Amaiur pide que los cinco trabajadores muertos en Vitoria en 1976 sean reconocidas víctimas del terrorismo
Urbina preguntó si “es de justicia que más de 36 años después nadie haya sido juzgado por estos hechos
Amaiur defendió este martes en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley para que la Cámara rechace el «asesinato» de cinco trabajadores durante las cargas policiales ocurridas en Vitoria el 3 de marzo de 1976.
En su iniciativa, defendida en la tribuna por el diputado Sabino Cuadra, Amaiur pide que el Gobierno asuma sus responsabilidades y reconozca la condición de víctimas del terrorismo a los fallecidos.
Durante su intervención, el diputado de Amaiur Iker Urbina preguntó si “es de justicia que más de 36 años después nadie haya sido juzgado por estos hechos”, cuando “hasta los niños de teta” en Vitoria-Gasteiz “saben quiénes son los responsables políticos de estos hechos”.
Señaló que “a día de hoy existen categorías entre las víctimas”, unas que “merecen homenajes y otras a las que no se les reconoce el daño causado, se las obvia o se las reconoce parcialmente”. En este sentido, abogó por el reconocimiento “de todas las víctimas de la acción de ETA pero también de las torturas del Estado”.
El diputado del PP Leopoldo Barrena comenzó su intervención felicitándose por “el éxito de la democracia y la libertad en estas últimas horas”, en referencia a la detención de dos presuntos terroristas en Francia.
Le reprochó que hayan criticado dicha detención y que hayan decidido no asistir mañana, miércoles, al acto de homenaje a las víctimas del terrorismo que tendrá lugar en el Congreso de los Diputados.
“No están ustedes de dar lecciones a nadie en esta Cámara”, dijo Barreda, para quien los miembros de Amaiur “tienen todo por aprender en democracia” como parar “poner deberes” a los miembros de la Cámara Baja.
INCOHERENCIA
Por su parte, el diputado del PSOE Odón Elorza, en la misma línea, destacó la “incoherencia” de Amaiur, que pide el reconocimiento para unas víctimas pero no asistirá mañana al citado homenaje, que en sus estatutos rechaza el terrorismo pero que hoy criticaron las detenciones.
En este sentido, les reprochó que “desprecien” la detención de personas supuestamente relacionadas con asesinatos perpetrados “hace muy pocos años”.
Por su parte, el diputado de CiU Feliu-Joan Guillaumes dijo que los hechos acaecidos en Vitoria-Gasteiz fueron un “absurdo” desde el punto de vista técnico policial, tanto en democracia como en la dictadura.
El portavoz de IU en la Cámara Baja, José Luis Centella, señaló que “algo falla cuando, décadas después de los hechos, todavía nos encontramos con que hay personas que fueron asesinadas por defender la democracia” y “el dictador aún está enterrado en un gran mausoleo”.
La líder de UPyD, Rosa Díez, tachó de “particularmente repulsiva la manipulación histórica y política implícita” en la proposición no de ley de Amaiur, pues pretende, dijo, “negar la consecución de aquellos objetivos por los que luchaban pacíficamente las víctimas de Vitoria: Amnistía, derechos democráticos y Constitución”.
Por su parte, el diputado del PNV Emilio Olabarría señaló que en aquellas fechas ocurrieron “muchas cosas que aún no se han reparado” y que lo que pide Amaiur en su proposición es un “requerimiento de justicia histórica”.
LA PROPOSICIÓN
El texto de la proposición establece que «el Congreso de los Diputados rechaza los asesinatos y las brutales agresiones cometidas el 3 de marzo de 1976 por las Fuerzas del Orden Público» en el barrio de Zaramaga (Vitoria).
Amaiur se hace eco con esta iniciativa de las reclamaciones de la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo «en demanda de verdad, justicia y reparación y en contra del olvido y la impunidad».
Además, insta a que se «esclarezca por completo lo sucedido en Vitoria-Gasteiz hace 36 años, se haga justicia con las víctimas y se depuren las responsabilidades que procedan».
Esta es la primera proposición no de ley que presenta Amaiur en la Cámara Baja con la intención de lograr su solidaridad con los familiares de los cinco obreros muertos en la iglesia de San Francisco de Asís de Vitoria.
El día de los hechos y tras un período de conflictividad laboral, se había convocado una huelga general en Vitoria en apoyo de unos trabajadores huelguistas.
En una fechas inmediatamente posteriores a la muerte del dictador Francisco Franco, y cuando aún la huelga y la reunión eran delitos y no derechos, cientos de trabajadores acudieron a una reunión convocada en la parroquia de San Francisco de Asís.
El gobernador civil ordenó el desalojo de la iglesia y sin autorización del párroco o del obispado los agentes lanzaron gases lacrimógenos y recibieron a los que salían del templo con disparos de pelotas de goma y fuego real. Tres personas murieron por heridas de bala en el acto y otras dos, días más tarde, como consecuencia de las heridas. Hubo decenas de hospitalizados.
(SERVIMEDIA)
