidaremos ninguno de los que allí estuvimos. Participaron varios compañeros del Foro, Julian Vadillo —de CNT-AIT—, cuya intervención al inicio marcó el tono excepcional del acto, Vicente Pedrero, que lo cerró recordando las tareas pendientes y la necesidad de unidad; hablaron también o estuvieron presentes compañeros concejales del PSOE y de IU, del PCE, de Republicanos, de Izquierda Republicana —cuyo secretario general, Ángel Verdura, nos acompañó—, de UGT y de CC.OO, y todos convinieron en dejar hablar a sus corazones. Hubo música y poemas y sí, fue muy hermoso, una prueba de fraternidad, de ese espítitu UHP que estamos intentando extender y que tan bien recibido es por todos cuanto lo tienen ante sí.
En mi intervención dije unas palabras sobre el momento actual y el sentido del acto, leí el poema de Lousie Michel, Volveremos, y acabé con este breve texto que resume cuanto sentimos y creemos debe decirse en estos actos de homenaje a pie de fosa, en los que el dolor y el respeto van a partes iguales y se deben conjugar con esa mirada de esperanza hacia el futuro que llamamos República Española. Es un texto famoso, adaptado ciertamente del llamado Discurso de Gettysburg y que desde 2009 nos acompaña en los actos a los que vamos. Os emplazo a usarlo en los homenajes similares a los que vayáis. Mirad a vuestro corazón de españoles, de republicanos, y comprenderéis porqué:
Discurso en el zanjón de Alcalá
Hace más de 70 años nuestros abuelos construyeron una República concebida en libertad y consagrada al principio de que todas las personas son creadas iguales.
Una criminal sublevación apoyada por el nazifascismo destruyó aquella esperanza y para ello tuvo que anegar en sangre el país entero, pues el pueblo con sus manos desnudas y su pecho generoso salió a las calles a defender sus libertades.
Hasta tal punto fue cruel aquel conflicto y triste su desenlace de entonces que se llegó a dudar si la nación y su república podrían algún día brillar de nuevo, así consagradas a la causa de la libertad, la igualdad y la fraternidad que lucieron aquel 14 de abril
Hoy estamos aquí reunidos en emocionado recuerdo de aquellas esperanzas, pero sobre todo de aquellos españoles y españolas que dieron sus vidas en un ejemplo de entrega, de sacrifico y de dignidad que todavía asombra al mundo. Nos hemos citado aquí, para honrar su memoria y preservar su recuerdo, para buscar en él ejemplo y fuerzas para el futuro. En esta España de abril de 2012, este sentimiento lleva a miles de españoles a actos como este ante tumbas y fosas donde descansan aquellos luchadores cuyo ejemplo honramos.
Es correcto y apropiado que tal cosa hagamos, pero en un sentido más amplio, quiero deciros, que en cierta forma no podemos hacerlo, no nos corresponde a nosotros honrarles. Fueron ellos los que honraron con su sacrificio la República. Nunca podremos lograr darles tanto honor como el que ellos alcanzaron con su sacrificio generoso por las libertades de este pueblo. Poco podemos nosotros añadir o sumar a tal entrega de tantos valientes.
Somos más bien, nosotros, los vivos, las generaciones actuales y futuras los que debemos aquí y ahora, en este 14 de abril y en los que vendrán, consagrarnos a la tarea inconclusa que emprendieron aquellos que supieron luchar entonces e hicieron avanzar tanto y tan noblemente tan justa causa.
Nosotros, en este nuevo abril, en el que brilla de nuevo la esperanza, asumimos con devoción vuestro ejemplo, y resolvemos firme e íntimamente luchar por la República, porque no caísteis en vano y algún día habrá un nuevo abril de libertad en el que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo prevalecerá sobre la tierra de España
HERMANOS, VIVA LA REPÚBLICA
