La verdad de la dictadura no es gris, como dice el señor ministro, sino muy negra

Hablando hace unos días con un amigo francés sobre la derrota de Sarkozy en Francia, me hizo una observación que, aunque no era para mí novedad alguna, me confirmó que fuera de nuestras fronteras la idea de la gente sobre la derecha española está mucho más cerca de la realidad que la de muchos españoles. Me hablaba del daño que había ocasionado el expresidente francés al país con sus políticas neoliberales, tanto a nivel económico como social, y me afirmó literalmente: “Aunque hay que tener muy en cuenta que Sarkozy puede considerarse un político de centro moderado al lado de vuestro actual presidente, que es de extrema derecha”.

Mal que me pese, tengo que admitir que este comentario es cierto; no hay más que detener mínimamente la mirada en el ideario que propugna la derecha y en la gestión escandalosa, contraria a los intereses ciudadanos más básicos, que está llevando a cabo. No descubro nada nuevo. Toda persona con dos dedos de frente que escuche los mensajes peperos y haya echado una mirada a los medios de comunicación afines al PP no tendrá la más mínima duda de lo que digo. Manipulación exagerada, mensajes guerracivilistas, inducción al odio y a la fanatización, rechazo al pluralismo democrático, mentiras y medias verdades, defensa del pensamiento único, desprecio a la opinión ciudadana, apología del totalitarismo…

Precisamente, en una entrevista de uno de estos medios, el actual ministro de Justicia, Ruiz- Gallardón, el que ha estado años mostrando la cara del elemento “moderado” de la derecha española, hacía gala de todo menos de moderado al hacer apología del franquismo. Con un discurso mesurado y templado en la forma, llegó a pronunciar afirmaciones demoledoras para cualquier demócrata; habló de los “elementos positivos” del franquismo, régimen que, a su entender, “acometió una serie de infraestructuras”, “consiguió una prosperidad económica y generó unas clases medias”. ¿Alguien se imagina a Merkel haciendo apología del nazismo? Pues es lo mismo.

Me pregunto a qué clase media se refiere Ruíz-Gallardón; quizás sea a esa “clase media” rural que trabajaba de sol a sol, sin derecho alguno, por un salario que no llegaba ni a la más básica manutención de la familia, que se veía obligada a poner a trabajar a sus hijos desde los 9 o 10 años para ganarse, al menos, su alimento, o a enviar a sus hijas a “servir” (la palabra lo dice todo) por lo mismo, es decir, por casi nada; o quizás se refiera a esa “clase media” urbana que pasaba la vida entera, a fines del franquismo, pasando estrecheces y calamidades para poder comprar una vivienda más que indigna; que se veía obligada al pluriempleo para poder sobrevivir, que consideraba la palabra “vacaciones” como un extraño exotismo de los europeos.

Con respecto a las “infraestructuras”, lo tengo claro; imagino que el ministro de Justicia se refiere a los ultraconocidos “pantanos” que construyó Franco, la manida justificación que suelen anteponer los fascistas españoles ante la más mínima crítica de la dictadura. Aunque sí me pregunto si fueron realmente necesarios 40 años de crímenes, abusos y totalitarismo para hacer cuatro pantanos… Quizás hubiera sido más fácil y mucho más rápido contratar a un buen ingeniero que se hubiera encargado de tal menester a un precio, estoy segura, infinitamente más barato y, sobre todo, más decente.

Sobre lo de la prosperidad económica, creo que no hay duda en que el señor ministro se refiere a la prosperidad económica de la familia Franco y de algunos franquistas, los más poderosos, los grandes latifundistas, los altos cargos de la dictadura y los más cercanos al poder. El resto, como todos sabemos, a pasar penurias y calamidades. Si hay alguna duda, existen numerosas pruebas documentales y millones de testimonios personales que lo acreditan.

La verdad de la dictadura no es gris, como dice el señor ministro, sino muy negra. La verdad es que en la dictadura se iba mucho a misa, pero se mataba, se perseguía a los demócratas, se abarrotaban las cárceles de españoles contrarios a la dictadura, se negaba la libertad, se abusaba de las clases trabajadoras, se vetaba, se propagaban mentiras, se empleaba el garrote vil, se adoctrinaba, que no se educaba, a los niños en las escuelas, se robaban bebés para hacer dinero. En la dictadura había miedo, hambre, esclavitud, dolor, represión, campos de concentración, tortura, miseria. Otra cosa es que los franquistas en el poder no lo vieran, o no lo quisieran ver. Como siguen sin quererlo ver los de la derecha española que siguen defendiendo, increíblemente, un régimen de terror y de crímenes contra los derechos humanos que el resto del mundo, sin excepción, condena. Esta es la derecha española, para honor y regocijo de franquistas, fanáticos, e idiotas.

Coral Bravo es Doctora en Filología
http://www.elplural.com/2012/05/24/franquistas-del-siglo-xxi/