Macrino Suárez, fallecido el pasado martes en Oviedo, estaba «muy desencantado con la política actual», según su viuda, Raquel Madroñero

 

Oviedo, Ana Paz PAREDES

Macrino Suárez, fallecido el pasado martes, a los 75 años, tras sufrir un infarto mientras dormía, era un hombre desencantado con el momento político actual que vive Europa y, por ende, España y Asturias. Raquel Madroñero, la viuda del hasta el pasado martes último miembro vivo de los gobiernos de la II República en el exilio, señalaba ayer que Macrino Suárez «vivía con mucha tristeza la degradación que estaba sufriendo el mundo de la política en su conjunto, con un capitalismo salvaje. Estaba convencido de que estamos viviendo el final de una era y compartía con José Luis Sampedro que esta situación no podía continuar así durante mucho más tiempo».

Raquel Madroñero destacó que desde que se supo el fallecimiento de su marido, no dejó de recibir llamadas de numerosos amigos y compañeros de éste. «Ha sido increíble y estamos muy agradecidos. Desde que se supo la muerte de Macrino, no ha dejado de sonar el teléfono y no sólo de amigos actuales, sino también de gente que compartió con él los estudios universitarios e incluso amigos de la pensión en la que vivía en Madrid. Estoy muy emocionada. Era un hombre muy querido».

Raquel Madroñero destacó de Macrino Suárez «su honestidad a prueba de todo, era un nombre absolutamente incorruptible. Nunca, en todos estos años, disminuyó un ápice su amor por la República ni dejó de ser una persona idealista y de gran bondad. Hizo una gran carrera profesional y política, y debido a que era un hombre íntegro, hoy la política ya no le interesaba pues creía que ésta no era un servicio al pueblo sino más bien a los propios políticos; la política actual siempre la vio como alianzas de conveniencia y estaba totalmente en contra».

Por su parte, su amigo de la tertulia La Belmontina, en Oviedo, Plácido Menéndez Arango, que compartía junto con José Manuel Nebot y Lorenzo Cordero, recordaba ayer en el tanatorio ovetense cómo intentó en alguna ocasión que Macrino Suárez relatase su experiencia vital y profesional en una entrevista. «Siempre se negó, yo le insistía porque lo consideraba, además de buen amigo, una persona de gran relevancia política. Estuvo en sitios fundamentales dentro de la historia de la política, pero no hubo forma». Plácido Arango resaltó que, en cuanto al momento político que atraviesa Asturias, Macrino Suárez «lo vivió mal porque era un hombre muy honesto. De hecho, si tuviera que elegir una palabra que lo defina, sería bondad».

También estaba ayer en el tanatorio el presidente del Ateneo Republicano, Francisco Prendes, quien dijo que con la muerte de Macrino «se perdía el referente de los valores republicanos en Asturias. Era un hombre de grandes principios. Le molestaba enormemente ver cómo la política se había convertido en un oficio bien pagado y mal servido. La última gran personalidad republicana en este país fue él», dijo.

Ayer la presencia de amigos y conocidos fue constante a lo largo de la tarde, aunque se espera que hoy acudan aún más a participar en el acto de despedida que tendrá lugar a las seis de la tarde, en la capilla del Tanatorio de Los Arenales, en Oviedo. Durante el mismo, algunos de sus amigos darán lectura a textos y poemas en homenaje a Macrino Suárez. Al finalizar el acto sus restos mortales serán incinerados en la intimidad familiar.

http://www.lne.es/asturias/2012/05/17/adios-republicano-honesto/1243118.html